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sábado, 21 de marzo de 2020

TIEMPOS DE RUNNERS ESCAPISTAS Y ALMOHADAS PELIRROJAS


Una de las imágenes de ayer fue la de esa runner, para más inri, a la carrera, en Donosti por cierto, que desafiando la prohibición salió a correr y acabó detenida y abroncada por los vecinos.

En un asunto tan claro sigo flipando con todos esos que empiezan su discurso con un "sí, pero no…"

Si te saltas lo establecido lo suyo sería decir eso de me han pillado con el carrito del helado y me tengo que atener a las consecuencias, pero no seguir con “por mis mismísimos que yo lo hago una vez y mil más, simplemente, porque yo soy mi mejor amigo”.

Por otro lado de cosas, como alquilar el perro del vecino para sacarle a pasear se ha puesto más caro que un kilo de las auténticas angulas, ya he preparado una horita de música, más o menos, con éxitos de ayer y siempre, y a partir de hoy hay que mover el esqueleto. Más que nada para que el esqueleto no quede secuestrado  por hordas de grasa, que pueden ser tan enemigas como el coronavirus.

Como La Nuri, mi sufrida, no está dispuesta a hacer prácticamente de contorsionista en bailes de salón, y la comprendo, ya he vestido a la almohada  con un aparente vestido color champagne y una peluca pelirroja en una especie de trasunto de Mia Farrow en la versión que protagonizó con Robert Redford, de “El gran Gatsby”, y en el que él acababa peor que su posterior pareja en la vida real, Woody Allen. Y es que muchos siempre han apuntado inequívocas maneras...

Esta noche, y prácticamente entre sueños, se me ha planteado una gran pregunta: ¿Respetamos el status vigente, si ensueños viajamos, por ejemplo, por preciosos atardeceres, o corremos el riesgo de acabar como la runner donostiarra, esposados e increpados más que Felipe VI tras su último mini-discurso? Juraría que me he despertado con un bosquejo de cacerolada al fondo...

Vamos a salir del coronavirus como las antiguas estrellas de cine, que antes de triunfar en la pantalla habían tenido trabajos de todo tipo. Pero, ya se sabe, que lo importante, en este caso, es salir.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 8 de julio de 2019

DONOSTI NO ES HOLLYWOOD...



Por “El diario vasco” este vecino del mundo se entera de que Elsa Pataky y su marido Chris Hemsworth han vuelto de vacaciones a Donosti, donde todavía se encuentran en compañía, como se decía antiguamente, de sus tres retoños.  Y es que quizás, por aquello de que el movimiento se demuestra andando, han querido refrendar otra vez ese amor a primera vista que ya habían mostrado el año pasado por unos paisajes, unas gentes, y que ya nos hacíamos eco, hace unas tres semanas, de unas declaraciones de Mr. Hemsworth (https://patxipe.blogspot.com/2019/06/la-teoria-del-tiempo-chicle.html)
diciendo que con la excepción de Australia, San Sebastián sería el lugar donde le gustaría vivir.

Y en más o menos dos días comienza el rodaje del esperado film de Woody Allen. Difícil se nos va  a poner a los que queríamos seguir manteniendo a Donosti como un Edén solo para iniciados. Y es que el turismo de mochila y juventud por todas partes, sólo puede traer comercios, que ya los hay en demasía, y restauración copiada de otros lugares, y que nos haría perder nuestras señas de identidad.

Estaría bien un cameo de la vida real entre el Señor Allen y el Señor Hemsworth en cualquier esquina de la Parte Vieja donostiarra. Siempre se ha dicho que Woody Allen es maestro en improvisar gags en sus guiones, aunque mucho me temo si así fuera, que primero habría que “improvisar”, también, más de una reunión de los despachos que llevan la carrera de ambos profesionales, y colocar más de un asterisco en esa famosa letra pequeña…

Ya me perdonareis pero si ya Donosti para sus habitantes puede resultar más que cara, después de ese respaldo australiano-norteamericano, en cuestión de precios podríamos vivir en un continuo día de la marmota, pero encallados en unos precios a lo “víspera de San Sebastián”.

Los turistas, por propia definición de la palabra, vienen y, especialmente, se van, y los residentes pagamos los platos rotos el resto del año. Eso sin olvidar que además debemos de ser hospitalarios de todo corazón, ese mismo órgano, "corazón", que se nos pone a prueba cada vez que pedimos la cuenta, y que más de una vez hemos tenido que aclarar que no queríamos pagar la cuenta de todos. 

