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domingo, 5 de septiembre de 2021

CUESTIÓN DE CABEZA...

 ¡Y ya estamos en la primera semana entera de Septiembre!

Prácticamente mes y medio de ausencia en el blog, a modo de guardar silencio introspectivo, más que nada por si este vecino pasa desapercibido de todo tipo de bichos, incluidos los de dos patas, que muchas veces son los peores, y para los que no hay ningún tipo de vacuna, a no ser que utilices la indiferencia.

La otra vacuna, de la que se sigue hablando un día sí y otro también, hace ya un tiempo que este vecino del mundo recibió las dos inyecciones de AstraZeneca. Y tal como estamos en este momento, en el que practicar aquello de “la inmunidad de rebaño” no es viable por las diferentes mutaciones, la situación cada vez se parece más a aquel chiste en el que el médico te recomienda dejar de  fumar, aunque no vas a vivir más, pero se te va a hacer larguísimo.

Y el personal, muchos dando pataletas y tirando piedras a las fuerzas del orden público, para terminar cualquier botellón como ya es costumbre.

En algún momento, parte de la juventud ha mutado, como cualquier virus que se precie, y ha decidido en lugar de luchar por sus ideales, hacerlo por el botellón y la jarana más primaria.

Suena mucho a niños malcriados que amenazan con dejar de respirar para que se cumplan sus deseos.

Bien pensado, y aunque han pasado muchas décadas, hemos pasado del mayo francés del 68 y su ideario, a intentar que te practiquen, tras el botellón, un francés en el paraíso soñado del 69.

Todo debe de ser cuestión de prioridades y de la cabeza con la que se piensa. La misma que entre otras cosas ha diseñado las no-fiestas”.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 21 de diciembre de 2020

DESEOS ANTE UN COMIENZO

 
Hoy es Santo Tomás, al menos en el calendario. En algunos sitios día de txistorra, talo  y sidra. Auque como casi todo este año, más "honoris causa" que nunca . 
¡Ya es Navidad!, y … yo con estos pelos.

Si a medida que vas cumpliendo años, los 365 días respectivos cada vez parecen pasar a más velocidad, lo de este año ha sido lo de una gélida película de Hitchcock y el más negro David Fincher juntos.

Suspense a raudales, y más cambios de guion que en Casablanca, e incluso recibiendo nuestros respectivos guiones, generalmente en los diversos informativos de radio  y televisión, momentos antes de que el futuro se nos haga presente.

Mañana mismo es el día de la Lotería de Navidad. Mi instinto me dice que me quede como estoy. Y es que parece un mal momento hasta para dar un paso adelante incluso para recoger un premio, no digamos entonces para convertirse en héroe.

Y es que enfrente nuestro está ese virus que nos trae en un verdadero sinvivir porque, entre otras cosas, no se le ve. Y solo se siente cuando ya deja víctimas tras él.

Ayer escuché en un informativo de la radio, que según diversos estudios hay evidencias de que el Covid-19, tras pasarlo, te puede envejecer el cerebro diez años, e incluso mermar tu coeficiente intelectual.

Y nuestros políticos, mientras, dejando puertas abiertas como la de los “allegados” para que la gente se siga moviendo a cualquier lado, y eso sí, sigan los comercios de todo tipo abiertos aunque los clientes cada vez sean menos…Y es que como hubiera dicho Arturo Pérez-Reverte en sus tiempos de reportero de guerra: "cada vez disparan más cerca".

Mi intención más que evidente al iniciar este post era felicitar por estas fechas tan especiales. Pero enseguida se me calienta la boca, bueno, en este caso las manos frente al teclado, ante la miopía, e incluso ceguera, de más de uno que solo piensa en su negocio, o en el negocio de sus votantes, y por ende, en el suyo propio. Y lo demás le importa menos que a nuestros políticos la Ética.

Lo dicho ya en la tarjeta navideña que encabeza este post, salida del corazón: 

¡Feliz Navidad! Y una próspera vacuna nueva…

*COMPOSICIÓN GRÁFICA: PATXIPE

 

viernes, 1 de mayo de 2020

ASÍ ES LA VIDA


Ya está aquí, por fin, mayo, y con ello Sabina coronado como visionario por aquello de “¿Quién nos ha robado el mes de abril? "

Ahora descubriremos si es verdad ese tópico de las flores de mayo, y son eso, flores. Porque mucho me temo que sean, en su lugar, esos cactus de película de vaqueros que son más grandes que el jinete y caballo juntos.

