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viernes, 25 de diciembre de 2020

EFECTOS DE UNA NOCHEBUENA...

 

He visto por decimonovena vez “Love actually” y el personaje interpretado por Laura Linney sigue sin ligarse definitivamente al buenorro de la oficina (el actor Rodrigo Santoro).

Algunas veces las películas se parecen demasiado a la realidad y no se pueden maquillar ni con efectos especiales alcohólicos aunque sea Navidad. Y es que hay momentos en que la cabeza todavía no está para exactitudes de dónde o cuándo.

Por lo demás, en el mensaje del Rey, éste ha dicho lo que tenía que decir pero “sin discos dedicados”, y mucho me temo que muchos, los de siempre, le van a volver a crucificar, confundiendo la Navidad con la Semana Santa.

Tengo un primo que hoy pasaba la noche, por diversos motivos, en solitario, como este vecino, pero en diferente ciudad, que os conozco… Y es tan estricto, tan estricto, que cada veinte minutos habría las ventanas. Esperemos que en el peor de los casos no se muera de pulmonía…

Pensaba que nunca llegaría a decir esto, pero lo que es justo es justo, y he comenzado a ver el programa de Raphael, por curiosidad, y me he quedado enganchado hasta el final. Ha sido un recital, con invitados (a dar lo máximo de ellos), que por su delicatessen quizás hubiera tenido que ir, de alguna manera, dentro de “Masterchef”.

Son algo más de las tres de la mañana, y los donostiarras al menos, se lo han puesto fácil a Olentzero y a Santa Claus. En la mayoría de las casas ya solo quedan unas luces de colores intermitentes que dan pistas de que “no hay moros en la costa”. Esperando que no haya nadie defensor de lo políticamente correcto que se mosquee por esta expresión, antes al menos, totalmente coloquial.

Para la despedida, me voy con el deseo de que en mi casa al menos, ya que no va a venir ni el Olentzero ni otro colega de diferentes latitudes, dentro de unas horas, cuando despierte, no falte nada, porque en ese caso pudiera significar que este vecino fuera cleptómano, y sinceramente, ya con ser persona de riesgo tengo el cupo más que lleno...

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 18 de marzo de 2020

¿PUEDEN LOS ANDROIDES REALES SOÑAR...?



Ya se están haciendo chistes. Es que nos lo han puesto a huevo. Eso de que no es lo mismo el coronavirus que el virus de la corona.

Ya sabéis que este vecino del mundo es de por sí muy mal “pensao”. Y eso de que el rey supiera hace un año las andanzas del emerito que le parió, y nosotros nos hayamos enterado ahora, cuando estamos encerraditos en nuestra hipoteca o en la de otros, canta más que un fiambre en pleno mes de agosto.

Pareciera que una catástrofe, o cada uno la catalogue como quiera, se tapa con otra. La verdad es que, al final de todo, la vida de nuestro rey, y depende cómo se cuente, puede ser más triste que una novela de Charles Dickens, o incluso en forma de un vodevil barato. En la aparente calma chicha de la nobleza en sus más altas instancias, nadie se estaba quieto : La casa de los líos..  

Junto con sus parientes británicos, ambas casas presuntamente se han movido con ganas. Y si no que se lo pregunten al Príncipe Charles durante los días de su boda  con su primera esposa, que no primera mujer…

El amor, entre personas, o al dinero, no respeta compartimento estanco que lo pueda contener, y al final arrasa con todo.

Hoy os voy a dejar una pregunta honoris causa, o para no ser contestada, a modo de deberes para estos días de confinamiento.

Lo mismo que nosotros al atardecer salimos al balcón, o simulacro, para aplaudir a los que creemos que se están batiendo el cobre en la lucha contra el virus, ¿a quién puede aplaudir nuestra corona al atardecer desde algún mirador del Palacio de la Zarzuela? O envolviendo la pregunta en tintes de ciencia ficción: ¿Pueden los androides reales soñar con unas pantuflas eléctricas?

*FOTO: DE LA RED

domingo, 19 de agosto de 2018

DEL HOYO AL BOLLO, UNA VEZ MÁS



Hoy me han llamado “raro”, y eso que a lo largo de mi vida me han podido decir de todo, pero “raro” nunca. Y lo más triste es que siendo de la familia, es posible que esa persona tenga razón. “Raro”, como venido de otra galaxia. “Raro”, como que mi raciocinio se basa en otros valores que si no queremos decir que no son “los normales”, al menos no son los usuales.