Donosti será cada vez más una ciudad de película, pero nosotros, sus habitantes, no somos estrellas ni ganamos como tal.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 12 de septiembre de 2018

DE LA VIDA UN CHISTE, O-VARIOS...



Esta noche he soñado que tenía problemas con la nevera, con llenar la nevera, y lo arreglaba, no la nevera sino mi situación económica, haciendo de mi vida muchos chistes, y vendiéndolos.

Siempre me ha atraído esa vida-leyenda de un Woody Allen despedazando todos sus complejos, todos sus miedos,  y vendiéndolos en forma de chascarrillos-chistes-sucedidos.

En realidad, es lo que llevo haciendo en este blog desde hace ocho años y un mes, y no es una condena sino una realidad. Con la salvedad de que no cobro nada por ello, y ha habido tiempos, que ya han pasado, en que he vivido en mono, nada de estéreo ni de drogas, y en blanco y negro. Sobre todo en blanco, por la línea blanca de Eroski, de la que compraba casi todo.

Y es que estamos en unos tiempos en que parece vergonzoso o incluso egoísta quejarse, porque siempre hay gente que está peor que tú. Y entonces es mejor coger la estela de un Woody Allen que pone en solfa todo su mundo  y se ríe de sí mismo. En realidad, hoy sería una especie de “influencer de perdedores", y de los que buscan, no cinco patas, sino seis al gato.

Ya no nos dejan ni quejarnos. No se puede hacer una caricatura de Serena Williams, porque eso es seximo, racismo, y cualquier otro "-mo" que se te ocurra; cuando, seamos sinceros, la querida Serena, con tanto músculo, y ahora tutús, ya es una caricatura de sí misma. A los dibujantes de revistas satíricas como, por ejemplo, "El jueves", cada vez se lo ponen más difícil. Sin embargo hay que soportar con una sonrisa en los labios, porque es lo casi-último en modernidad, anuncios en los que ponen a los hombres como inútiles, aunque lo seamos.

Soy de la opinión de que la prueba del algodón de cualquier supuesto es darle la vuelta al ejemplo en cuestión y hacerlo con el sexo cambiado. Y esos anuncios, que van de feministas, y ridiculizan ahora al hombre, no pasarían la prueba, porque no se permitiría ridiculizar a la mujer, y, ojo, me parece bien no ridiculizar a nadie. Se están cometiendo ahora los mismos errores que antaño, pero al revés. Sin embargo, como llevan aroma de “macho” marchitado, se permiten.

Ya no sé, me imagino que no, si en las discotecas ahora se pide baile. Pero si una chica, que no te gusta, te pide baile, y le dices que no, ya tienes el “pifostio” montado. Porque eres un machista y la has despreciado como mujer… Ahora parece que no se pueden dar calabazas, porque desprecias al otro sexo, cuando en realidad a mí personalmente me encanta, el otro sexo...

Por eso es mejor tomarse la vida como sugerencias de futuros chistes, y regalarlos incluso desde lugares como este blog, aunque seguro que ya habrá también alguna asociación de “guionistas  que a lo mejor pueda acusar a este vecino del mundo de practicar, por ejemplo, “dumping”, o de echar por los suelos el valor de la gracia, o la desgracia. Y yo diré eso de que a mí la palabra “dumping” siempre me ha sugerido imágenes de cuero, cadena y látigo. O lo que es la vida, un intercambio más o menos afortunado de olores, fluidos, y lo que viene siendo sentimientos.

*CARICATURA: DE LA RED

martes, 6 de marzo de 2018

EL ARMARIO DE LOS MUTANTES



Cada vez estoy más convencido de que los seres mutantes, esos con extraños poderes, no son sólo cosas del cómic o de la película de turno; existen también en nuestro día a día. 

¿Quién no ha conocido, por ejemplo, a ese ser que tiene el extraño poder de que cada vez que habla, sube el pan? Sin ir más lejos el prelado, José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián, es uno de ellos. Y es más, lo ha conseguido una vez más, y al parecer sin un mínimo esfuerzo.

