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lunes, 24 de febrero de 2020

LO VINTAGE, INCLUSO EN LA POLÍTICA...



Hoy, como diría la canción, me he levantado malamente, tra tra. Deben de ser los años, o el no beber, no fumar y, como se decía antes “no alternar”. Aunque el que quiera consolarse lo tiene fácil.

Peor se ha debido de levantar, si es que lo ha hecho, Alfonso Alonso. Como mínimo, descompuesto y descabalgado de su plaza para las elecciones vascas. Y tratándose de vascos, y la gran influencia que siempre ha tenido aquí la música, de fondo un acordeón, el de Carlos Iturgaiz, todavía quitándose las cenizas de su renacer, cual ave fénix.

Y es que hoy somos, y mañana no queda ni el eco de un recuerdo.
Ayer, domingo, todos mirando hacia el coronavirus en Italia. Llamadme loco, inconsciente, o todo junto, pero no, no tengo miedo, o al menos no más que a la vida misma. Al final, quizás, nos vamos a morir, o nos va a matar, un exceso de prevención.

Ahora cualquier dolor que tengas se va a comparar con la estela del coronavirus, por lo que te vas a poder morir de cualquier otra cosa, porque se supone que todo lo demás está controlado. O al menos se actúa como tal.

Quien más, quien menos, ya tendrá guardada alguna mascarilla, por si acaso. Incluso Alfonso Alonso es posible que tuviera guardada alguna, pero el fuego amigo siempre te puede causar una mala pasada.

Quizás al político vitoriano habría que decir lo que a veces se dice a alguien al que le acaban de dejar: 
-En el fondo, y con el tiempo, descubrirás que te han hecho un favor.

De todas maneras, muy mal debe de encontrarse el Partido Popular, cuando está intentando recuperar retales de ediciones pasadas. Parece que debe de ser verdad eso de que se lleva “lo vintage”, sino que se lo pregunten a los de Vox y su naftalina homologada con inequívoco olor a extrême droit.

Lo dicho, malamente, tra tra.

*FOTO: DE LA RED

martes, 12 de noviembre de 2019

RESACA DE SUEÑOS INCUMPLIDOS



Este vecino del mundo, tiene el ordenador encendido prácticamente las veinticuatro horas del día, con el “procesador de textos” (para no decir marcas) preparado para cazar ideas al vuelo. Uno nunca sabe dónde se esconden las musas, pero como alguien dijo, siempre te tienen que pillar trabajando.

Hoy, mañana para mis lectores, es ese famoso “día después” que la mayoría de las veces siempre tiene un sabor a resaca de sueños incumplidos. Y la resaca de hoy de “Ciudadanos” se ha llevado por delante al mismísimo Albert Rivera. Era de prever, porque el descalabro ha sido colosal. Es como ir a por patatas y volver a casa habiendo perdido hasta las escrituras del piso, porque en un momento dado se te cruzó el Casino, y no sabes decir que no…

Sólo que al Rivera le ha pasado al revés, porque se convirtió en el rey del “no”, y al final ese matrimonio con Pedro Sánchez que los mentideros de los empresarios acariciaban, tuvo menos futuro que Chiquito de la calzada, Don Gregorio, del que se cumplen dos años de su fallecimiento, como galán de telecomedia.

Viendo el mapa de la zona donde vivo, en Donosti, ha ganado el PSOE, según me dijeron los interventores ayer, concretamente en la mesa en la que estuve, normalmente ganan ellos. Seguidos por el PNV, UNIDAS PODEMOS y BILDU. Está claro que en nuestras mesas no triunfa el Ferrero Rocher, al que tampoco diría que no, sino algo con más sabor a pueblo, como un pintxo de chaca, que en algunos recetarios por internet, lo describen como “Pintxo Donosti”, y como se suele decir, algo tendrá el agua cuando la bendicen…

Por cierto, y ya para terminar, oigo en la radio a sesudos analistas políticos que achacan el tremendo ascenso de Vox, a la avaricia de los jubilados que no quieren perder lo que tienen.

Generalizar es siempre malo, y está más cerca de hablar por hablar que de blindarse de razones. Extremistas hay en todas partes, e incluso los ricos, o más que acomodados, y sus familiares, también se jubilan.
Dudo, por ejemplo, que esos jubilados que probaron las porras de los grises en los setenta, no solo en el País Vasco, sino en muchas zonas obreras, hayan cambiado sus miradas, políticas o no. Porque esos abuelos que están ayudando con sus “dineros” a los hijos y nietos, que están sufriendo, en el mejor de los casos, salarios mileuristas, o posiciones como hoy tengo contrato, mañana vaya usted a saber, crean que los de los tirantes rojo y gualda, les van a sacar las castañas del fuego, a lo mejor sí, pero para quitárselas y no pagarles nada por ellas.

