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viernes, 8 de diciembre de 2017

LOS 8 DE DICIEMBRE


Días como el de hoy, 8 de Diciembre, para este vecino del mundo siempre han tenido mucho de especial, evocadores, y sobre todo con un sabor inolvidablemente familiar...

En la memoria a corto plazo para este-vecino-del-mundo-niño, que naturalmente daba para lo que daba, ya lo situaba como el comienzo del mes de la Navidad, y punto muy importante en mi casa: el comienzo de la época de comer turrón, que siempre era de tres gustos, con tableta de tres líneas longitudinales: blanca, amarilla y color chocolate. No era chocolate, sino más cercano al mazapán, con mucho sabor a azúcar. Una delicia para los niños, para el Ratoncito Pérez, que se quedaba con tus dientes de leche y, con el tiempo se vería, para los dentistas.

Como se suele decir, y en este caso es realidad, los más viejos del lugar recordarán que hasta 1965, este 8 de Diciembre, se celebraba el Día de la Madre, que luego por cuestiones más comerciales se pasó a Mayo.

Como pintor aficionado, o aficionado a pintar, los colores que esa época me evocan siempre son gamas de oscuros, verdes, azules, recordando a la humedad, al frío…

En cuanto a olores, lo inunda todo ese acogedor olor a castañas. Calientes, muy calientes, al principio solo soportables por el cono de papel, siempre de periódico. Después, encerrando cada castaña entre las palmas de tus manos, mientras observas ese humo, casi mágico, escabulléndose por tu epidermis y transformando el tajante frío en un cálido placer comestible.

Por cierto, muchos años después, y lo que son las cosas, ese cono, pero ya no del mismo tipo de papel, sino más grasiento, solo lo he podido asociar a los “fish and chips” londinenses a finales de los setenta.

Siempre tengo la sensación de que en mi niñez llovía mucho más, y el frío era más penetrante. Sensaciones más contundentes. Quizás porque todo es nuevo para ti, y todo son extremos: frío, calor; alegría, tristeza.
La tibieza comienza cuando intentas negociar, quedar bien, o cuando menos, no quedar mal.

Quizás, de niño miras todo desde dentro, desde de tu yo más personal. A medida que vas creciendo, te dejas influenciar, por lo que dicen/hacen los demás. Quieres ser uno más de ese equipo de amigos…


Los momentos evocadores, como los 8 de Diciembre, con el tiempo aprendes, conviene no usarlos como medida de comparación entre el ayer y el hoy. De una manera u otra siempre perderás, sino solo como llave para recordar, y aprender que los “hoy” siempre se transforman en “ayer”, todo es cuestión de tiempo. Y de saber apreciarlo, reposarlo, porque es señal de que sigues vivo. 

*FOTO: DE LA RED

viernes, 20 de enero de 2017

LA SALIDA DEL BLANCO PERFECTO...


Estos días, así, tan fríos del grajo y del carajo, tan blancos como si fuera la nada, la hoja en blanco sin escribir, nos puede hacer comprender, quizás, ese carácter tan helado, serio, de frases como escritas en mármol, de los nativos nórdicos. O mirándolo de otra manera, qué hubiera sido de nosotros, de nuestras fiestas, de nuestras ganas de cachondeo, de esa “penúltima” de nuestras juergas improvisadas, si para las tres de muchas tardes, el paisaje que te rodeara fuera la noche más absoluta en la que se dejara adivinar el manto blanco de la nieve de cada día.

En un ambiente gélido no hay sitio para la calidez de las relaciones, para pensamientos húmedos que se congelan con la realidad,  y sólo caben argumentos y problemas a lo Ingmar Bergman, personas ajadas al estilo Max von Sydow en ropa interior corriendo por la nieve, como en “El visitante nocturno”.

Ni esa gente presuntamente guapa que nos sirve de ejemplo, de zanahoria para nuestro burro comportamiento, y que hoy son diseñadores de joyas, y mañana se confiesan a escritores de manos negras, para firmar su autobiografía de vidas que ya todo el mundo conoce por haber vivido, o sobrevivido más bien, de relaciones siempre aireadas a los cuatro vientos, o mejor dicho a las cuatro revistas de papel couché.


¿Alguien se imagina a la Esteban que vino del hielo, en lugar de que éste, el hielo, sólo forme parte de su bebida? O a la Duquesita, ¿yendo a sus aposentos sin perder la virginidad de su zapato?
Porque no nos engañemos,  los pingüinos de Mary Poppins eran dibujos animados, y ella, siempre me pareció que más que ordenar los armarios de los niños, era más de vivir en ellos…

A este vecino del mundo nunca le ha extrañado que los habitantes de paisajes blancos sean más propensos al suicidio, por tanta invitación a autoanalizarse, en lugares donde el azul del horizonte no existe, y el blanco, oculta más que impide,  el distinguir las distancias personales.

