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lunes, 30 de julio de 2018

PENSAMIENTOS A UN DOLCE FAR NIENTE



Aunque en vacaciones este vecino del mundo procura practicar el “dolce far niente”, a pesar de que para ello tenga que emplearse a fondo, el magín, la mente, la materia gris, o lo que sea, siempre van por su lado. Y a continuación dejo unos cuantos pensamientos que estos días, entre cabreo y cabreo por ganar o perder un centímetro de arena playera, se me han presentado, y tal como me invadieron, se fueron, dejando, eso sí, este poso:

Miedo me da que ahora que solo se puede fumar en la calle y con el conflicto de los taxistas al rojo vivo, pueda haber una explosión de dimensiones bíblicas, y en el siguiente acto nuestro gobierno esté en taparrabos chamuscados...

La imagen de los independentistas yendo a Waterloo para recibir a Puigdemont tras su incidente alemán, me ha originado una sensación muy cercana a estar ante un nacimiento navideño actualizado, aunque todavía falten casi cinco meses para las entrañables fiestas, y los pastores se desplacen subvencionados gentilmente por nuestros impuestos, o así.

Lo peor de que las jugadoras del Barça viajaran en clase turista mientras sus compañeros lo hicieran en business, sin que nadie cayera en ese pequeño detalle, es lo calado que está en nuestras costumbres los usos machistas que nos hacen asumir que “las cosas son así, y así se las hemos contado”.

Es de admirar la capacidad que tiene Casado ya al frente de los populares de olvidar que hace tan solo, como quien dice, cinco minutos estaban donde ahora está Pedro Sánchez y ya le culpa hasta de haber matado a Manolete. Ha reconocido, además, el nuevo Presidente del P.P., que ya está listo para gobernarnos. Al final va a ser verdad que el Señor Pablo Casado es rápido en casi todo y que donde pone el ojo pone el master.

Las lágrimas de Juana Rivas y la presunta empatía  que pueda suscitar, no deberían de hacernos olvidar que, seguramente mal aconsejada, como bandera de la lucha feminista, hizo lo que quiso y pudo, amoldando las leyes a sus deseos. Y ahora, de aquellos polvos, se recogen estos lodos.

Y ya, para finalizar, una pregunta más que un pensamiento, que se me repite todos los años: ¿Por qué al que no puede ir de vacaciones, al menos en estas fechas, se le castiga además con la suspensión de la mayoría de los programas radiofónicos y televisivos, dejando una mera caricatura o recordatorio de ellos?

*ILUSTRACIÓN: DE LA RED.

domingo, 25 de marzo de 2018

PUIGDEMONT Y SU CARRITO DEL HELADO...



Quien más, quien menos, ya tenía pertrechado su post de hoy hablando sobre lo bueno y lo malo del cambio de hora, jugando además con ventaja de lo ya dicho en otras ocasiones (copias, pegas, y luego un poco de maquillaje verbal), cuando a eso de las once de la mañana han tocado a arrebato.

“Que a Puigdemont le han pillado con el carrito del helado”, y no es una variante de la célebre canción, sino que es literal.

Tanto airearse por Europa con la causa nacionalista, primero sacando un pie de su residencia en Waterloo, después las dos y el morro, siempre el morro por delante, hasta que un buen día te dejas las llaves en casa y no puedes volver. Y ese día parece que ha llegado. Porque la Merkel es mucha Merkel, aunque ha tenido tiempos mejores, y en Alemania sólo se mueve, quien ella quiere.

De todas maneras y bien pensado, aquí ganan todos. Primero, porque a M. Rajoy todo le viene bien, incluso para olvidarnos por un momento de los títulos universitarios de sus pupilos, y pupilas, aunque no sea, parece, la niña de sus ojos. A Ciudadanos, porque siempre dirán eso de “ya es hora de que nos hagan caso”. Y a los de izquierdas, se supone que con el Psoe incluido, porque siempre tendrán algo para protestar.

E incluso, y pensadlo un poco, les viene bien hasta a los mismos nacionalistas catalanes, porque es una manera honrosa de acabar con uno de sus culebrones, y además de manera que puedan seguir quejándose, que, visto lo visto, es lo que mejor saben hacer: que la culpa siempre la tienen los demás, por exceso o por defecto, pero siempre los demás.

No soy politólogo, sino solo voyeur de la vida, pero estoy convencido de que durante mucho tiempo, por aquello de “nunca digas nunca jamás”, aquí se acaba la aventura nacionalista, que no es lo mismo que acabar con la tabarra nacionalista. Pero seamos serios: ¿Todo esto le ha venido bien a Cataluña? Este vecino del mundo diría que no, y a España, en su totalidad, tampoco. Porque en realidad es como en el teatro, para que uno se luzca, aunque sea haciendo el ridículo, los demás tienen que estar a la altura. 

Y el gobierno español lo ha estado. Ha sido como un auténtico show, de cara al resto de Europa, de parejas cómicas; la réplica y la contrarréplica han estado a la altura: Lamentables los dos.

Ahora para ir por Europa convendrá ir con bufanda, aunque sea verano; y gafas de sol, aunque todavía estuviéramos en invierno. Porque entre unos y otros, lo de la presunta seriedad en España ha quedado como intentar dar una clase de teología en una discoteca: imposible.

Esperemos que hoy sea, como en la célebre frase, el comienzo del resto de nuestra vida europea. Y que todos se planteen, de una vez y para siempre, a dónde nos ha conducido eso de  utilizar a los partidos nacionalistas, durante los comicios a nivel nacional, como partidos bisagras, intentando comprarles  y dándoles todo lo que piden…

Se ha puesto de moda, parece, el decir que un joven, siempre tiene que ser de izquierdas, y que la vida misma le va “centrando”. Este vecino del mundo, ya con los sesenta a cuestas, está convencido de que nunca se ha centrado, ni se centrará. Pero cada vez está más convencido de que se ha convertido en gato, por aquello de que el gato escaldado, del agua huye. Y hay momentos, en que verdaderamente siente estar en una isla… Angustioso.

*FOTO: DE LA RED
*TRUCAJE FOTO: PATXIPE