Ahora, y en vísperas de esa anunciada huelga de mujeres hastiadas por ese mundo que la mayoría de las veces parece que ni las respeta ni las tiene en cuenta, el Obispo de San Sebastián parece ponerse nervioso, y se convierte por momentos más en un personaje de Woody Allen, sólo le ha faltado invadir Polonia, que en explicar la palabra de Dios, al menos desde un punto de vista actualizado y serio.

Ha soltado lindezas desde el programa “Sexto continente” de Radio María del estilo de el demonio ha metido un gol desde sus propias filas" a la causa feminista; diferenciando, además, dos tipos de feminismo, el "femenino", que busca la igualdad jurídica y legal entre hombres y mujeres, y el "radical o de género", que pretende equiparar en todos los aspectos a ambos sexos.

Personalmente he echado de menos algún comentario, por ejemplo, sobre los presuntos casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia, más que nada por eso de antes limpiar la propia casa  que la ajena. Porque este vecino del  mundo antes ve, y llámenme malpensado, al diablo liado en casos de pedofilia tentando a los miembros de la Iglesia con otro tipo de miembros.

Hay mucho miedo a que la mujer, así, en general, se desmelene y se quite de encima todo tipo de tabús y coja el asunto por los cuernos, y en más de un caso, los nuestros.

Difícil de arreglar el machismo en este país si tenemos a la Iglesia, o mejor dicho a miembros de ella, dando juicios de valor sobre temas que, en realdad, no deberían de opinar, al menos no antes que en temas de extrema necesidad como la pobreza, o sobre gente sin hogar y sin recursos.


Cada vez estoy más convencido que esa famosa huelga del 8 de Marzo, nos va a dar momentos gloriosos, en especial por estamentos y personas que seguro que no van a salir a manifestación, pero que de una u otra manera seguro que no van a parar de manifestarse en contra, y en cierta manera, a salir de otro tipo de armario, el armario de los mutantes, el de las apariencias, y se definan de una vez por siempre.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 21 de agosto de 2017

JERRY LEWIS, EL ÚLTIMO DINOSAURIO



Los informativos anuncian el fallecimiento de Jerry Lewis, a los 91 años; un auténtico dinosaurio, dicho por supuesto con todo respeto de lo que viene a ser el showbusiness americano actual. En el fondo ha sido un todo-terreno, primero junto a Dean Martin, la pareja del "listo y el tonto" de toda la vida, de teatro en teatro, primero en tugurios de mala muerte, intentando sobrevivir, y en el culmen de su éxito, trabajando en Las Vegas, que es donde a la  postre vivió, y se supone muy bien, hasta el fin de sus días.

Este vecino del mundo no va a hacer el célebre "corta-y-pega" que hoy harán muchos para glosar su vida, y su muerte, sino que va a intentar expresar en palabras lo que le sugiere Jerry Lewis (nacido Joseph Levitch).



Para comenzar diremos que pertenece a una época en el que se españolizaba todo. A él nunca le llamamos "Yerri Louiss" como se intentaría pronunciar ahora, sino para demostrar que éramos unos modernos pronunciábamos todas y cada una de las letras, con aire muy digno y para que no se dijera que no dominábamos el inglés inglés, porque entre otras cosas nunca supimos que había un inglés británico, y otro americano.

En los días del gran éxito de"Yerry", finales de los cincuenta/comienzo de los sesenta, eran unos años en que ir al cine era toda una ceremonia que se hacía especialmente los domingos, y que los cines echaban la casa por la ventana dando a cada uno de los espectadores (que era parte del trabajo del acomodador,  figura que en la mayoría de los cines ya ha desaparecido) un programa de mano con la reproducción del cartel de la película.

Jerry Lewis representa al primer escalón del humorista, ese que se ha formado en la academia de la vida, y que hace reír guiándose de su "olfato" de supervivencia, poniendo caras, cantando, bailando y dejando ver que era, casi, un descerebrado. 

Algunos, muchos, dirán que es un humor fácil, este vecino les corregiría diciendo que es un humor primario, pero nunca fácil, cuando tienes que darle al magín para encontrar recursos. 

Muchos, así somos de ingratos, le dejamos atrás, atraídos, por un Woody Allen, que es esa visión del cómico que te hace pensar y como mucho hace que aflore en ti una sonrisa. Pero lo que nunca hemos olvidado del Señor Lewis es esas mujeres (en cada película una, para no exagerar y que fuera algo más bien real, y no que formaba parte de una superproducción americana) que siempre se acercaban a él, por lo que muchos niños de entonces, a medida que fuimos creciendo no perdíamos la esperanza, al conocer, por ejemplo, en otra pantalla, a la Meg Ryan de turno.