Por favor, que alguien le indique a este vecino del mundo, la salida del blanco perfecto, porque uno es más de colores calientes, especialmente de marrones que le caen un día sí y el otro también, y que le  impiden autoanalizarse, porque para decirle cómo es ya tiene a la bruja del tercero.


*FOTO: DE LA RED

miércoles, 18 de enero de 2017

ADVIRTIENDO, EN SUS DIFERENTES FORMAS...

Tengo un amigo tan pesimista,  y con el convencimiento de que siempre van a por él, en una especie de conspiración permanente, que se ha diseñado, y mandado hacer, un felpudo de bienvenida a su casa que dice: “Sabemos a qué vienes”. Está convencido de que con la verdad se va a cualquier parte, y él por si acaso ya va advirtiendo…

Siguiendo la idea de mi amigo, estoy diseñando otra alfombrilla, ésta para mí,  con el siguiente mensaje: “Cuidado, pingüinos jugando”.

Nos han metido tanto miedo, durante días y días, con lo del frío polar que uno ya se cree posible candidato a remedar, pero esta vez en la realidad, a uno de los personajes de la película “El día de mañana”.
¡Ojo! Este vecino del mundo no duda de las predicciones, y de que es mejor advertir a los despistados, pero es que frío, frío, en algún momento tiene que venir, aunque esta vez, como el caldo de gallina, venga concentrado..

Más frío me ha dejado la posición de la primera ministra británica, Theresa May, que ha dicho, obviamente de otra manera, que como el balón es suyo , que se van de Europa aplicando el “Brexit duro”, e ignorando al cuarenta y tantos por ciento, que perdió la votación del año pasado, por aquello de que un mal día, David Cameron, lo tiene cualquiera.

Es lo que suele pasar cuando los socios son incómodos y se les permite desde el principio, además, unas prebendas que los demás no tienen, y que cada vez que se cabrean porque las cosas no van como ellos quieren, amenazan, como los niños malcriados, a dejar de respirar.

Me pregunto cómo harán, en adelante, los británicos que quieran disfrutar de nuestras costas, e incluso seguir viviendo en ellas, cuando, en dos años, más o menos, se supone que tenga efecto el abandono de la Unión Europea. Ya les veo, y no me extrañaría, paseando por nuestros malecones, o paseos marítimos, con dos o tres de su grupo llevando una especie de biombos que les separen de los demás.
Aunque quienes verdaderamente conocen su manera de proceder, cuando se trasladan a vivir a España, saben que crean verdaderas burbujas del Reino Unido, con pubs (que no falten) incluidos, en las urbanizaciones de nuestro país. 

Este vecino del mundo no lo comenta desde el bien o el mal, sino desde el “es lo que hay”, como dicen los modernos.


Se suele decir que la naturaleza es sabia. Por eso la mayoría de los británicos son muy altos. ¿Que por qué? Muy sencillo, para que puedan mirarnos desde su superioridad…

*FOTO: DE LA RED
 TEXTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA

jueves, 17 de noviembre de 2016

EL TERMÓMETRO DE LA PIEL...


Por aquello de quien calla otorga, este vecino del mundo se cree en la obligación de “hablar” por medio de su blog para decir que “darnos cuenta” nos hemos dado, otra cosa es que el espectáculo, en este caso, y como casi siempre, sea lamentable.
  

Este vecino si de algo está seguro es de que nadie tiene la razón absoluta, todo es cuestión de puntos de vista, pero si algo le ha funcionado siempre es “el termómetro de la piel”, o lo que otros denominarían “pasar vergüenza ajena”, y si algo no harías tú por aquello de vestirse por los pies, tampoco lo ves bien en gente que se presupone, que quizás es mucho pensar, preparada para el cargo que tiene….


Y lo de estos días en el cortijo patrio no es de recibo. No es de recibo que tras una “carrera” importante, buena o mala será cuestión de criterios, y sobre todo de ser de izquierdas o de derechas, el Señor Jorge Fernández Díaz, sea el epicentro, lo haya querido o no, de un pequeño/gran terremoto en el Congreso de los Diputados siendo ora querido, ora rechazado, para un cargo político. 