Todo ha venido porque La Nuri, mi sufrida, me iba a dar dos noticias de ámbito familiar, utilizando el manido “tengo una noticia buena, y otra mala”. Y tras elegir primero la mala, me he enterado, de acuerdo a lo que me ha dicho ella, que al parecer la mayoría de las veces el comportamiento suele ser el contrario.

Siempre se ha dicho, y con los años este vecino lo practica con más frecuencia, eso de que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y uno va aprendiendo a encajar las cosas. Por eso  ante la perspectiva de recibir dos noticias, este vecino lo tiene más que nítido, que primero prefiere la noticia mala, que sería como un túnel negrísimo, y luego recibir la buena, a modo de vislumbrar luz al fondo del caos.

Y es que si algo nos está enseñando, y de antemano perdón por la expresión, que en este caso está muy alejada del tufillo racista, esta merienda de negros en que se ha convertido la vida diaria es que hay que fijarse en los pequeños detalles.

En una semana en la que hemos descubierto que en Benidorm hay demasiados españoles, según una jubilada británica, y que las cosas no cambian en aquello relacionado con el viejo dicho de “el muerto al hoyo y el vivo al bollo”. Con una tremenda crudeza y torpeza se ha practicado esto último, sin anestesia, en los actos que iban a ser una especie de homenaje a los caídos en los actos terroristas de hace ahora un año, y se han convertido, además, en la merienda mencionada anteriormente.  

Quizás lo único que se puede salvar, lo bueno de lo malo, le duela a quien le duela, por supuesto que aparte del comportamiento de las víctimas y de los representantes de los fallecidos que estuvieron en su justo sitio sacando los colores a todos, no es el comportamiento de la monarquía, así en general, sino de Felipe VI y su esposa, Doña Letizia, que han demostrado que son ante todo y sobre todo personas.

En momentos en que uno se sabe estar, como se dice ahora, en el centro mediático, tiende a sobreactuar y de persona transmuta tristemente a personaje.  Y  llámenme “raro” que ya saben que no serán los primeros, pero en los actos conmemorativos de lo ocurrido en Barcelona y Cambrils hubo más personajes que los que se pueden encontrar en un belén navideño.

Durante las retransmisiones televisivas, al verse a los políticos de cualquier pelaje, solo faltó la voz en off de Groucho Marx diciendo: Estos son mis principios pero si no les gustan tengo otros.

Por eso cuando La Nuri me habló de una noticia buena y otra mala, no lo dudé: La esperanza siempre hay que dejarla para el final.

*FOTO: DE LA RED





lunes, 18 de junio de 2018

PÁJAROS DE DIFERENTE PELAJE



Esta mañana, a primera hora, más de uno habrá pensado, como en las películas de espías con frases medio encriptadas, "el pájaro ya está en la jaula; repito, el pájaro ya está en la jaula".  

Y es que el Señor Urdangarín ya ha ingresado en la prisión que ha tenido a bien elegir, y que no es otra que la de Brieva, Ávila. Cárcel de mujeres, que tiene un pequeño módulo para hombres, y que en este momento no estaba siendo utilizado.

Se nos está venga a decir que aunque ha tardado el Señor Urdangarín, bastante por cierto a mi entender, que como cualquier español que haya cometido algo en contra de la ley, al final, va a prisión.

Sin embargo, llamenle a este vecino del mundo "malpensado" si quieren, la percepción que pueden tener muchos de los ciudadanos de a pie es que al Señor Urdangarín, que no deja de ser, por mucha o por muy poca condena que le haya caído, cuñado de nuestro Rey Felipe VI, le han ofrecido una especie de menú de todas las cárceles españolas, 82 en total, y de ellas ha elegido la que más le molaba, que, ¡oh casualidad!, es una cárcel de mujeres, en las que hay un pequeño módulo para hombres, y dónde en su momento también se alojó, Luis Roldán, otra joya de nuestro choriceo nacional. Y que,¡oh casualidades también!, en este momento no hay nadie. Por lo que se convertirá, aunque seguro que no lo reconocen, en una especie de “casoplón” pagado por todos, y habitado por un reo tratado mejor que a la mayoría.

Los recuerdos no dejan de ser una especie de comida para nuestro espíritu, y por eso si tengo que recordar algo de estas últimas horas, en lugar de recordar las aventuras y desventuras de un vasco en la corte del Rey Felipe, prefiero quedarme con un recuerdo delicatessen aunque el escenario no fuera el mejor. 