Jerry Lewis siempre nos sirvió para pensar que si él podía, nosotros también, y ahora se nos ha ido. Ya no nos queda ni esa red, esa última esperanza, y los niños de aquella época nos sentiremos ya muy solos, con esa sombra de pagafantas pendiendo de nuestros recuerdos, cuanto este término todavía no existía.

¡Descanse en paz!

*FOTO: DE LA RED

jueves, 30 de junio de 2016

EL ABRIGO DE HANNAH (REVISITANDO "HANNAH Y SUS HERMANAS")



¡Nunca me había pasado!


Como los seguidores de este vecino del mundo ya saben, soy un amante del cine, y como mi poder adquisitivo, con esto de la crisis es menor que el de un niño de cinco años, me tengo que conformar, la mayoría de las veces, con ver cine por televisión, que no es el mejor de los panoramas.


Ayer volví a ver, “revisar” dirían los pedantes, esa gran película que es “Hannah y sus hermanas”, de un Woody Allen más ácido, irreverente y juguetón que nunca. Y como ya avanzaba en la primera línea, nunca había sentido la sensación que tuve ayer.


En realidad, fue como volver a ponerme un abrigo que no había usado desde 1986, fecha en que ese film se estrenó en España. Y en él, en esa prenda, se habían quedado impregnados sentimientos y recuerdos de aquel momento. Y el cómo sentía la película y sus personajes entonces, y  poder compararlo con el "ahora".


Especial mención a Michael Caine y a su personaje, marido de Hannah (Mia Farrow), Oscar al mejor actor de reparto. Ni que decir tiene que soy un seguidor suyo desde hace muchos años. Y leer su personaje desde la perspectiva de mis, entonces, recién estrenados treinta años, y de los sesenta de ahora, no tiene nada que ver.


Lo que antes podía entender como “inquietudes” de alguien que se considera así mismo como culto y cultivado, ahora solo lo he podido ver como un cobarde y un desertor que ante una buenísima persona y una auténtica joya como es su mujer, no duda en sacarle unos cuernos como los de un Miura, nada menos, además, que con su hermana (papel interpretado por una Barbara Hershey que llevaba ventaja al basar su personaje en el terreno de la hippie que siempre llevó dentro).


El problema que desde hace unas pocas semanas llevaré por siempre cada vez que piense en Michael Caine, es esa salida del armario que con relación al Brexit se convirtió en un sólido defensor para “salirse del continente”. Que con su pan se lo coma. ¿Que eso no tiene que ver nada con su faceta de gran actor? Él mismo aprovechó su imagen para arrimar el ascua a su sardina. Y ya se sabe que las sardinas huelen mucho, y él llevará por siempre impregnado ese peculiar olor. Lo dicho, que con su pan se lo coma…


Como gran cineasta y artista, las fronteras, en el caso de Woody Allen, entre su vida y su trabajo son tan difusas como para rodar en el piso de la familia de Mía Farrow mezclando realidad y ficción, utilizando para ello actores/personajes que son tan reales como la mismísima madre que parió a la entonces pareja del Señor Allen, Maureen O'Sullivan. E incluso durante esas comilonas del Día de acción de gracias, esos niños que llenan todos los espacios, y que es la familia real de Mrs. Farrow.


En realidad, aunque el Sr. Allen en la mayoría de sus películas se interpreta así mismo, en Hannah encontramos al Woody más Allen que nunca, todo dudas e histerias que le ayudan y perjudican en sus trabajos.


Especial mención merece también la tercera hermana, y no por eso la última, de Hannah, interpretada por una Dianne Wiest (en su mejor momento de esa especial belleza que siempre ha tenido)  que nunca le ha podido sacar más rédito a sus colaboraciones con Mr. Allen, ya que tiene dos Oscar como “actriz de reparto”, y los dos con él (precisamente en “Hannah y sus hermanas”, y en esa también gran e hilarante película como es “Balas sobre  Broadway”).