Se puede tragar que te propongan para un cargo, y luego no pueda ser, pero que haya que intentarlo para colocarlo sea como sea en otros dos intentos ese mismo día, clama al cielo. Yo soy el exministro, sinceramente, y planto a todos, a los suyos y a los otros. ¿Tanta necesidad tiene de dinero, o de que le agranden el ego?  Porque si es por eso de seguir sirviendo a la patria, hay momentos en que uno debe mirarse al espejo, concretamente a sus propios ojos, y hablarse de hombre a hombre, y decir eso de: Hasta aquí hemos llegado, porque quizás el resto ya sería arrastrarse…


El termómetro de la piel también le está funcionando a este vecino, para repartir a diestro y siniestro, y nunca mejor dicho. Porque aquí ya no es cuestión de ser de derechas o de izquierdas, sino de tener un poco de cordura. 


El espectáculo hoy de recibir o no recibir al Rey, y a su familia, en el Congreso, porque “yo soy más valiente que tú y no le saludo ni le río las gracias, si las tuviera, durante su discurso de apertura de la legislatura en el Pleno del Congreso de los Diputados" le ha recordado a este vecino del mundo lo del niño que para manifestar su cabreo con su madre, deja por unos momentos de respirar. Vaya por delante, el pequeño detalle, de que como en el Congreso se tiene que respetar las opiniones de cada uno de sus miembros, es un poco bastante como jugar con red, o ahora que hay muchos medios de comunicación en directo, yo, miembro de turno de un partido político determinado me voy a balancear, es un decir, de una liana mientras voy en taparrabos, para vender mi mercancía.

¿Hace falta ser tan zafios?

En cuestión de partidos políticos, ya se sabe quién es de izquierdas, quién de derechas, perdón de centro, ya que al parecer, en España según los partidos de derechas, la derecha ya está en el centro. Y también se sabe quién es monárquico, o republicano, o marxista, o comunista … o lo que sea que sea. Pero hoy me ha parecido, como dicho anteriormente, que sus señorías han jugado a ser niños y a que sus padres supieran que están disgustados  y que por unos segundos (sólo unos segundos porque luego hay que seguir jugando con la consola) “vamos a dejar de respirar” para hacerles temblar…



Tanto a unos como a otros, los que no se han levantado, no han aplaudido, se han puesto camisetas con leyendas molonas o no, o se han dejado las lumbares con todo tipo de reverencias y a punto de dejarse el flequillo enganchado en un pliegue de la alfombra, hay que recordarles que tienen que velar por los españoles, por todos, y no por los intereses particulares de cada partido, en esos días que forman el resto del año.  Aunque ya no haya cámaras, y se esté resolviendo un artículo que parece que no importa a nadie. Porque seguro que atañe a alguien, que quizás solo aparezca reflejado en un periódico cuando ya se ha muerto, porque se ha quemado al caerse esa vela que utilizaba para poder sobrevivir en la negritud  de su vivienda, al olvido de prácticamente todos, mientras se helaba de frío…


*FOTO: DE LA RED

lunes, 23 de noviembre de 2015

UN LUNES ASÍ


Un lunes así, es decir, oscuro, lluvioso y frío, es un día para dialogar contigo mismo, para reflexionar sobre lo hecho y lo deshecho. Lo que en el argot televisivo vestiríamos como “carta de ajuste”, una especie de culto  a la emisión de la señal  propia.

Un día así es para mirar por el todo, porque el día a día es más bien difuso-confuso. Una jornada, quizás, para copiar a nuestro propio gobierno (quién hubiera dicho que iba a decir ésto) que ve brotes verdes en el mismísimo desierto, que pinta sus previsiones como lo más cercano al Edén.

En momentos manifiestamente superables es mejor darse palmaditas en la espalda, que un par de tortas por estar donde estamos. Es mejor ser “tu fiel amigo” en lugar de ser tu parte negativa. Dar ánimos en lugar de revolcones, sino son sexuales. Enfocar al mañana en lugar de al ayer.
Ya que nos trajeron a este baile que es la vida, es mejor seguir bailando, aunque sea a nuestro propio son, sin pisar a nadie, eso sí, que fingirse sordo y cargarse la verbena. Es mejor mirar hacia adelante con esperanza, que  atrás con lágrimas en los ojos.

Una jornada como la presente es para mirar a los demás con complicidad y no con envidia, con interés en lugar de con desdén. Es mejor alimentar y engordar sueños, que pirañas de envidia en frágiles peceras hechas de resentimiento y resquemor.

