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lunes, 17 de octubre de 2016

TANTOS AÑOS DE DUCHA...



Tristemente he llegado a la conclusión de que el hombre, así, en general, tiene mucho de oso, especialmente el estar en letargo mental, aunque nosotros no necesitamos que sea invierno.


Tantos años de ducha, lucha no, ducha, por aquello de no despilfarrar agua, aunque tenga una bonita y gran bañera. Pero ayer me dio por pensar, y de cabrearme, naturalmente, (que es lo que me pasa generalmente cuando me da por sopesar temas), en que últimamente se están poniendo de moda esas duchas verticales en las que te salen “chorritos” de agua de las zonas más insospechadas, incluida la retaguardia,  cuando no se opta directamente  por tener, el que tiene sitio en su casa, un jacuzzi. Y me dio también por pensar, que parte de esa agua es mía; el agua que nunca usé porque aprendí bien esa lección de que solo hay que usar el agua necesaria.


Imaginé, para más inri,  que esa agua usada en el jacuzzi es una especie de agua depositada en Suiza, e incluso en Panamá, porque es una manera de saltarse todas las normas morales, con regodeo incluido.


Y me retrotraje a aquellos años de mi infancia cuando siempre oía eso de “hay que portarse bien, decir siempre la verdad, y no hacer lo que no quieres que te hagan a ti”.


Algo ocurrió desde mi niñez hasta ahora que me perdí. Como en aquella película, “Lost in translation”, o en ese dicho tan español, “Del dicho al hecho hay un trecho”.


Además estoy seguro de una cosa, todos esos que utilizan el agua, y otras muchas cosas, sin orden ni medida, no eran obligados de niños a repartir, bajo vigilancia materna, galletas a los otros niños que se te quedaban mirando en el parque, para que no pasaran envidia. Todos esos, eran entrenados por sus padres para ir al parque sin galletas, y practicar el verbo "gorronear".


Sinceramente, no me imagino a Esperancita Aguirre, dando sus galletitas a otros niños, pero sí aparcando su triciclo en algún lugar prohibido. Aunque tampoco imagino, para ser justos, a Pablito Iglesias dando sus galletitas; pero sí le veo, en cambio, arengando a los demás niños en el parque, para que lo hagan más grande y mucho más cómodo.



Tantos años de ducha, y desperté ayer. Ese letargo del oso que llevamos dentro…

*FOTO: DE LA RED

P.D. Para los que se pregunten qué hacía Marianito Rajoy en el parque. Muy sencillo, él solo esperaba.

martes, 17 de mayo de 2016

¡HARTO! CON JOTA



Ver el programa de Bertín ayer en Telefive, con una Esperanza Aguirre libre de todo complejo, ha sido como estar en el filo de la navaja y no saber si te debes de cortar las venas, o ponerle una buena ración de alfalfa al canario que nunca has tenido.


Quedó más que claro que Doña Espe siempre ha hecho lo que le sale del mismísimo, y que eso de ser madre..., se es, pero sin mucho ímpetu. Siempre es mejor ser abuela.


Estuvo muy bien su hermano, pero se le vio el plumero, claro, cuando a la pregunta sobre si la Señora Aguirre cocina, él contestó que las veces que va a su casa, “todo está muy rico”, y que no pregunta quién lo ha hecho, porque lo que pasa de muros para adentro… 
Como se dice ahora: Y yo voy, y me lo creo.


Si en la mayoría de los programas, muchos de los invitados quedan como un Adán cualquiera, al no saber encender la cocina, ayer no se le puso en esa tesitura a Doña Espe. Y la mayoría nos quedamos con la duda.


Por cierto, me pasé todo el tiempo esperando a que Bertín, el Señor Osborne, le hiciera la ola, hasta que me di cuenta de que todo el programa fue una ola virtual…


De todas maneras, y en otro orden de cosas, una gran característica del político es hacer de la necesidad virtud. 