Totalmente convencido de que muchas de las anécdotas que se cuentan/intuyen de esa familia de Hannah y de los problemas que pueden venir de gente que siempre se ha dedicado al espectáculo, en su momento se las confesó su pareja,  y a éste le faltó tiempo para que formaran parte del “atrezzo” que da más vida y realidad a una historia que siempre quedará ligada a un Nueva York más Allen que nunca, y a todos los espectadores que entramos en casa de Hannah, y por siempre nos quedaremos a su “abrigo”. 


Por cierto, y ya para terminar, la historia y su "look" han resistido al tiempo mucho mejor que, desgraciadamente, la mayoría de sus espectadores.



*FOTO: DE LA RED

domingo, 3 de enero de 2016

LAS MONTAÑAS NO ES UN LUGAR (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Creo recordar que entre las críticas a  películas que de vez en cuando incluyo en el blog del vecino, nunca he utilizado la expresión cine alternativoSin embargo, esta vez lo tengo que hacer, y no de una forma peyorativa, para referirme a una película, “Requisitos para ser una persona normal”, muy pequeña en sus formas pero llena de aire fresco en ese planteamiento de juega jugando.


Leticia Dolera, esa joven actriz, no confundir con novata, porque tras de sí, se diría que ya tiene una trayectoria más que sólida, nos presenta su primer largometraje, y como si de Juan Palomo se tratara, ella se lo guisa y se lo come, escribiendo el guión original, dirigiendo y encarnando a María de las Montañas, una chica de 30 años, y a quien la vida, como a tantos hoy en día, no le ha sonreído. No tiene trabajo, y tiene que volver al piso familiar, de quienes estaba un tanto distanciada, y ni tiene pareja ni se le espera.


En la entrevista de trabajo, con la que prácticamente comienza la película, le preguntan qué tipo de persona es, y tras reflexionar, lejos ya de la propia entrevista, se da cuenta de que no cumple ninguno de los requisitos para ser considerada como una "persona normal", por lo que se pondrá, y éste será el argumento de la cinta, manos a la obra para convertirse en eso: una persona normal.

Quizás ahí, precisamente, este vecino del mundo le pueda ver el punto más frágil a una cinta cargada de buenas intenciones, pero ya en los tiempos en que estamos, y visto como está el patio nacional, y cómo se presentan, en televisión al menos, las nuevas generaciones, todo musculitos, guapos/as pero de cultura, flojos muy flojos, creo que ahora no mucha gente está precisamente preocupada por ser una persona normal, porque vende lo diferente, por no decir a-normal.


Hay momentos en la cinta que a este vecino le recuerdan al cine de Woody Allen, con personajes que de pronto hablan a la cámara, y personas que sólo pasaban por allí, pero que en un momento dado son requeridos en su opinión por alguno de los personajes protagonistas.


Parte muy importante del peso de la película recae en un casting muy bien ejecutado, especialmente con el coprotagonista, con un Manuel Burque, desconocido para este vecino, y que está sembrado, como bonachón, en todas sus intervenciones.

Desde que aparece en la película el Señor Burque, tienes la sensación de que es algo más que una persona, trasciende al espectador, y luego, al decirlo uno de los personajes, y no es “spoiler” en sí, te recordará a un gnomo pero en gigante, quizás una contradicción en sí misma, pero es así.

La otra fuente de cariño es el actor que hace de hermano de la protagonista, Jordi Llodrá, que ya tan solo el planteamiento de un personaje como éste requiere mucha valentía, y está muy bien resuelto. No profundizo más para no estropear parte de la trama.

A destacar también, no se debe ni puede olvidar, esa escena dentro del coche, en el garaje, de madre e hija, la madre interpretada por una injustamente olvidada Silvia Munt, en el que el duelo de miradas transmite unos "efectos especiales" de lo mejorcito del cine español.

Quizás, el presunto formato de película pequeña pueda confundir a más de uno, porque en realidad es una película, cuando menos, valiente, diferente, fresca, y fuente de sensaciones, como cariño, alegría, melancolía…Y en momentos como los que vivimos, te hace plantearte si el poseer mucho, verdaderamente te hace feliz. 

Ahora, voy a decir una maldad, entre otras cosas porque me apetece: El gobierno actual, el que todavía está, seguro que no ha visto esta película, está más que claro, ya que nunca han cuidado la cultura, porque de ser así, la hubieran recomendado, para ver la vida de otra manera, y no lo que realmente hay, o queda.