Algo dicho por una de las niñas, de doce años, que ayer llego con otros 629 refugiados al puerto de Valencia. Esta niña en cuestión, a modo de pequeña gaviota procedente de Guinea, y que esperemos le dejen hacer su nido en nuestro país, le ha dicho a la persona que con mucho cariño le estaba atendiendo: "Hace mucho tiempo que nadie me daba un abrazo como este".  Sobran las palabras.

*FOTO: DE LA RED



domingo, 24 de diciembre de 2017

UNA BUENA NOCHE PARA TODOS


Hoy día 24 de Diciembre, Nochebuena, es de una obligatoriedad solemne, aunque en este caso concurre además, una necesidad casi de epidermis, el desear a todos unas Felices Fiestas de Navidad.

No sé vosotros, pero a mí cada vez que alguien me lo desea, y más en la zona de Bilbao que es donde me muevo estos días, tengo la sensación de que seguirá con “... y para demostrarlo aquí tienes un cheque de mil euros para gastos, y si te hace falta más, pues ya me lo dirás”. Y es que decir, simplemente hablar, no cuesta dinero.

Por otra parte, estoy muy preocupado porque por primera vez vamos a cenar sin ningún cuñado, y , bien pensado, tiene mucho riesgo, porque al final no existirá ese chivo expiatorio al que cargarle con todos los males.

Llevo un buen rato buscando en las páginas amarillas “alquiler de cuñaos”, y he descubierto, como se dice ahora, que puede ser un gran nicho de mercado en momentos como el presente… Una startup de esas que ofrezcan cuñaos en buen estado para todo tipo de circunstancias.

Por cierto, y esta noche en horario de máxima audiencia, va a hablar un año más, como dicta la tradición, el primero de los españoles (para que luego vayan diciendo algunos, que todos somos iguales; porque si hay un primero, tiene que haber un “último”, y me da que nosotros seguro que estamos por esa zona) para desearnos unas felices fiestas y seguro, no hace falta ser vidente para ver lo evidente, y tal como está el asunto catalán hablar sobre el mismo.  Tampoco sería muy extraño que el Rey diera su discurso como quien no quiere la cosa con una barretina en su cabeza, a modo de guiño o polvos “Talco” para intentar suavizar el escozor independentista. Que por cierto, el Señor Puigdemont ha intentado convertir el discurso del monarca en una especie de discos dedicados, apuntando desde su cortijo, llamado Bruselas, lo que debería decir esta noche, y los perdones que debe de pedir.

Como aquí nadie da puntada sin hilo, tampoco sería de extrañar, que si el monarca le hiciera caso, luego Puigdemont de Bruselas, intentara pasarle la minuta como colaborador del discurso, y a partir de ese momento ya tendría algo más que exigirle, pagarle lo que le debe.

Esta Nochebuena, junto con la Nochevieja, sirve también para recordar todo lo bueno y lo malo que nos ha ido pasando durante el año, planteándonos, como no puede ser de otra manera, nuevos propósitos para el año que en una semana nos visitará para quedarse. 

En realidad serán, más o menos, los mismos deseos que los planteados el año pasado, y que por culpa de los demás, siempre los demás, no los hemos podido cumplir. Pero seguro que del año que viene no pasa.

Debe de desaparecer obligatoriamente, por ejemplo, esa "tripita", dicho ésto con mucho cariño porque es la tuya; porque si fuera la de otro, y trabajaras en aduanas le exigirías el número que todo container debe de llevar marcado. Y con respecto al gimnasio, este año aparte de ir a su bar, debes armarte de valor y completar, al menos, la primera tabla, mientras el notario se encarga de tomar acta del día y la hora.

Este vecino del mundo nunca se ha creído "enseñante" de doctrinas, sino solo comentarista de aquello que le gusta o disgusta, y que cree que el breve comentarlo puede ayudar a que todo tipo de asuntos sean considerados desde otro punto de vista. Y si al final en la cara del lector se ha dibujado una sonrisa, mejor que mejor. Siempre me ha atraído más la idea de la sonrisa a la de la carcajada plena, por aquello de sólo la insinuación...

Dentro de muy pocas horas, las calles de los pueblos en Euskadi estarán llenas de Olentzeros en busca de su público menudo. Solo es uno, pero estará en todas partes por aquello de sus franquicias, ya que de todos es sabido que también tiene mucho que ver la economía en todo ésto.