Que la sociedad está harta, así con jota, porque hay que ir a votar otra vez, con el consiguiente gasto, que pagamos nosotros porque ellos no han sido capaces de llegar a un acuerdo, y ahora resulta que todos los partidos parecen que ahorran desde siempre. Porque ya se habían dado cuenta que era necesario ahorrar, y que ya no se ponen ni banderitas, ni grandes fotos. Porque, total, sus candidatos ya son de sobra conocidos. Y es verdad, porque todos en nuestras casas, sabemos a quién damos de comer, y a todos ellos desde hace mucho tiempo les tenemos en "un todo incluido, de lujo". Y que por cierto, ¡cómo comen!


¿Os habéis dado cuenta alguna vez de que todo lo que hacen los partidos políticos puede estar bien o mal pero siempre es carne de debate, y al final con tanto debatir  y de menear la perdiz, no se llega a ningún sitio, la gente se harta, otra vez, con “jota”, y al final el asunto se olvida?


Sin embargo, lo que hacemos nosotros, el vulgo, nunca es objeto de dudas. En un momento dado, todos, todos, según ellos, claro, gastamos por encima de nuestras posibilidades, y de ahí vino la crisis. Y eso va a misa. Y si va a misa, ya se sabe… se bendice.


Luego, nos enteramos de que las propias autonomías, algunas de ellas, se gastaron el dinero en obras faraónicas, para que los padres de los políticos estuvieran orgullosos de ellos, e incluso hicieron aeropuertos para el abuelo, pero eso, también es debatible, y consecuentemente, entra en el terreno del olvido.


Y todavía queda más de un mes para las próximas elecciones… Y que tras los resultados, se pongan de acuerdo. Y mientras, no nos olvidemos, sigue el mismo gobierno, por defecto. Y nunca, nunca, mejor dicho.



Lo dicho, ¡Harto! Con jota.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 24 de octubre de 2015

AMANCIO ORTEGA, SUEÑO O PESADILLA



No sé si será porque ayer leí que muy probablemente Amancio Ortega ya es el hombre más rico del mundo. Lo único que sé es que esta noche he soñado con él, y he pasado frío, mucho frío. 

Obviamente no nos conocíamos, pero desde que hemos coincidido en el mismo sueño, ha comenzado a  hablar conmigo, muy campechano, y como si me conociera de toda la vida.

Por decirlo de alguna manera, me ha dado una gran entrevista; de hecho, es lo único que me ha dado, una especie de master gratuito. Era de la opinión, y en eso y en que es gallego, coincidía, por cierto, con mi madre, que para tener hay que ahorrar. Y además en todo momento ha practicado con el ejemplo.

Su casa, al menos la que he visto en el sueño, y en la que se supone que vivía, era una mezcla entre la casa de “El  Orfanato" y la de “Psicosis”.

No sé si será que al estar junto a él, y por empatía, me he pasado toda la noche ahorrando; pero hasta he soñado en blanco y negro. Me ha extrañado, pero tras el sueño, he pensado, quizás, que sería por aquello del ahorro también, pero recuerdo el detalle de que la gran mansión no tenía luz eléctrica, sino que funcionaba con antorchas colocadas estratégicamente.

Le he comentado al Amancio Ortega del sueño, que su máxima, la de ahorrar, puede que sea verdad, pero que si como es mi caso, no tienes un euro, lo único que puedes es, ahorrarte la opinión, porque no te va a entender eso de que “dinero llama a dinero".

Se ha pasado todo mi sueño trabajando y explicándome eso de que si los economistas de su empresa prevén que para el año que viene su negocio tiene que ganar mil millones, y solo llegan a novecientos, en realidad han perdido cien.

Me he sentido tan agobiado que me he despertado sudando como si me hubiera caído dentro de una piscina, y además, olímpica, con el convencimiento de que si hubiera tenido cualquier ahorro, se lo hubiera dado, sin dudarlo, para evitarle el trauma de que no había conseguido esos malditos cien millones de nada.