Hoy me pasaré el día entero buscando el chándal. Para mañana es más que necesario, si uno se quiere retratar como deportista en ciernes. En Ciernes o en cualquiera de nuestros pueblos.

Al final igual me decanto por el turno de la tarde, de 8 a 11, porque lo de mañana por la mañana puede ser como el encierro de los Sanfermines pero en el que no se va a distinguir quienes son los toros y los mozos, aunque seguro que cabestros, lo que va a ser cabestros, puede que abunden en ambos lados.

De todas maneras, lo de dejarlo para la tarde puede tener un peligro añadido. Algún vecino de esos que se han erigido desde el comienzo de la pandemia como policía de balcón, se confunda, o vaya directamente a joder, diciendo a voz en grito que ya me ha visto haciendo cabriolas en el turno de la mañana. Que aunque seas muy malo como deportista, solo te puedes entrenar una vez al día.

Por cierto, y ya para terminar, estoy hasta el gorro de la expresión “Ya queda menos”, que cada vez oímos más, especialmente en la tele cuando  se despiden de alguien que ha entrado por Skype o similar. Claro que queda menos, pero para todo, para lo bueno y para lo malo. Y tampoco se trata de recordar en cada momento la fragilidad de la vida. Que ya se ha encargado de recordárnoslo un puto virus, que además, por no tener,  no tiene ni nombre serio. ¡Así es la vida!

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 18 de marzo de 2020

¿PUEDEN LOS ANDROIDES REALES SOÑAR...?



Ya se están haciendo chistes. Es que nos lo han puesto a huevo. Eso de que no es lo mismo el coronavirus que el virus de la corona.

Ya sabéis que este vecino del mundo es de por sí muy mal “pensao”. Y eso de que el rey supiera hace un año las andanzas del emerito que le parió, y nosotros nos hayamos enterado ahora, cuando estamos encerraditos en nuestra hipoteca o en la de otros, canta más que un fiambre en pleno mes de agosto.

Pareciera que una catástrofe, o cada uno la catalogue como quiera, se tapa con otra. La verdad es que, al final de todo, la vida de nuestro rey, y depende cómo se cuente, puede ser más triste que una novela de Charles Dickens, o incluso en forma de un vodevil barato. En la aparente calma chicha de la nobleza en sus más altas instancias, nadie se estaba quieto : La casa de los líos..  

Junto con sus parientes británicos, ambas casas presuntamente se han movido con ganas. Y si no que se lo pregunten al Príncipe Charles durante los días de su boda  con su primera esposa, que no primera mujer…

El amor, entre personas, o al dinero, no respeta compartimento estanco que lo pueda contener, y al final arrasa con todo.

Hoy os voy a dejar una pregunta honoris causa, o para no ser contestada, a modo de deberes para estos días de confinamiento.

Lo mismo que nosotros al atardecer salimos al balcón, o simulacro, para aplaudir a los que creemos que se están batiendo el cobre en la lucha contra el virus, ¿a quién puede aplaudir nuestra corona al atardecer desde algún mirador del Palacio de la Zarzuela? O envolviendo la pregunta en tintes de ciencia ficción: ¿Pueden los androides reales soñar con unas pantuflas eléctricas?

*FOTO: DE LA RED

jueves, 15 de diciembre de 2016

CONFIESO: HE DEBIDO DE PECAR...


¡Nunca me había encontrado en esta posición! En los más de seis años que llevo con este blog, nunca me había ocurrido. Estoy escribiendo un post, y en realidad no sé si lograré publicarlo…


Hoy no se trata de que las musas se encuentran remisas, ni que la actualidad no ha dado con temas que nos dejen sin palabras, como presidentes reelegidos que hablen en exceso en cenas navideñas con simpatizantes…, o con ese fútbol, “opio del pueblo” para muchos, pero en el que la mayoría peca viéndolo aunque sea a escondidas, y que se está intentando modernizar  con videocámaras chivatas, pero cuyas primeras pruebas dejan, al menos, mucho que desear…
´

Ocurre que este vecino del mundo está peor que con las manos encadenadas en un teclado confiscado: es víctima, su ordenador, de un virus que le cierra las páginas que él quiere utilizar, y le abre otras, las que el virus de marras tiene a bien cargar… 


¡No! Para los malpensados, decir que tampoco se trata de páginas pornográficas ni nada que se le parezca, sino páginas con instrucciones, por decirlo de alguna manera, para programadores o algo así, lleno de símbolos raros.


