Mostrando entradas con la etiqueta hoy. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta hoy. Mostrar todas las entradas

martes, 29 de septiembre de 2020

DESMONTANDO "LA GRAN FAMILIA"

 

Como se siga pidiendo/exigiendo disminuir la cantidad de personas para poder aceptar un grupo en nuestras terrazas, o reuniones familiares (ahora ya se ha pasado en varias autonomías de diez personas a seis), llegará el día en que los que tengan doble personalidad, no van a poder salir a la calle.

Ahora en serio, aunque lo anterior en cierta forma también lo era, más de una vez me acuerdo de aquella película española de 1962, dirigida por Fernando Palacios, La gran familia, la de la famosa búsqueda navideña del Chencho perdido, y sus dos secuelas.

Por de pronto este año en Navidades, y con la nueva normalidad, esa familia de las familias que quería el régimen de entonces, como mínimo iba a tener que organizar tres mini-saraos en sitios diferentes para las comidas y cenas en esos días, se supone, tan entrañables, y así poder cumplir la normativa de cada momento. Y eso, le sigue recordando a este vecino del mundo, las palabras de una Isabel Díaz Ayuso desatada, hablando de maneras de vivir de los migrantes, cuando en realidad los menos afortunados en esta sociedad actual, sólo se limitan a sobrevivir como pueden.

Y es que si algo nos está enseñando esta pandemia es, como en aquella serie de televisión,  que “nada es para siempre”. O como ese famoso chiste que nos contaban nuestros ancestros, al menos los de este vecino, de “cómo cambia la vida, AYER era sin hache, y sin embargo HOY la lleva”.

Aunque normalmente los cambios, siempre relacionados con esta dichosa pandemia, te van aligerando el equipaje y el poder económico.  Y ya hace mucho tiempo que más de uno se ha quedado con las vergüenzas fuera, y en este caso este blogger no se refiere sólo al ciudadano sufridor, sino al que tiene que tomar ciertas decisiones y todo le viene grande, menos la talla de su poltrona de la que no se quiere separar ni arrojándole el agua escaldada de la vergüenza torera, que ni tiene ni se le espera. 

*FOTO: DE LA RED


domingo, 8 de diciembre de 2019

LA PARADOJA Y LA PILA



Hoy es uno de esos días en que ya sólo los recuerdos te están hablando de tu pila, de tu pila de años que ya acumulas.

Y es que pensar que estamos en un 8 de Diciembre, Día de la Inmaculada Concepción, equivale a recordar inmediatamente que hace muchos años, más de cincuenta, tal día como hoy se celebraba también el Día de la madre.

Me imagino que por aquello de que “el negocio es el negocio”, y que ya bastantes fiestas había, y hay, en Diciembre, mudaron la fecha a Mayo, para tener en ese mes otro “por qué” para gastar, y darle al mismo tiempo al bolsillo del ciudadano de a pie un poco de aire. Y es que los Reyes Magos existirán, nunca lo he dudado, pero entre una cosa y otra, el dinero se te va y nunca encuentras el truco del por qué.

En realidad, con el desparrame del dinero navideño ocurre como con la velocidad del tiempo: 
Se tarda todo un año en llegar a las Navidades, verdad verdadera, pero cuando llegan se pasan a la velocidad de un huracán, especialmente por cómo suelen quedar nuestras casas después de cualquier ágape, y eso que ya los años te hacen tomar las cosas, e incluso las copas, de manera, digamos, más comedida.

Hay gente que cuando se trata de fiestas, bebe como si no hubiera un mañana, y al final no hay un mañana precisamente por todo lo que han bebido. Una auténtica paradoja del destino.

Por cierto, y ante la curiosidad de alguno de mis lectores que me han contactado internamente, decirles que a raíz de mi post “Lo carga el diablo…” (https://patxipe.blogspot.com/2019/12/lo-carga-el-diablo.html) sigo sin acercarme al frigorífico, pero esos buitres que en Diciembre tienen la forma de famoso intentando venderte “lo suyo”, esta misma noche se han incluso colado, uno de los que estaba en mi frigorífico precisamente, en un programa como el de “La sexta noche”, y han intentado vender, y seguro que lo conseguirán a más de uno, un libro de cocina, con la excusa de que el famoso cocinero en cuestión coincidió en la mili con el padre del presentador del programa, Iñaki López.

