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lunes, 10 de junio de 2019

QUÉ SABE NADIE...


Parece ser que las cosas ya no son como debieran, o como solían ser, que en realidad no es lo mismo. Ni el teléfono más moderno es un modelo "góndola", ni "así ha ocurrido y así se lo hemos contado".

Ayer estaba viendo el Telediario de Antena 3, el de las nueve de la noche, cuando para terminar sale de invitado en el mismo estudio y en directo, Raphael, el único, el de muchos lustros lo contemplan, para interpretar una canción de las de siempre, "Qué sabe nadie" que versiona en su último disco, y cuyol título, y además en ese programa, daría para un editorial...

Lo dicho, los teléfonos no son de góndola, aunque hay muchas en Venecia, que es precisamente donde Raphael se casó la primera y única vez, hasta ahora al menos, hace ya unas cuantas generaciones-degeneraciones, que vaya usted a saber.

Hace ya muchos años, cuando Raphael y "El niño" eran la misma persona, en el Telediario de la única cadena que había en el estado español, no se hablaba, nunca, de estrenos cinematográficos ni de discos, porque en realidad se podía considerar como publicidad encubierta, y la publicidad en España se pagaba religiosamente, por eso estábamos, además, en un país católico, apostólico y romano.

Por cierto, y aunque lo de ayer en ningún caso es achacable al cantante de Linares, siempre se le ha llenado la boca de que quiere cantar en cualquier programa con música en directo, y lo de ayer aunque salió en el plató con unos cuatro músicos, más o menos, fue sospechoso de música enlatada, aunque quizás en cinco minutos alguien me demuestre lo contrario,  y me la tengo que envainar...

Ya no nos conformamos con que en cualquier programa los invitados gentilmente aparezcan porque quieren vender lo suyo, sino que ya incluso después de la información deportiva, por ejemplo, se encuentre agazapada cualquier artista que nos quiera endiñar su catálogo. Porque este vecino, al menos, es la primera vez que ha visto una actuación en pleno informativo, pero seguro que no será la última.

Luego dirán que cada vez hay más pirateo musical, pero está claro que algo se debe de estar vendiendo todavía, aunque para ello tengan que seguir ordeñando la teta publicitaria disfrazada de lo último en información...

*FOTO: DE LA RED

domingo, 4 de octubre de 2015

LA SEÑORA CARMENA Y EL GALLINERO NACIONAL



Tras las últimas declaraciones del Señor Rajoy fechando las próximas elecciones en el 20 de Diciembre, uno está deseando  ver ya los anuncios navideños, por si el calvo de Navidad, se decanta por algún partido político, y los cinco inefables cantantes de hace dos años (Raphael, la Caballé y compañía)  nos dedican otro anuncio, pero éste nos producen miedo, como ocurría en el anterior,  sobre la lotería del destino, que al final como en cualquier casino parece que siempre gana la banca.

También pudiera ser que este año las “famosas” muñecas en lugar de dirigirse al portal, se dirigen a la urna electoral, con propaganda de los diversos logotipos de los partidos a descubrir entre la paja del pesebre, por aquello de distinguir el grano de la paga, o del político con alma y honor del político “pianista” con el dinero ajeno. Y que luego, entre unos y otros, se encargan de disculpar diciendo aquello de que en el ADN humano está el robar.

El gallinero nacional de estos días se ha alterado un poco más todavía con las últimas, o penúltimas, porque a estas horas quizás también ha sacado su lengua a pasear otra vez, declaraciones de la Señora Carmena, alcaldesa de  Madrid, que está claro que siempre pone su máximo interés en todos los embolados que le surgen o que otros se encargan de que “aparezcan”. 

Este vecino del mundo le sugeriría que antes de tomar una decisión y la consiguiente declaración pública se lo pensara varios días, y así luego no tendría que dar marcha atrás a proyectos cuando menos discutibles, o verse obligada a decir que donde dijo digo, digo Diego.