El caso es que este  vecino del mundo se encuentra, se imagina, como esa persona que al ver su miembro viril, observa en él, cosas que antes nunca había tenido, y llega a la conclusión de que sus relaciones sexuales no han debido de ser, últimamente, muy seguras y tiene “aquello” como un floripondio a punto de explotar.


Salvando las distancias, llegas a la conclusión, de que algunas de las páginas que has visitado últimamente, correo que te ha llegado, o programas que “tus amigotes” te han dejado, eran terreno minado. Y ahora no te queda otra que poner “ojos de violín”, los más tiernos que puedas, para que el informático de turno, se apiade a la hora de adelantarte ante otros encargos, aunque al final te la clave igual con esa factura que te va a dejar más seco que la mojama. 


Porque topando con el mundo informático, ellos, los informáticos, nunca han dependido de las leyes naturales. Se rigen por otras reglas, las suyas, por otro tiempo, el suyo, y no les puedes nunca preguntar: ¿Cuánto vas a tardar?  Porque como mínimo ofensivo te dirán eso de “Lo estrictamente necesario”. Y "eso" puede navegar entre “el ahora mismo” y el “pasaron varias glaciaciones”.


En este mismo momento me imagino dejando este mensaje dentro de una botella, y depositándola en el océano de internet, esperando a que recibáis mis noticias, y confesándoos que os quiero mucho y que siempre os he respetado, y lo seguiré haciendo. Con la esperanza, también, de que lo más pronto posible, que puede variar entre "el mañana mismo" y el "nunca más se supo", sigamos mutuamente sabiendo el uno del otro, o de la otra.


Todo queda en manos de la informática, y especialmente, de la suerte.

¡Os quiero!

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 5 de noviembre de 2014

TERESA, UN PRECIOSO CUENTO SOBRE LAS GANAS DE VIVIR

La verdad es que se me ha colado de rondón, me refiero a la comparecencia ante las cámaras de Teresa Romero, la primera contagiada de ébola en España.
Estaba delante del televisor poco antes de las dos del mediodía o de la tarde, según se mire, una hora que últimamente puede resultar incendiaria en vista a los informativos que suele haber en algunas cadenas privadas y que es mejor verlas sin ningún fuego cercano para que nada pueda prender esa mecha de realidad, injusticias y corrupción a borbotones que entran un día sí y el otro también. Hoy ha sido como ver la otra cara de la misma  moneda de realidad injusta.
Hasta ahora “eso del ébola”, tristemente nos caía un poco lejos a los que estamos fuera de África. Con Teresa parece que es como si al ébola le hubiéramos dado un carnet de identidad europeo.
Una de las primeras consecuencias de la comparecencia de Teresa es el comprender, porque saber lo sabíamos aunque no fuéramos conscientes de ello, de que las cifras de las estadísticas siempre pertenecen a alguien, tiene nombre y apellido, e incluso una familia. La estadística es el plato frío de una situación candente.
Teresa Romero es la prueba fehaciente de que los superhéroes también están con nosotros y que no tienen por qué vestirse con modelos estrambóticos, una simple bata blanca puede bastar. Ella eligió ayudar a los dos enfermos de ébola traídos a España, por el mero hecho de ayudar, y la incompetencia de alguno junto con quizás algunos factores casuales que confluyeron en un momento y lugar, casi le cuestan la vida.
Teresa Romero ha salido del hospital este miércoles después de casi un mes en el que ha luchado y se ha curado del ébola. Un gran contraste entre esa aparente fragilidad que a este vecino del mundo le ha cautivado desde un primer momento y esas ganas de vivir que quizás le han salvado la vida.
Según las  propias palabras de Teresa Romero, espera que su contagio pueda servir para "algo", para que se estudie mejor la enfermedad y se encuentre una vacuna, ya que se ha ofrecido a donar su sangre: "Si mi sangre sirve para curar a otras personas, aquí estoy hasta quedarme seca”. Ni el mejor orador podría haber sido más claro.
Teresa ha confesado que no sabe lo que falló para que se contagiara con el virus, ni si realmente hubo fallos. Sin embargo ha querido dejar muy claro que, no guarda "rencor".
Acto seguido ha querido recalcar que a partir de ahora serán sus abogados quienes hablen por ella. 
Todos los amantes de los animales, entre los que este vecino se incluye, estábamos recordando su perro, que sin dudarlo un momento “el sistema” prescindió de él. A ese respecto ha sido el marido de Teresa el que ha hablado, aclarando que la emoción hubiera impedido que ella pudiera hablar de Excálibur. Y Javier Limón, su marido, ha recordado a su mascota como "Nuestro querido perro Excálibur, al que considerábamos personalmente como el hijo que nunca tuvimos. Los que tienen mascotas me entenderánExcalibur fue ejecutado sin darnos si siquiera la oportunidad de alegar". Además ha lamentado que se haya perdido la oportunidad científica de ver el desarrollo de la enfermedad en los animales, y que ni siquiera se comprobó que Excalibur tuviera el virus antes de decidir sacrificarlo.
Durante la comparecencia de Teresa, al menos en opinión de este vecino, ha revoloteado constantemente una sombra a la que precisamente por no referirse a ella, ha adquirido más importancia, y que está claro que serán los abogados los que la mencionarán: la figura del Consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodriguez. Seguro que el Señor Rodriguez no ha perdido ripio de la citada comparecencia mientras ponía sus barbas a remojar, ya que tiene que ser consciente, aunque no lo quiera admitir, que sus actos no deben de quedar sin consecuencias para él.
Bien pensado, todo lo ocurrido en el caso de Teresa Romero tiene la estructura de un cuento clásico, en el que una indefensa mujer, tras muchas vicisitudes, que pueden ser contadas con todo tipo de aspavientos, consigue acabar con el malo de turno. 
Aunque tengo muchas dudas, de si el malo es el virus o el citado consejero de sanidad.