Creer en sentido religioso, cada vez creo menos, pero hoy me he levantado dando gracias a Dios, y a los últimos gobiernos de este país, de que no tengo nada. Porque si el sueño era verdaderamente agobiante, la realidad seguro que supera a la ficción.


Bien pensado, si hubiera leído hoy la misma noticia  que ayer, la de que Amancio Ortega posiblemente es el hombre más rico del mundo, en lugar de envidiarle, le hubiera llamado directamente y le hubiera dado el pésame por ser tan rico. E incluso, si hubiera tenido un euro, lo hubiera puesto a su disposición, sin dudarlo. ¡Qué malo tiene que ser eso de poder perder tanto dinero!

*CUADRO: "CASA JUNTO  A LA VÍA DEL TREN", DE EDWARD HOPPER. 

miércoles, 21 de mayo de 2014

25 DE MAYO, ENTRE BUZONES Y ALFOMBRAS

Si los buzones, los del portal concrétamente, fueran cambiando de color a medida que se les van introduciendo cartas, el mío llevaría varios días en “rojo explosión”, si ese tipo de rojo existiera.
Puestos a ahorrar, que ahora a todos se nos ha insertado un chip con solo un pensamiento/palabra, AHORRAR, se podría evitar semejante gasto, de papeles y sobres. No hace falta ser muy “lumbreras” para pensar que con colocar todo tipo de papeletas, y sobres, en la caseta electoral ya sería más que suficiente. Y en este tipo de cosas, este vecino será por la experiencia, los años que ya tiene, y la mala leche inherente que le acompaña, siempre se hace la misma pregunta:-¿De quién será la imprenta encargada de hacer esa publicidad?-
Más que nada porque es un contrato más apetitoso que un cigarrillo después de…eso, de estrechar profundos lazos. Y como está visto que la clase política no da puntada sin hilo, ni cumpleaños de los hijos sin serpentinas ni viajes subvencionados, uno sospecha ya hasta de su sombra.
Y por cierto, ya tenemos las elecciones europeas a la vuelta de la esquina, de este domingo concretamente, y quien más quien menos se hace alguna pregunta: ¿Merece la pena ir a votar?, ¿Para qué? Y de hacerlo ¿a quién?
Este vecino, últimamente al menos lo tiene clarísimo:
Sí merece la pena ir, por aquello al menos de quien calla otorga. Contestar a “para qué” también es sencillo. Para premiar a unos y agraviar a otros.
Lo más difícil es contestar a la tercera pregunta, “a quién”, porque visto lo visto nadie se lo merece, y quizás lo mejor sería el voto variado para que así hubiera que llegar a consensos, a acuerdos, y practicar eso de “hablando se entienden las personas”. Porque en el ambiente político desde hace mucho tiempo no se habla, sino que se practica el monólogo. Este vecino está convencido de que los espacios electorales habría que emitirlos en el Canal Comedy, porque es el lugar para los cómicos (que dicho sea de paso este vecino no tiene nada contra ellos, muy al contrario) y los monólogos.
Este vecino como siempre se moja, esta vez lo va a hacer también, haciendo ver la orientación de su voto a través de su afición por el cine.
Teniendo en cuenta que la juventud de este vecino está por siempre vinculada al comienzo de la democracia y al “contra Franco vivíamos mejor”, entonces el cine inteligente y rompedor se proyectaba en pequeñas salas, normalmente denominadas “Salas de arte y ensayo”. Guiado por este pensamiento, sería bueno votar a pequeños partidos, por aquello de renovar el aire e ideas políticas, y dar una oportunidad a nuevos rostros antes de que se conviertan en “caras duras”, más que conocidas. Y es que si nos damos cuenta, a los dos grandes partidos, en afiliados y en equivocaciones, solo les interesa la alternancia, y el seguir ocultando, entre ambos, sus presuntas tropelías, debajo de la alfombra.

*FOTO: DE LA RED