De todas maneras, los niños, desde su inocencia, siempre son los que hacen la mejor lectura de todo. Ayer en uno de esos reportajes televisivos que se hicieron desde Bilbao, un niño decía que lo que había pedido si para el Olentzero era mucho, ya que no deja de ser un simple carbonero, que ya se pondría en contacto con los Reyes Magos para que éstos, se supone que más pudientes, se lo llevaran.


Desde esta atalaya desde la que este vecino del mundo observa y toma nota, quiero desearos paz y amor, nada material, porque  por ahora al menos, con eso no hay que confesarse con Montoro y su máquina de recortar. Lo inmaterial, los sentimientos, al final es el mejor de los tesoros. La calidez de un abrazo sentido, unas pocas palabras cómplices es, al final, lo que importa; lo que da abrigo y hogar en un mundo frío e impersonal.

*NOTA: COMPOSICIÓN EFECTUADA SOBRE EL ÓLEO "MARINA DE UN AZUL DONOSTIARRA", DE PATXIPE.

domingo, 22 de enero de 2017

PONIÉNDONOS DEL REVÉS


Tiempos convulsos. Este vecino del mundo siempre se ha tenido como eterno positivo, aunque eso nada tenga que ver con tener los pies bien asentados en el suelo, sabiendo lo que hay; que visto lo visto, hay más bien poco… Pero es como si nos hubieran puesto del revés y todo en lo que creíamos se haya enmarcado entre interrogaciones.

Allende los mares, viendo las imágenes de los primeros momentos del cambio de gobierno, con una Señora Trump más bien perdida en un tipo de vestimenta que no domina, y a la que inevitablemente se le ha querido disfrazar, al menos eso parece, a lo Jackie Kennedy, pareciera que el fantasma de la guerra de secesión se volviera a despertar. 

Una fiesta de gobierno de tiros largos, con unos códigos más del siglo XIX, que parece destapar claramente las diferencias sociales, sino lo ha sido ya al tomar como primera medida del gobierno, el destrozar el "Obamacare".

Este vecino del mundo siempre se mueve por sensaciones, no las sigue al pie de la letra, pero siempre las sopesa seriamente. Y viendo las imágenes de la toma de posesión de Donald Trump, le ha dado la sensación de estar viendo simplemente, y no es poco, un espectáculo para masas, una especie del "Un, dos, tres... responda otra vez", pero en su versión trucada, con la sensación de que las puertas  que te ofrece el Señor Trump, siempre van a ser pésimas, y donde siempre, siempre ganará la banca, o en este caso, el multimillonario.

Lo de Trump es, como se dice ahora, para hacérselo mirar. Él nunca ha creído en el cambio climático, pero no habían pasado ni veinticuatro horas de su toma de posesión, y la temperatura de sus calles (porque está claro que él ha tomado, ahora, posesión de “su” país) ha subido muchísimos grados. Con una población ya claramente dividida, porque aquellos que se escondían en la oscuridad de sus creencias de diferencias de razas y sexo, han recibido, o han creído recibir, patente de corso. De ahí la mención que este vecino ha hecho a la “guerra de secesión”. 

¿Faltan cinco minutos para otra caza de brujas?

Y en España, no es que todo siga igual, sino que aunque pareciera imposible, vamos empeorando. 

Alguien debería llamar a los del Libro de los récords Guinness, para que tomaran nota. En un país donde ya se ha puesto en tela de juicio todo, ahora se está comprobando como cierto, aquel rumor que durante tiempos inmemorables, unos y otros oíamos en la calle, de que nuestro entonces monarca y guía en la transición, había tenido, por decirlo suavemente, sus dimes y diretes con más de una de nuestras famosas chicas guapas de aquella época.

Ahora, al parecer, los rumores se han convertido en un verdadero tsunami con una Bárbara Rey como flotador constante en todo tipo de ríos revueltos, y pescadora de ganancias. Y cuanto más se oye, peores son las informaciones, con un niño convertido en notario de las cosas de su madre, con intento de un real embarazo, con un domador domado, y con una, en el fondo, compra de “carne” que, como siempre, hemos pagado todos los españoles, y que nos ha salido a precio de verdaderas angulas.

Si todo eso fuera verdad, y que por aquello de que el campo de la opinión en España se está minando cada día más, este vecino del mundo ha intentado pasar de “putillas” por el tema, la sensación de abandono al españolito de a pie es más que evidente.