Ese proyecto de “grupos de jóvenes universitarios encargados de la limpieza de futuros botellones de estudiantes", y aquel otro de madres limpiadoras en los colegios donde estudian sus hijos, claramente van en contra de la creación de empleo, y quizás aquellas privatizaciones de la anterior edil no fueran acertadas, que para este vecino del mundo no lo fueron, y se debería de crear más puestos de trabajo en los lugares en que fuera necesario pero realizado, siempre, por profesionales.

A este vecino del mundo siempre le han parecido bien todo tipo de organizaciones no gubernamentales, y cualquier movimiento ciudadano para ayudar, por ejemplo, a los marginados y a los que están atravesando verdaderas dificultades económicas. 

Otra cosa, sin embargo,  es el llevar las ayudas al máximo y que llegue un momento en que los impuestos que se dirigían tanto a sanidad como a los demás servicios, el gobierno que esté en ese momento en el poder, lo dedique a asuntos cuando menos de dudosa  ayuda al común de los ciudadanos, y haya que invertir dinero de nuestro bolsillo dos veces. O lo que el vulgo define, pero en palabras más cuidadas, como “además de que mantengamos relaciones sexuales a cambio de dinero tengamos que poner también nuestro propio lecho”. Ya me entendéis…

*FOTO: DE LA RED



sábado, 7 de febrero de 2015

BOB DYLAN, UN GRADO Y UNA MEDALLA (...CON LA MÚSICA A OTRA PARTE)


Por aquello de las casualidades, ha caído en mis manos un disco, concretamente un compact disc, que muy bien pudiera servir de banda sonora para estos días de nevadas y mal tiempo. Iba a decir “estupenda” banda sonora, pero esa palabra parece prometer alegría, y eso precisamente no ofrece este disco.
Este vecino se refiere al último trabajo, por ahora, de Bob Dylan, que ha creído conveniente hacer una especie de homenaje a Frank Sinatra, en su último trabajo “Shadows in the night”.
Ya sabemos de antemano que no se puede pedir peras a Luis del Olmo, ni que la voz del Señor Dylan se parezca al Señor Ojos azules, pero quizás lo que se puede echar de menos en cuestión de calidad de voz se restituya en sentimiento.
Si nadie te advierte a quién vas a escuchar, creerás estar ante una mezcla entre un Leonard Cohen y un Tom Waits honrando a Sinatra, o a un Sinatra con un mal despertar.
Para los que tenían dudas, ésta es la prueba de que Bob Dylan siempre ha cantado en inglés, diferente al que se estudia en las academias, pero inglés al fin. Es de alabar el esfuerzo, pues le ha tenido que costar, por terminar las frases pronunciando todo lo pronunciable. En realidad, con el Señor Dylan y Mr. Marlon Brandon siempre he tenido serias dudas de que hablaran en un inglés real y no fueran una especie de Chiquito de la Calzada, con idioma propio, con acento pasado a lo Donald Duck (el Pato Donald, en el original).
No nos vamos a engañar, este trabajo nunca será la alegría de la huerta, pero tiene su punto, su aquel. El Señor Dylan lo ha hecho suyo, y eso es de alabar. Un disco ideal para oírlo entre amigos, no para cantarlo a modo de himnos, sino para jugar con él, y ya desde el comienzo se van admitiendo apuestas para ver quién es el primero en adivinar qué tema es, cambiando los arreglos a los que estábamos acostumbrados.
Un trabajo especialmente dedicado a los que se creen los reyes del mambo, o están en la cresta de la ola. Deprime bastante, y por eso en ese caso es bueno para poner los pies en el suelo, y no emprender un vuelo que todos sabemos que terminará con un buen castañazo de realidad.
Este vecino del mundo está seguro de que este disco gustará también a esos seguidores de Dylan recalcitrantes, es como si fuera su cara oculta, como la de la luna, de ahí quizás “las sombras” a los que alude el título del disco. Un buen motivo para revisitar a un Sinatra más tranquilo, menos comercial, en el que los amores no le vienen triunfantes por ser una estrella, sino en el que las frustraciones son la constante.
Como en España siempre vamos en lo que en el ambiente ciclista se denominaría “rebufo”, dentro de un tiempo, seguro, hay alguna obra similar. Desde aquí este vecino del mundo quiere brindar una idea del mismo pelaje, apuntando dos nombres que si a priori parecen antagónicos, si la idea se volviera de carne y hueso, este vecino desde luego no se lo perdería:
¿Para cuándo un disco de Joaquín Sabina con éxitos de Raphael? Pero del Raphael con el “PH” juvenil, y único, y no ese que ahora canta cualquier tipo de canciones, “homenajeando” a diestro y siniestro, y colaborando con otros cantantes; que no me parece mal, pero que no es el Raphael con la PH mayúsculas.