*FOTO: DE LA RED

sábado, 8 de marzo de 2014

EL VIRUS DEL VECINO

Es la primera vez que este vecino del mundo se siente como una “celebrity”, y es una sensación extraña, algo así como que te ha tocado la lotería pero no te lo esperabas porque pensabas que no habías comprado ningún décimo.
Ayer viajaba en uno de los autobuses de línea en Donosti, cuando noté que un señor de entre cincuenta-sesenta años no dejaba de mirarme. Al cabo de unos minutos se me acercó, y bajando la voz, como si de un traficante cualquiera intentando vender su mercancía se tratara, me preguntó si yo era el Patxipe ese que escribe por internet. Prosiguiendo con el presunto trapicheo le respondí que sí. Mirándome directamente a los ojos, me preguntó: -Usted es un amargado ¿verdad?.
Debí de poner cara de dos mitades, mitad sorpresa, mitad sonrisa:¿Qué le ha llevado a esa conclusión?
-Porque se queja de todo y por todo. –Y tras pensar unos segundos, continúa - Además mira la vida desde un punto de vista muy raro. Parece que desprecia y se ríe de todo “quisqui”.
Tras ésto, como era obvio la pregunta del vecino era obligada: -¿Entonces por qué me lee, porque es gratis?
Con una sonrisa, y como dándome a entender de que sabía por dónde iba yo, me contestó: -Porque es gratis no, porque gratis hay muchas cosas en internet. Quizás precisamente por eso mismo que le decía, porque es un punto de vista, no le voy a decir “raro” otra vez, sino sí diferente, y me da qué pensar.
En ese momento adopté un aire muy serio y confidencial, y acercándome aún más en la pantomima del trapicheo le dije: -Entonces ya tiene usted inoculado el virus del vecino. Ya está perdido, y le diré aún más. Ésto ya no tiene cura, y seguramente irá a más.
Mientras me daba una palmadita en la espalda, y hacía ademán de irse, me confió:-La verdad es que no me importa, porque bien mirado el mundo tomado en serio es muy aburrido y descorazonador.
Pues eso. –Le contesté, mientras comenzaba a irse, y se despedía con la mano.- Seguiremos estando en contacto por la red.
Y quizás todo ésto se trate solo de eso, de entrar en contacto, haciendo partícipe al lector de todo lo que te ronda por la cabeza, y que él mismo compruebe que después de todo, también es un poco vecino, y al intentar comprender al que ésto escribe, también se haga un poco más tolerante desde su ventana a la vida, aunque la mirada venga disfrazada de crítica.

*FOTO: DE LA RED