Muchos de nuestros jubilados, recuerdan al menos por referencia, la famosa “época del hambre”, y saben que si no se buscan la vida ellos, al famoso perro atado con longaniza se lo va a llevar otro, siempre otro.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 11 de noviembre de 2019

LA NOCHE DEL DINOSAURIO...



Antes de nada, y para evitar a los más despistados pérdidas de su tiempo, diré que en este post no se intenta hacer un estudio, y mucho menos a fondo, de lo ocurrido ayer en las elecciones 10N, sino abrir las tripas de este vecino del mundo, una especie de maestro de ceremonias que rige esta página.

Ayer pude comprobar que es verdad eso de que en el ojo del huracán no te enteras de nada porque reina la calma chicha.

Los que me seguís ya sabéis que  ayer, 10 de Noviembre, día de las elecciones, otra más, me tocaba estar en una mesa electoral, en Donosti concretamente, y hasta las diez y media de la noche no salimos del aula en el que estaba nuestra mesa en cuestión.

No diré que durante el recuento de papeletas no nos llegaban noticias, porque ahora en la época de los móviles, decir eso sería mentir vilmente. Además los interventores a la sazón, me apetecía usar ese término, eran unos enrollados, y algo íbamos sabiendo. Pero nada más salir,  y ya en el parque más cercano, puse la radio de mi teléfono móvil, y tuve la sensación de haber sido víctima de un secuestro, y que por primera vez me quitaba la venda que había rodeado mis ojos. 

Y no sé por qué, pero la primera frase que vino a mi mente, fue la del microrrelato de 1959, del escritor guatemalteco, Augusto Monterroso, y que debe de ser el relato más corto en español:

Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí -  y yo añadí instintivamente, y por eso quizás este vecino del mundo nunca pueda escribir microrrelatos-, y esta vez no mucho más cerca, sino con nosotros.

Iba a decir que lo de Vox, los cincuenta y dos escaños, es inexplicable, pero tristemente en los últimos días se olía en el ambiente. No sé si será el mismo caso que lo ocurrido con la llegada de Trump en Estados Unidos, pero quizás en España, y a mí no me lo quita nadie de la cabeza, una razón más por lo que la telebasura triunfa en nuestra televisión, y con el “Sálvame de todos los colores y sabores” como buque insignia de la parrilla televisiva. No es que nos guste la mierda, sino que además disfrutamos con revolverla.

Los jóvenes que votan a Vox, en las imágenes de celebración se veían a muchos, y que no son de familias ricas y poderosas, les aclararé que la vida no es un videojuego, y que cuando las cosas nos van mal, y las cosas no podían ir peor, se le puede dar al reset y todo vuelve al punto de partida. 

Aquí el punto de partida ya desapareció hace tiempo, y muchos se encargaron además de que no se pueda volver a encontrar para que nadie pueda evitar lo que cada vez está más cerca: una posible revuelta entre nosotros mismos, y que nos podía llevar a un panorama muy abierto, y en la mayoría de los casos con vistas a algo desolador.,,

Ciudadanos ha recibido lo que se iba vaticinando por su falta, quizás, de perfil decisorio. Le ha gustado, desde el principio bailar “la yenka”, que tenía como punto álgido ese movimiento hacia todos lados para quedarse en el mismo sitio. Y al final la gente ya se ha cansado de su baile. Al parecer, sin embargo, a más de uno le sigue apeteciendo bailar con la derecha, y muchos, se darán cuenta con el tiempo, que se han pasado de frenada y han llegado a algo que ya es “vox pópuli”.

Y lo de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, cada vez lo está comprando menos gente, porque sólo es para los incondicionales de los éxitos de Pimpinela. Hace tiempo que ya no pueden espabilar solos, aunque estén en compañía.

Observad que no he mencionado para nada al PP de Pablo Casado, que no pincha ni corta, pero que se va aprovechando de los errores de los demás, para recuperar su territorio, y esta vez más a la derecha, por si acaso.

Y el hedor está a punto de coger forma. Ya se adivinan sus fauces…

*FOTO: DE LA RED