Si no han visto esta película, pónganlo remedio, porque seguro, seguro, que durante los Goya, se hablará de ella, y mucho.

*FOTO: DE LA RED


lunes, 7 de diciembre de 2015

DEL ANUNCIO DEL HIPSTER AL TERREMOTO CON FECHA


Esta mañana el Partido Popular ha tenido la osadía o humorada, porque la brújula del sentido común de este vecino del mundo quedó deteriorada desde aquel “indemnización en diferido”,  y ya no sabe si van en serio, están como chotas, nos vacilan, o todo junto. Pero, sea lo que sea, han querido sorprendernos con un video-anuncio que, al parecer  ha debido de dejar estupefactas a las organizaciones que trabajan por la conservación de las ballenas en España. 

En el vídeo, lanzado hoy, un grupo de amigos hipsters (por un momento me ha parecido más una secuela de “Único testigo” , ya que nuestros hipsters parecen más  una comunidad Amish) que tratan de convencer a otro para que no vote al PP en las elecciones del 20 de diciembre.

Pero vamos a ver, Raúl, vas todos los días al trabajo en bicicleta y te pasas los veranos salvando a las ballenas. De todos nosotros, eres el único vegano.”, aducen, mientras que él les contesta “…Que yo sepa, Rajoy no tiene nada en contra de las ballenas, ¿no?.
Y acaba el anuncio con una frase antológica: “Somos el partido más votado porque nos vota gente muy diferente”.


Algo en común ya tendrán –inmediatamente ha pensado este vecino del mundo- ¿quizás…que no utilizan la izquierda?

En el fondo tiene su gracia. Los guionistas se las han tenido que ver y desear para encontrar “algo” que no hayan incumplido en esta legislatura, y ni aún así, porque en Canarias, uno de los hábitat naturales de las ballenas no les han protegido todo lo que deberían, favoreciendo a empresas como Repsol, en su búsqueda de petróleo.

Al ver la primera vez el anuncio, ya resalta la calidad de la producción, decorado, atrezo y casting cuidado al máximo. Uno, este vecino del mundo, con los años que ya ha vivido y todo lo que le ha ocurrido, sin querer tiende a pensar mal, o incluso a muy bien, y si no quiere irse por el camino de una gran factura o costo final del anuncio, a su mente han venido amigos, colegas y sucedáneos, que en plan cadena de favores han podido ayudar a intentar difundir unas ideas, a modo de catecismo, que son infumables, y que pudieran ser, ya puestos, de la misma pluma insigne que pergeñó aquel inolvidable, lo recordamos otra vez,  “indemnización en diferido”, que para sí hubiera querido el mejor Woody Allen.

Si se trata de decir verdades como puños, hubiera sido mejor que se hubiera retratado en el anuncio a gente que verdaderamente les vota. A cualquiera de esos empresarios que se pasan el año diciendo que la cosa va mal y hacen contratos de décimas de segundo, y que nunca reconocen que se van de vacaciones, pero que  de vez en cuando se van a una reunión de trabajo que les toma unas dos semanas y vuelven moreno-tostados “y es que estábamos todo el día reunidos en la terraza de la cafetería para cerrar los negocios”, mientras su pasaporte está lleno de sellos tan de lugar de trabajo como Hawaii  o Islas Seychelles . Y que cuando pagan a sus trabajadores, los sueldos son tan pequeños que se confunden con limosnas. O a esos otros que mientras su empresa va mal, ellos tienen sus contratos blindados.

Lo han definido como un video humorístico, aunque este vecino tiene sus dudas. Una cosa es que nos haga reír por lo naif de su planteamiento, y otro es que su primer objetivo sea buscar la sonrisa del respetable.


De todas maneras, en el citado anuncio se juega con el equívoco. Vemos un decorado/atrezo que juega a austero, y que en realidad quieren colarlo como pobre. Pero los hipsters por definición no tienen por qué ser pobres, sino que juegan a austeros de otra época. En ese, llamémoslo juego de apariencias, lo mismo pueden tener un pick-up (tocadiscos) con sabor a años cincuenta, y dentro tienen conexión USB.


Un pobre de verdad, seamos serios, un pobre que ha perdido su casa, sus sueños, su honra, no va a votar al PP, sencillamente porque ya no tiene nada que perder, y si tiene cinco euros se lo puede jugar a la “Primitiva”, como jugará su voto el 20 de Diciembre para conseguir la utopía votando a un partido que no estaba antes, y del que todavía  no sabemos nada, y consecuentemente no tiene casos de corrupción, el auténtico verdadero mal, junto con los recortes en todo.