Resumiendo: “Shadows in the night” un disco diferente de un Dylan diferente, y uno de esos discos que si lo has escuchado, decirlo te da un grado y una medalla. Seguro que alguna de las canciones harás tuya. Este vecino se queda con "That lucky old sun" y "Autumn leaves", ¿ y tú?


*FOTO: DE LA RED

miércoles, 25 de diciembre de 2013

FOREVER AND EVER, O LO LARGAS QUE SE PUEDEN HACER LAS NAVIDADES

Vamos bien. Al menos hemos sobrevivido al primer envite navideño, la noche buena.
En el centro de mesa, dos velas, encendidas, naturalmente, en clara alusión a lo que puede ser el próximo año con la subida de la electricidad. Porque lo triste  es que al final diremos eso de que “Sólo han subido el ocho por ciento”, o lo que se tercie.
Al entrar en casa, y en claro signo de armisticio, cada uno dejó en el perchero sus armas, y no las recogió hasta la hora que se fue. La suegra se pasó toda la noche callada, porque como solo sabe meterse con los yernos o las nueras, no sabía qué decir, y solo hablaba de la comida, de lo bueno que estaba, aunque ella le hubiera echado un par de especias más… Resumiendo: una conversación de ascensor de lo más trivial posible.
Por cierto, hablando de temas triviales, este vecino siempre se ha preguntado cómo tiene que ser una conversación con dos vecinos que vivieran en el último piso del Empire State, y coinciden cogiendo el ascensor en la planta baja. Porque si empiezan a hablar sobre el tiempo atmosférico, les da para pormenorizar de cada uno de los pueblos de cada estado norteamericano. Y ante eso, o la expectativa de subir andando, una de dos, o preparas un tema a fondo cada vez que subes o bajas en el ascensor, o finges que tienes una afección en la garganta, que es posible que te dure “forever and ever”. Eso, acompañándolo todo de unas gafas de sol, para que no se pueda leer en tus ojos lo azaroso del momento.
Ayer, noche de fritangas en la mesa, y de refritos si viste la televisión.
Gran pregunta: ¿Qué puede pasar en este país con alguien que no le guste el tipo de música de Pablo Alborán, aunque no tenga nada en contra de ese chico? Porque se está haciendo de todo para que se le odie.
Si el otro día este vecino decía que Dios, por aquello de que está en todas partes, era Martín Berasategui, no le va a la zaga Pablo Alborán. En poco más de un año, desayunamos, comemos y cenamos con él.
Quizás, y lo de la cena de ayer pudo ser un fiel reflejo, la crisis ha servido para unir a las familias.
Y de Raphael, ni hablamos, porque si ha resistido el anuncio de la Lotería de Navidad, lo tendremos también, forever and ever. Con todo lo diferentes que éramos los que ayer nos sentamos, o nos sentaron, en torno a la mesa, conseguimos estar todos de acuerdo, y sin parpadear, en un asunto: la programación de cualquier cadena de televisión es mala a rabiar, y si encima pretenden hacer refritos de lo mejor de ellos: noche para olvidar.
Vamos a tener que querernos mucho nosotros, porque el entorno, no ayuda.