Un día así es para vaciar tu vida interior de malos recuerdos, abrir la mente para liberarla de olores marchitos de ecos de grandeza, y renovar el catálogo de aspiraciones. Para pintar de rojos pasión la oscuridad de un día que juega a ser noche cerrada. Guardar una orquídea en el pliegue de tu vida mientras nos decimos “te quiero”.


Un lunes así es para gritar al paso de un tren la grandeza de un amor imposible antes que sentir unos jadeos comprados y una mirada tan fría como la nada. Para pasear por el puente de la vida resistiendo la lluvia de la incomprensión y el viento del qué dirán.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 11 de noviembre de 2015

EL SECRETO DE VICTORIA


Este vecino del mundo tiene sus ritos y costumbres cada mañana al levantarse, y uno de ellos es salir al balcón para que la realidad diaria le acaricie o, como en este caso, más bien le abofetee con un día tristón y casi en blanco y negro. Ya cualquier cosa puede pasar, como que no existan los ángeles o estemos solos ante el peligro de la vida.

Más tarde, y ya  con el ordenador, buscando en "noticias de aderezo", porque el día a día es el que es, y últimamente no hay manera de quitarse la barretina, otra noticia me azota, como el nuevo día, en plena cara. Los ángeles en contra de lo que me temía siguen viviendo, y ayer volvieron a volar otra vez, al menos, los que tienen el secreto de Victoria.

Tantos años de lucha feminista, para muchas, y muchos, y en este caso el machismo se disfraza de etiqueta y de medidas perfectas ocupando primeros espacios en cualquier noticiario que se precie, cuando no deja de ser un acto publicitario, eso sí, con unos publicistas cum laude. Porque cuando la publicidad se hace costumbre y además se espera cada año, chapó al que tuvo esta idea, aunque pase de las mujeres y solo quiera vender lo que quiere vender.

Mi vecina, Lola, la del tercero A, la que es demasiado pequeña para el peso que tiene, ya estará, más que triste, buscando cuerda y viga. Y es que ella se gasta un dineral en lencería, soñando en mostrárselo a un novio que todavía no tiene, y pues eso, que no le queda igual. Y además tampoco sonríe como las modelos en cuestión, porque en lugar de cobrar, y muchísimo, por ponérselo, ella tiene que ahorrar un tiempo, bastante largo por cierto, para comprarse un modelito, que además no le queda  bien, sino  todo lo contrario.

A todo ésto habría que añadir todo lo que una mujer paga por comprarse productos que claramente van dirigidos a un público femenino, como desodorantes, cuchillas de afeitar, que si miramos entre el producto femenino y su equivalente masculino, el de la mujer siempre es bastante más caro. Con el agravante de que la mayoría de las mujeres ignora ésto, que desde hace muchos años ya, en Estados Unidos, se ha dado en llamar "Pink taxes", por traducirlo de alguna manera "Impuestos rosa".
Y para más inri, no hace falta apostillar, que ésto se debe de descontar a un sueldo, el femenino, que de sobra es sabido que siempre es más enclenque que el masculino.

A Lola, mi vecina, para animarla le diré que yo, personalmente cada vez que veo a estos angelitos, pienso en el teléfono móvil, y el favor que nos ha hecho su inventor a los que tenemos menos de 1,70 mts., porque antes  y por problemas de altura, en el utópico caso que hubiéramos intercambiado un par de palabras con ellas, siempre hubiera sido gritando, y por supuesto, con eco.

¡Es curioso! Para los diseñadores del secreto de Victoria, si supieran lo que es un botijo, coincidirían que en su concepto de moda, Lola es más parecido a este artilugio que a sus ángeles. Y, por otro lado, personas de a pie del sexo masculino, a los que los personajes encarnados por Alfredo Landa en su momento, podían ser fácilmente un precedente, en el fondo al ver a los ángeles de Victoria es muy fácil que nos sintiéramos también un botijo en manos de la mujer alada.

Y ahora, ¿cómo le explico todo ésto a Lola? 

Quizás será mucho mejor no decirle nada, y guardarme para mí que después de todo  el secreto de Victoria sea, presuntamente, que todo lo que no se ciña a sus medidas, es ... un botijo.

Siempre debiera ser deseable que los ángeles se queden en el cielo.
Lo demás es alborotar en vano. 

*FOTO: DE LA RED


sábado, 24 de octubre de 2015

AMANCIO ORTEGA, SUEÑO O PESADILLA



No sé si será porque ayer leí que muy probablemente Amancio Ortega ya es el hombre más rico del mundo. Lo único que sé es que esta noche he soñado con él, y he pasado frío, mucho frío. 