Sin embargo, este blogger, al único al que le apetecería, ahora, y visto lo visto, tener frente a frente es a Jaime Peñafiel, para recordarle lo mal que siempre ha tratado, primero a la ciudadana novia del entonces Príncipe Felipe, y  a la ahora Reina, Letizia, por aquello de que “una reina tiene que haber estudiado y vivido para ello, ser una profesional”. 

¿A qué se refería el afamado periodista? ¿A saber llevar la cornamenta con porte?¿A callar durante años y años? ¿A saber sufrir, como con las hemorroides, los cuernos en silencio?

Pareciera que nuestro mundo hasta ahora hubiera estado dentro de un colador manga o "chino", como los que se han usado siempre para filtrar el café de puchero que tan mala prensa tiene ahora, y que tan bueno ha estado siempre, y alguien le ha dado la vuelta como si fuera un calcetín, y toda la porquería ha quedado fuera.

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED

jueves, 17 de noviembre de 2016

EL TERMÓMETRO DE LA PIEL...


Por aquello de quien calla otorga, este vecino del mundo se cree en la obligación de “hablar” por medio de su blog para decir que “darnos cuenta” nos hemos dado, otra cosa es que el espectáculo, en este caso, y como casi siempre, sea lamentable.
  

Este vecino si de algo está seguro es de que nadie tiene la razón absoluta, todo es cuestión de puntos de vista, pero si algo le ha funcionado siempre es “el termómetro de la piel”, o lo que otros denominarían “pasar vergüenza ajena”, y si algo no harías tú por aquello de vestirse por los pies, tampoco lo ves bien en gente que se presupone, que quizás es mucho pensar, preparada para el cargo que tiene….


Y lo de estos días en el cortijo patrio no es de recibo. No es de recibo que tras una “carrera” importante, buena o mala será cuestión de criterios, y sobre todo de ser de izquierdas o de derechas, el Señor Jorge Fernández Díaz, sea el epicentro, lo haya querido o no, de un pequeño/gran terremoto en el Congreso de los Diputados siendo ora querido, ora rechazado, para un cargo político. 


Se puede tragar que te propongan para un cargo, y luego no pueda ser, pero que haya que intentarlo para colocarlo sea como sea en otros dos intentos ese mismo día, clama al cielo. Yo soy el exministro, sinceramente, y planto a todos, a los suyos y a los otros. ¿Tanta necesidad tiene de dinero, o de que le agranden el ego?  Porque si es por eso de seguir sirviendo a la patria, hay momentos en que uno debe mirarse al espejo, concretamente a sus propios ojos, y hablarse de hombre a hombre, y decir eso de: Hasta aquí hemos llegado, porque quizás el resto ya sería arrastrarse…


El termómetro de la piel también le está funcionando a este vecino, para repartir a diestro y siniestro, y nunca mejor dicho. Porque aquí ya no es cuestión de ser de derechas o de izquierdas, sino de tener un poco de cordura. 


El espectáculo hoy de recibir o no recibir al Rey, y a su familia, en el Congreso, porque “yo soy más valiente que tú y no le saludo ni le río las gracias, si las tuviera, durante su discurso de apertura de la legislatura en el Pleno del Congreso de los Diputados" le ha recordado a este vecino del mundo lo del niño que para manifestar su cabreo con su madre, deja por unos momentos de respirar. Vaya por delante, el pequeño detalle, de que como en el Congreso se tiene que respetar las opiniones de cada uno de sus miembros, es un poco bastante como jugar con red, o ahora que hay muchos medios de comunicación en directo, yo, miembro de turno de un partido político determinado me voy a balancear, es un decir, de una liana mientras voy en taparrabos, para vender mi mercancía.

¿Hace falta ser tan zafios?

En cuestión de partidos políticos, ya se sabe quién es de izquierdas, quién de derechas, perdón de centro, ya que al parecer, en España según los partidos de derechas, la derecha ya está en el centro. Y también se sabe quién es monárquico, o republicano, o marxista, o comunista … o lo que sea que sea. Pero hoy me ha parecido, como dicho anteriormente, que sus señorías han jugado a ser niños y a que sus padres supieran que están disgustados  y que por unos segundos (sólo unos segundos porque luego hay que seguir jugando con la consola) “vamos a dejar de respirar” para hacerles temblar…