Al final, tendré que hacer más sitio en el frigorífico y escribir el blog desde allí. Por lo menos el frescor seguro que es bueno para la piel y para la famosa pila…

*FOTO: DE LA RED

sábado, 2 de junio de 2018

24 HORAS AL LÍMITE


Lo ocurrido entre ayer y hoy en la política española ha sido como montarse en una montaña rusa sabiendo que en tu unidad ni estabais cerrados con la cadenita de la barra que sirve de cinturón, ni la puerta encajaba.

Ha sido como vivir peligrosamente pero con un final, por ahora, bastante feliz, sobre todo con los que temíamos que ya con abrir incluso la puerta del frigorífico nos íbamos a encontrar con Don Mariano Rajoy dentro diciendo eso de: Es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde”.

La verdad es que esa frase, bien pensado, tiene mucho de la política de Rajoy, parece una cosa, aunque ni entre nosotros mismos, el pueblo llano, nos pongamos de acuerdo qué parece, y seguro que es otra cosa. 
Especialmente en lo que respecta a ayudar a los de siempre, aprovechándose de los de siempre.

Ya sé que si me  estuviera leyendo Rafael Hernando, primero diría que es mero populismo, su palabra-insulto comodín, y luego seguiría con un tren de improperios mientras hace ademán de estar perdiendo el tiempo, porque los que le llevan la contraria parece que siempre le hacen perder el tiempo, por aquello de que además les tiene que enseñar lo que vale un peine. Y en política, de eso, de lo que vale un peine, se debe de venir aprendido.

Bien pensado, lo de hoy, la marcha de Rajoy, y consiguientemente, de un PP todavía más desorientado que la cabeza de la niña del exorcista, ha tenido mucho de orgasmo, para los que ya estábamos hartos de un partido, el popular, haciendo aguas por todas partes, pero que estaban dispuestos, eso parece, a que nosotros fuéramos los primeros en ahogarnos.

Y ahora, tras el orgasmo y unos cuantos pitillos después recordando el momento de la caída de una manera de mandar con guantes para intentar no dejar huellas, convendrá ponernos el mismo chip de siempre para que si van mal las cosas con Pedro Sánchez, al menos no nos duela, como siempre también.

Siempre se ha dicho eso de que “las obras de Palacio van despacio”, pero este vecino al menos, por ahora, se conforma con poco, con sentir que el barco donde vamos todos parece coger un rumbo determinado y firme, y se nos vaya informando de cada escala, para saber, más que nada, de lo que nos depara el camino. Y eso sí, menos políticas del miedo, de presentar a los demás como hombres, y mujeres, del saco.

¿Un miedo de todo lo visto en apenas 24 horas? Que los que se van, y además tan rápido, tienen la sensación y lo dicen abiertamente, que lo que dejan atrás es suyo, y que los que vienen ahora, a hacerse cargo de la trayectoria de nuestro viaje, no son verdaderos patriotas. 
Por cierto, cualquier día de estos, nos ponen un examen de patriotería. ¿Y el precio de la matrícula? Al nivel de los masters de Doña Cristina Cifuentes.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 8 de diciembre de 2017

LOS 8 DE DICIEMBRE


Días como el de hoy, 8 de Diciembre, para este vecino del mundo siempre han tenido mucho de especial, evocadores, y sobre todo con un sabor inolvidablemente familiar...

En la memoria a corto plazo para este-vecino-del-mundo-niño, que naturalmente daba para lo que daba, ya lo situaba como el comienzo del mes de la Navidad, y punto muy importante en mi casa: el comienzo de la época de comer turrón, que siempre era de tres gustos, con tableta de tres líneas longitudinales: blanca, amarilla y color chocolate. No era chocolate, sino más cercano al mazapán, con mucho sabor a azúcar. Una delicia para los niños, para el Ratoncito Pérez, que se quedaba con tus dientes de leche y, con el tiempo se vería, para los dentistas.