Obviamente no nos conocíamos, pero desde que hemos coincidido en el mismo sueño, ha comenzado a  hablar conmigo, muy campechano, y como si me conociera de toda la vida.

Por decirlo de alguna manera, me ha dado una gran entrevista; de hecho, es lo único que me ha dado, una especie de master gratuito. Era de la opinión, y en eso y en que es gallego, coincidía, por cierto, con mi madre, que para tener hay que ahorrar. Y además en todo momento ha practicado con el ejemplo.

Su casa, al menos la que he visto en el sueño, y en la que se supone que vivía, era una mezcla entre la casa de “El  Orfanato" y la de “Psicosis”.

No sé si será que al estar junto a él, y por empatía, me he pasado toda la noche ahorrando; pero hasta he soñado en blanco y negro. Me ha extrañado, pero tras el sueño, he pensado, quizás, que sería por aquello del ahorro también, pero recuerdo el detalle de que la gran mansión no tenía luz eléctrica, sino que funcionaba con antorchas colocadas estratégicamente.

Le he comentado al Amancio Ortega del sueño, que su máxima, la de ahorrar, puede que sea verdad, pero que si como es mi caso, no tienes un euro, lo único que puedes es, ahorrarte la opinión, porque no te va a entender eso de que “dinero llama a dinero".

Se ha pasado todo mi sueño trabajando y explicándome eso de que si los economistas de su empresa prevén que para el año que viene su negocio tiene que ganar mil millones, y solo llegan a novecientos, en realidad han perdido cien.

Me he sentido tan agobiado que me he despertado sudando como si me hubiera caído dentro de una piscina, y además, olímpica, con el convencimiento de que si hubiera tenido cualquier ahorro, se lo hubiera dado, sin dudarlo, para evitarle el trauma de que no había conseguido esos malditos cien millones de nada.

Creer en sentido religioso, cada vez creo menos, pero hoy me he levantado dando gracias a Dios, y a los últimos gobiernos de este país, de que no tengo nada. Porque si el sueño era verdaderamente agobiante, la realidad seguro que supera a la ficción.


Bien pensado, si hubiera leído hoy la misma noticia  que ayer, la de que Amancio Ortega posiblemente es el hombre más rico del mundo, en lugar de envidiarle, le hubiera llamado directamente y le hubiera dado el pésame por ser tan rico. E incluso, si hubiera tenido un euro, lo hubiera puesto a su disposición, sin dudarlo. ¡Qué malo tiene que ser eso de poder perder tanto dinero!

*CUADRO: "CASA JUNTO  A LA VÍA DEL TREN", DE EDWARD HOPPER. 

lunes, 18 de noviembre de 2013

IN MEMORIAM



Desde hoy la luz no tendrá la misma fuerza, y los vientos nos recordarán sonidos del pasado. Días de juventud en que la intensidad de la luz impactaba en nuestras jóvenes retinas sedientas  de experiencias.
Desde hoy el sonido solo tendrá ecos de antaño. Nos has dejado,  o quizás solo te has anticipado a nuestro último viaje.
El día no podía haber sido otro. Lluvia y frío, porque nos has robado, con tu ausencia, la pasión por vivir. En las fotos quedarán nuestros días de juventud, con sonrisas frescas de jóvenes labios sobre instantáneas ajadas.
No te ha quedado más remedio que dejarnos, aunque sabiendo que no es un “para siempre”, sino un “hasta pronto”, y que nuestro recuerdo es una manera de seguir entre nosotros.
Siempre has estado presente, y por lo tanto, a partir de hoy, el mundo será otro. Ni mejor ni peor, sino diferente. Ni vamos a poder acostumbrarnos a vivir sin ti, ni queremos. Porque no es justo que una persona, todavía joven como tú, tenga que dejarnos en lo mejor de la vida. Ya estaba anunciado, pero no por eso sigue siendo igual de triste, igual de injusto.
Se suele decir que los hombres no hablan de sentimientos, y es que somos así de tontos. Por eso, pensando que todavía no es tarde, te confesaré que la vida contigo, aunque muchas veces en la distancia, fue mejor, y el día a día visto con tu ironía, un poco menos amargo.
No quiero que estas líneas suenen a despedida, porque nunca puedes dejar atrás a alguien que siempre querrás, sino solo a una prueba de fe de que la vida, y la muerte, tienen esperanza, cuando nacen seres como tú, aun a sabiendas de que, aunque se vayan, no nos dejarán nunca.
Estamos muy orgullosos de haberte conocido, y poder haber compartido un poco de tu vida. En tu memoria, y en la nuestra, siempre te recordaremos.

*FOTO: DE LA RED