Tanto a unos como a otros, los que no se han levantado, no han aplaudido, se han puesto camisetas con leyendas molonas o no, o se han dejado las lumbares con todo tipo de reverencias y a punto de dejarse el flequillo enganchado en un pliegue de la alfombra, hay que recordarles que tienen que velar por los españoles, por todos, y no por los intereses particulares de cada partido, en esos días que forman el resto del año.  Aunque ya no haya cámaras, y se esté resolviendo un artículo que parece que no importa a nadie. Porque seguro que atañe a alguien, que quizás solo aparezca reflejado en un periódico cuando ya se ha muerto, porque se ha quemado al caerse esa vela que utilizaba para poder sobrevivir en la negritud  de su vivienda, al olvido de prácticamente todos, mientras se helaba de frío…


*FOTO: DE LA RED

jueves, 28 de mayo de 2015

ME IMPORTA UN PITO, O LA CARA B DE LA FINAL DE COPA


¡Y este sábado la final de copa! Y la consiguiente “revolución” de hinchas de uno y otro equipo: Barcelona y Athletic de Bilbao. Y mientras la hazaña deportiva va por un lado, por otros lares, en las altas instancias, ya calientan motores  con el tema de siempre: pitar a los himnos. Ya que la palabra “revolución” antes utilizada, y no es aleatorio, puede tener otro sentido que es, al parecer, lo que a muchos preocupa.

En realidad, al menos visto desde ático, tenía que ser el menor de los problemas. Porque quizás, la discusión si la hay, es si el Himno Nacional forma parte del espectáculo, y desgraciadamente se mire como se mire, la costumbre o lo que sea, ha hecho que todo lo que se produzca dentro del famoso Camp Nou, en el caso de este próximo sábado, ya será espectáculo. 

Incluso formará parte del espectáculo la llegada del rey, al que sin duda también pitarán, y eso, al parecer, no es materia de discusión, o importa menos.

Este vecino siempre se acordará de aquella famosa frase que va muy ligada al mayo del 68 en París: Prohibido prohibir. Y han pasado muchos años, quizás demasiados, y seguimos en las mismas.
Personalmente, a este vecino del mundo le molesta más que no se haya hecho nada todavía respecto al accidente de metro de Valencia, por ejemplo, y alguno se haya ido, al menos por ahora, de rositas. O que los partidos políticos, cualquiera de ellos, cada vez que se descubre un presunto acto de corrupción, y se expulsa del partido al presunto sospechoso, el correspondiente partido dice que ya ha cumplido con lo suyo y “después paz y aquí gloria”.

Ahora sale el comité anti-violencia diciendo que si se pita al himno se sancionará a los dos equipos. En primer lugar, y ya de acuerdo al nombre del citado comité, pitar a un himno, no es violencia en sí. Más violencia, ya puestos así, es los chanchullos que han salido estos días sobre la FIFA, de voluntades compradas y vendidas, y como consecuencia de ellas, entre otras cosas, se va a celebrar un campeonato del mundo de fútbol en pleno Diciembre, rompiendo los calendarios de todas las ligas, y sin embargo, al final no pasará nada.

El todavía gobierno en la poltrona lleva intentando penalizar los pitos, en su caso, durante el desfile de las fuerzas armadas, pero lo mismo que se pasa cuatro años recordando que están en la poltrona por voluntad popular, esa misma voluntad popular, parte al menos, quiere pitar y manifestar su opinión durante los himnos, o incluso en los minutos de silencio. A este vecino del mundo, sinceramente no le parece bien, pero considera que el que lo hace, también queda retratado. Porque los pitos  también tienen una doble dirección: hacia la persona, objeto u asunto al que se pita, y también destaca, no lo olvidemos, al grupo de personas que lo hace, y éste queda retratado y, algunas veces, no para bien.

Como se dice cuando conviene, al aceptar ciertos cargos, hay derechos y obligaciones. Y puede ser triste pero las posibles pitadas van también con el cargo, y más en un país democrático, como por ejemplo es más que probable que ocurrirá al Rey ese mismo día al estar presente en la entrega del trofeo que lleva su nombre.

Serán apreciaciones de este vecino del mundo pero cada vez son más los que pitan, y ya no es una cuestión de separatismos, sino que de la insatisfacción se ha llegado al hartazgo. El hartazgo de hacerlo casi todo mal, o casi todo bien solo para unos pocos, como viene siendo habitual. Y éstos tienen la sartén por el mango; el mango de la moral, de lo políticamente correcto, del dinero e, incluso, de la ley.