Como se suele decir, y en este caso es realidad, los más viejos del lugar recordarán que hasta 1965, este 8 de Diciembre, se celebraba el Día de la Madre, que luego por cuestiones más comerciales se pasó a Mayo.

Como pintor aficionado, o aficionado a pintar, los colores que esa época me evocan siempre son gamas de oscuros, verdes, azules, recordando a la humedad, al frío…

En cuanto a olores, lo inunda todo ese acogedor olor a castañas. Calientes, muy calientes, al principio solo soportables por el cono de papel, siempre de periódico. Después, encerrando cada castaña entre las palmas de tus manos, mientras observas ese humo, casi mágico, escabulléndose por tu epidermis y transformando el tajante frío en un cálido placer comestible.

Por cierto, muchos años después, y lo que son las cosas, ese cono, pero ya no del mismo tipo de papel, sino más grasiento, solo lo he podido asociar a los “fish and chips” londinenses a finales de los setenta.

Siempre tengo la sensación de que en mi niñez llovía mucho más, y el frío era más penetrante. Sensaciones más contundentes. Quizás porque todo es nuevo para ti, y todo son extremos: frío, calor; alegría, tristeza.
La tibieza comienza cuando intentas negociar, quedar bien, o cuando menos, no quedar mal.

Quizás, de niño miras todo desde dentro, desde de tu yo más personal. A medida que vas creciendo, te dejas influenciar, por lo que dicen/hacen los demás. Quieres ser uno más de ese equipo de amigos…


Los momentos evocadores, como los 8 de Diciembre, con el tiempo aprendes, conviene no usarlos como medida de comparación entre el ayer y el hoy. De una manera u otra siempre perderás, sino solo como llave para recordar, y aprender que los “hoy” siempre se transforman en “ayer”, todo es cuestión de tiempo. Y de saber apreciarlo, reposarlo, porque es señal de que sigues vivo. 

*FOTO: DE LA RED

lunes, 19 de octubre de 2015

EL SHANGRI-LA DE TUS RECUERDOS


En algún sitio leí que no se debe de volver al lugar en el que se fue feliz porque es la manera de comenzar a perderlo todo. Incluso, y ésto ya es de mi propia cosecha, a la felicidad le vienen bien los grandes espacios, y el paso del tiempo para aderezarlo con atrezo de nuestra propia cosecha. 

Prohibido primerísimos primeros planos, porque como mínimo las patas de gallo de los recuerdos nos hablarán de tiempos pretéritos donde el futuro se teñía de posibilidades, y el deseo aprendía a dar sus primeros pasos.

Quizás, el retorno puede ser como intentar leer el libro de nuestras vidas dos veces. Como Superman intentando que la tierra gire en dirección contraria para borrar la muerte de su amada. Y ninguna vida resiste a una segunda lectura, porque a buen seguro cambiará, y es más que probable que perderemos en el cambio, porque siempre gana la banca, aunque sea la del recuerdo.

El ayer está lleno de nidos de bonitos recuerdos dormidos o sonámbulos. Recuerdos con pedigrí, que si vuelves a Shangri-La, es más que probable que acabes con ellos. Porque los recuerdos son como camaleones de porcelana del ayer, que se depositan en cualquier lugar, se mimetizan con el paisaje, pero son más que eso. Y si vuelves al Shangri-La de tus recuerdos es más que probable que perezcan rotos en mil añicos (como bolas de un árbol navideño olvidado en el mismo momento de nacer) por las pisadas de la realidad.