Sinceramente, los gerifaltes y gran sacerdotes de ese partido, siguen subestimando al sentido común que el más común del españolito de a pie pueda tener, especialmente cuando se le ha agudizado el juicio a falta de comer y por no ser tratado con justicia y buen tino.


Un terremoto comienza con un ligero eco, casi inaudible. Y este tiene fecha, 20 de Diciembre.


*FOTO: DE LA RED

lunes, 8 de diciembre de 2014

NI PARPADEE (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA

Este fin de semana y como patrocinado, o casi forzado, por el mal tiempo  que prácticamente nos ha invadido, he tenido la suerte de ver “Magia a la luz de la luna”, último “vehículo”, por ahora, de Mr. Woody Allen.
Algunos dirán, seguro, que es una película menor del director americano, y con el devenir de los años, quizás así sea, pero este vecino del mundo ha degustado este auténtico plato, bien condimentado, de buen cine, y se ha quedado tan feliz.
Quizás, el Señor Allen, como buen y reputado chef de productos cinematográficos, de antemano sepa la receta de una buena historia, y ésta la tiene aunque vaya por el camino de la sencillez.
En la Francia de los años 20, un reputado mago inglés (Colin Firth), que adopta siempre para sus actuaciones la apariencia de un personaje chino, tiene una especie de cruzada  contra los falsos médiums, y esta vez decide desenmascarar a una joven (Emma Stone). Y la historia se enmarca en la citada relación, y los temas habituales en la filmografía del Señor Allen como son la vida, la muerte,  su relación con las mujeres, y con los demás. Aderezado todo ello en una presunta Costa Azul de bellísimos paisajes a todo color y bajo la fotografía de un inspirado Darius Khondji.
Siempre que voy a ver una película del Sr. Allen, y antes de entrar en la sala, tengo presenta que en teoría  son producciones con poco dinero, pero que luego en pantalla lucen mucho más que lo “gastado” y ésta es un claro ejemplo de ello.
Durante la proyección de esta película dos grandes obras, por momentos, se han cruzado en mi mente. La primera es “El gran Gatsby”, que apareció en mi mente durante el desarrollo de una escena nocturna en el transcurso de una gran fiesta de una más que evidente alta sociedad, y la otra es “My fair Lady”. Ésta viene a colación por la manera tan machista de concebir la vida por parte del protagonista, y que su comportamiento, en especial en las escenas finales, es más que evidente.
Creo que el Sr. Woody Allen ha estado especialmente hábil en el casting, en cuanto al dúo protagonista, y en el personaje de la tía del mago en cuestión.
Un Colin Firth como prototipo del inglés más irritante y pagado de sí mismo, en el que él y sólo él es su auténtica pareja, ya que está profundamente encantado de haberse conocido, y la bella Emma Stone, solo podrá llegar a formar parte, en realidad, de un trío. 
La Señorita Stone compone un delicado personaje de una sospechosa médium, a medio camino entre la candidez y la mujer que en realidad puede ser totalmente autónoma.
Como dicho anteriormente, este vecino del mundo incluiría también a escasos centímetros de la pareja protagonista, a Eileen Atkins como la tía Vanessa, y que en realidad es la única capaz de lidiar con el orgullo recalcitrante del personaje de Colin Firth, y que actúa como una especie de frontón transformando las preguntas de su sobrino en respuestas, sin ella aparentemente hacer nada.
Mención aparte merece la española Sonia Grande en cuanto al vestuario y que, por la época en cuestión, tiene especial relevancia en el desarrollo de la historia.
Para muchos, como ya se ha dicho, quizás estemos ante una obra menor de un gran genio, Woody Allen, pero personalmente me tuve que poner un babero para evitar manchar mi ropa, ante un producto como el presente, con el que uno no se topa todos los días.
El mejor truco de la película, ya que la historia tiene que ver mucho con el mundo de la magia, es que 97 minutos, su metraje, se pasan en solo dos. Por eso al comenzar la proyección conviene estar especialmente atentos, y no parpadear, para no perderse esta bonita historia. 
No te arrepentirás.

*FOTO: DE LA RED