La  gente tanto en el día a día, como en un espectáculo, tiene que tener derecho al pataleo, ese mismo pataleo que en el caso de Doña Esperanza lo está intentando canalizar en una campaña, otra más, en contra  de los que ella llama“bolivarianos”, o “soviets”,  y a la que no solo no se le recrimina la falta de juego limpio, tras saberse los resultados de las elecciones,  desde su partido, sino que ha logrado que algunos de sus compañeros, cuando menos, le rían las gracias.

Seamos claros, en el fondo no es el hecho de pitar a la bandera en sí, es el hecho de criticar a la autoridad, y por lo tanto a los que hacen y deshacen. Y es que de lo contrario, sería una posición comodísima para los que mandan: Haces lo que te sale de ahí, ustedes ya me entienden, y encima prohíben el derecho al pataleo, o lo que viene siendo la reclamación de toda la vida.


Al final, y como siempre, no nos confundamos, no estamos hablando de deporte, al menos no solo de ello, sino de política también.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 16 de abril de 2014

TONTOS DEL BOTE

Hoy se juega uno de esos partidos denominados “partidos del siglo, de este mes”, y para contentar a todos, diríamos eso de “que Dios reparta suerte”. Sin embargo, este vecino lleva unas veinticuatro horas, reconociendo minuto a minuto la “estulticia” de que hacemos gala. “Tontos” porque de un día para otro sacamos palabras nuevas, naturalmente en inglés, como si las utilizáramos de toda la vida, y optamos por rechazar las respectivas palabras en castellano.
A alguien se le ocurrió ayer denominar a la zona de esparcimiento creada en Valencia para los aficionados de cada  uno de los equipos finalistas de la Copa del Rey como Fan Zone, y desde ese momento, y al grito de “maricón-el-último” todos los medios de comunicación están repitiendo las mismas palabras, porque parece que “estar a la última” es ésto.
Este vecino no niega que en países anglófonos se refieran a ese lugar con esas palabras, pero con un idioma tan rico como el castellano, es de juzgado de guardia utilizar ese término.
Si tenemos una palabra sugerente, pizpireta y más española que una paella es “chiringuito”, que, además,  por el prolijo uso que se le ha dado, puede emplearse en diferentes acepciones, y el “chiringuito para los hinchas” no deja de ser molón y hasta un poquito “cheli”, pero ahora se lleva lo extranjero como indicativo de moderno. Y si nos dicen “país pobre” nos ponemos, por decirlo en fino, de mal café o incluso de “bad milk”, pero si nos dicen “poor country” parece que nos venimos arriba, cuando seguimos siendo igual de pobres, y además hemos hecho el ridículo, sin enterarnos, lo que es más ridículo todavía.
Si queremos que nos respeten en Europa, y en cualquier lugar, primero tenemos que respetarnos nosotros mismos, y utilizando cualquier palabra que suene a foránea, no vamos por el buen camino, porque si los extranjeros aprendieron a respetar nuestra “siesta”, o nuestra “fiesta”, que respeten también al “chiringuito” o a cualquier palabra que nos apetezca usar, porque de lo contrario nos tomarán por “tontos” pero no un tonto cualquiera sino al “tonto del bote” que eso sí es español, y además no tiene traducción. ¡Que se jodan!



lunes, 30 de diciembre de 2013

FIGURAS DEL AÑO

Uno se va dando cuenta de que se está haciendo mayor, no cuando por primera vez un chaval joven al preguntarle la hora le habla de usted, que también, ni cuando observa lo viejos que se han vuelto personas de su edad, que también, sino cuando quiere hacer una reunión de amigos, de la “cuadrilla” que se dice aquí, y cada vez hay más sillas libres. Y ese cartón del bingo, aunque no lo compremos, tarde o temprano nos va a tocar…
Y mientras, intentamos hacer ver que lo único que se hace viejo es el año, otro que se va. Por cierto, se están diciendo los mismos “latiguillos” que en el año pasado por estas mismas fechas: un nuevo año con “ya” crecimiento del empleo y la crisis “prácticamente” ya queda atrás.
Todos sabemos que el “prácticamente” equivale al “casi”, como en aquel chiste del que follaba, con perdón (de la Iglesia, especialmente), casi todos los días, casi los lunes, casi los martes…
Pues eso,  que el español medio es casi millonario. Y es que la moral no nos quita nadie, en los dos sentidos, porque aunque ya han pasado bastantes años de que el otrora “generalísimo” se fuera a la conquista de la luz detrás del túnel, la Iglesia sigue teniendo en España mucho peso, y quiere seguir dictando la moda religiosa en esta pasarela que es España, cuando ya no se lleva el prêt-à-porter religioso, sino que cada uno busca la religión, si lo hace, a su manera. Y, quizás, eso, el que mejor lo ha visto es el Papa Francisco, nombrado en muchos foros “figura del año”, y seguro que dentro de sus filas, para más de uno habrá supuesto una sorpresa desagradable, no su manera de pensar, sino lo que es más importante, su manera de actuar.
Y es que al final lo único que cuenta no son las intenciones, buenísimas al comienzo de cada año, sino los “actos”, que salvo honrosas excepciones siempre suele ser más de lo mismo.
Quizás por eso, el discurso de Noche Buena del Rey de los campechanos, cada vez es más corto, porque con la sabiduría que dan los años, y volvemos otra vez al paso del tiempo, Juan Carlos sabe que cuanto menos hable, en menos meterá la pata, y con lo maltrechas que tiene las piernas, y la cadera, otra caída, aunque solo sea metafórica, sería fatal para su salud, democrática y de la otra.