Los recuerdos siempre merecen ser mirados desde el retrovisor de la vida, pero con la vista en la forja donde el futuro hecho cerámica  se hornea  y se convierte en mil formas de un siempre frágil presente. Ayudan a que el presente sea soportable, pero no se puede vivir de ellos, solo sirven de anestesia a un dolor que está en nuestro ADN, y que nos hace distinguir lo verdadero de los sueños.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED

martes, 22 de abril de 2014

LA PELÍCULA DE TU VIDA

Antes siempre tenías la sensación de que el “hoy” era el único obstáculo para llegar al “mañana”, sin embargo ahora, y pasados los años, y muchos, te agarras al hoy, por si no queda un mañana. Y es que a lo mejor el mañana no deja de ser una leyenda urbana, con la diferencia de que quizás es más probable que te encuentres con la niña de la curva, que con tus sueños cumplidos.
A medida que van pasando los años, y vas perdiendo amigos por el camino, te vas conformando con menos, es como si intentaras, al principio, que tu vida, hablando en el argot cinematográfico, fuera una superproducción multimillonaria, y al final te conformaras con hacer un documental con cámara en mano y de muy bajo presupuesto.
Y, quizás, la vida es eso, un documental que vas rodando día a día, contigo como protagonista y co-guionista, porque también hay que contar con las “estrellas invitadasque también van a contribuir en el guion para que la vida sea, en parte al menos, diferente a lo esperado. Pero siempre te quedará un recurso muy importante, para que el producto final, tu vida al fin y al cabo, quede muy apañado. Este vecino se refiere al humor, incluido el humor negro, porque a estas alturas de la vida no vas a descubrirte como racista. La chispa de la vida, y no vamos a hablar de esa bebida americana,  quizás sea el saber reírse de uno mismo, porque, eso, en cierta manera, hace mirarte desde fuera y ver a tu persona convertido en personaje. Y ya se sabe que mirando desde arriba siempre se obtendrá otra perspectiva, y es muy probable que sea mejor, o cuando menos diferente.
Al final no es que la vida nos haga más sabios, sino que en parte aprendemos a torearla, o siguiendo con el argot cinematográfico, a saber a hacer, con el presupuesto que tenemos, maravillas, o al menos, ir desechando escenas que no se van a poder rodar por falta de presupuesto, y con ello ahorrarse, aparte de dinero, que es muy probable que ni tengas, disgustos, porque ver venir quizás sea de lo más importante en esta vida, y eso sí lo da la experiencia, que siempre se ha dicho que es “la madre de la ciencia”.

*FOTO: DE LA RED



lunes, 18 de noviembre de 2013

IN MEMORIAM



Desde hoy la luz no tendrá la misma fuerza, y los vientos nos recordarán sonidos del pasado. Días de juventud en que la intensidad de la luz impactaba en nuestras jóvenes retinas sedientas  de experiencias.
Desde hoy el sonido solo tendrá ecos de antaño. Nos has dejado,  o quizás solo te has anticipado a nuestro último viaje.
El día no podía haber sido otro. Lluvia y frío, porque nos has robado, con tu ausencia, la pasión por vivir. En las fotos quedarán nuestros días de juventud, con sonrisas frescas de jóvenes labios sobre instantáneas ajadas.
No te ha quedado más remedio que dejarnos, aunque sabiendo que no es un “para siempre”, sino un “hasta pronto”, y que nuestro recuerdo es una manera de seguir entre nosotros.
Siempre has estado presente, y por lo tanto, a partir de hoy, el mundo será otro. Ni mejor ni peor, sino diferente. Ni vamos a poder acostumbrarnos a vivir sin ti, ni queremos. Porque no es justo que una persona, todavía joven como tú, tenga que dejarnos en lo mejor de la vida. Ya estaba anunciado, pero no por eso sigue siendo igual de triste, igual de injusto.
Se suele decir que los hombres no hablan de sentimientos, y es que somos así de tontos. Por eso, pensando que todavía no es tarde, te confesaré que la vida contigo, aunque muchas veces en la distancia, fue mejor, y el día a día visto con tu ironía, un poco menos amargo.
No quiero que estas líneas suenen a despedida, porque nunca puedes dejar atrás a alguien que siempre querrás, sino solo a una prueba de fe de que la vida, y la muerte, tienen esperanza, cuando nacen seres como tú, aun a sabiendas de que, aunque se vayan, no nos dejarán nunca.
Estamos muy orgullosos de haberte conocido, y poder haber compartido un poco de tu vida. En tu memoria, y en la nuestra, siempre te recordaremos.

*FOTO: DE LA RED