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 2 de octubre de 2013

...RECUERDOS ENTRE BRUMA Y NIEVE



Los mejores viajes se hacen con la mente, recordando algún viaje anterior, o mediante la lectura rememorando algún viaje relatado en algún libro.
Esta mañana nos hemos despertado nuevamente con las cifras del paro. Resumiendo, que en el país de los ciegos, y uno no tiene nada contra la O.N.C.E., el tuerto es el rey, y que pronto llegará el momento en el que cese la cifra de parados, porque sencillamente España haya sido un negocio que se cierre por defunción del único en activo.
Lo del viaje mental referido al comienzo de este “post” es el que mi mente me ha “fletado” mientras leía las cifras de nuevos parados este mes.
Este vecino dejó de ser estudiante (aunque si tienes alguna inquietud por algo nunca dejarás de estudiar, al menos, digamos, de un modo amateur) a finales de los setenta, y recordando el film “Vente a Alemania, Pepe”, se fue a ver cómo era la vida allí fuera, a Londres.
Recuerdo que llegué un 29 de Noviembre, de 1978. El gran error fue pensar que como lo había estudiado, hablaba inglés. Lo único que ocurría es que el resto de los habitantes de aquella isla no habían compartido mi mismo profesor, y no entendía nada. A ésto se unió algún que otro pequeño detalle sin importancia, como que para las tres de la tarde prácticamente ya se hacía de noche, y de que nevaba copiosamente. Me tuve que “poner las pilas”, o dicho de una manera cursi, haciendo de tripas corazón, me prohibí tajantemente quedarme recluido en casa, es un decir lo de “casa”, y pertrechado con un libro callejero, me fui a conocer a los londinenses nativos, en el caso de que todavía quedara alguno.
En aquella época no se podía llegar a la pérfida Albión para trabajar, porque hacía falta el célebre permiso de trabajo, y sólo podías entrar como estudiante. Pero como se suele decir hecha la ley, hecha la trampa, y al matricularte como estudiante de inglés, tres horas diarias de lunes a viernes, siempre encontrabas algún trabajo “bajo manga”, que quiere decir en malas condiciones y escasamente remunerado.
Como en España todavía existía la mentalidad de haber salido de una guerra y de haberse buscado cada uno las habichuelas como había podido, no se hacía tan duro o al menos no podías quejarte abiertamente, porque cada uno llevaba su propia historia que te la podía “endiñar” en cualquier momento en que te encontraras bajo de moral.
Este vecino, se libró del servicio militar, y por eso no puede contar sus “historias de la mili”, ni hablar, como sus abuelos, del hambre de la guerra, pero sí de la soledad que pasó en un Londres que acababa de ser abandonado por el movimiento “punk”, y en el que comenzaban a aparecer  individuos con ganas de bailar sobre patines.
Quizás, algo que diferenció mi viaje al que ahora hacen los jóvenes, es que este vecino sabía perfectamente que tenía una fecha de caducidad, porque allí era muy difícil, sin permiso de trabajo, encontrar un trabajo a perpetuidad. Sin embargo, los jóvenes que se van ahora, no saben ni si volverán, y eso es más triste todavía.
Algo que aprendí de aquella época es que el individuo se sobrepone de casi todo, y que desde la barrera, como diría un torero, todo es bonito, y que conocí agente maravillosa, de la que ahora ignoro qué fue de ellos, pero que en su momento era una amistad para toda la vida

*ACUARELA: DE KUBI