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domingo, 5 de marzo de 2017

COITUS INTERRUPTUS EN EL BAZTÁN (...A ESTAS ALTURAS DE LA PELÍCULA)


Nunca me había pasado. Desear esperar veinticuatro horas para saber si me ha gustado una película no me había ocurrido. 

Al ser un gran seguidor de la llamada, trilogía del Baztán, al verla hecha película, y aunque no se aleja de la historia, he necesitado un cierto reposo de sensaciones, para más tarde no arrepentirme por primero decir algo, y luego cambiar de opinión…

El problema es que ahora cuando ya he decidido mi postura, me encuentro que hay otro llamamiento, el primero fue con Trueba, para hacer boicot a esta película: “El guardián invisible”, porque al parecer una de sus actrices, Miren Gaztañaga, en algún programa de la televisión vasca, ha tachado a los españoles como “catetos y atrasados". Y no quiero que mi opinión parezca algo así como llamamiento a favor de este boicot, o de todo lo contrario.

Para que nos entendamos: 
Si la película fuera una partitura, este vecino del mundo diría, que la ejecución y técnica han sido perfectas, pero que le falta mucho de sentimiento.

Está más cerca de alguien contándote la historia (muy bien escrita por una Dolores Redondo en estado de gracia) fríamente para no perderse ningún detalle fundamental, que de las imágenes se desprendan sentimientos, aunque fueran encontrados. 

¿La película ha debido de costar mucho dinero? Nadie lo duda, y con un "casting" excelente. ¿Que, incluso, desde su puesta en escena está claramente pensada para la exportación (no hay que olvidar que las tres novelas se han traducido a treinta idiomas)? Es más que evidente.

Este vecino del mundo tuvo la suerte de ver la película en el Max Ocio, de Barakaldo (Vizcaya). Al decir suerte, quiere decir que en la cinta vista allí, se pueden apreciar los tres idiomas que forman parte de la historia, español, inglés, y euskera, los dos últimos mediante subtítulos. Pero a este vecino del mundo le consta, por haberlo oído en la radio, que el periodista en cuestión había visto otra versión, en el que, uno de los personajes americano (¡Ojo! Hay dos), muy importante en la novela, había sido doblado por la misma voz que se emplea para Samuel L. Jackson.

Gracias, por poderla ver con los tres idiomas, sino todo el esfuerzo de la producción hubiera quedado “plano”. Lo cual ya le ocurrió al vecino en su momento (http://patxipe.blogspot.com.es/2014/04/nueva-york-y-pata-negra-estas-alturas.html),  y en los mismo cines, con una película española rodada en Estados Unidos, que sabiendo que había copias con los dos idiomas, y subtítulos correspondientes, “le tocó” la versión plana.

Vaya por delante, que este vecino del mundo, aunque nadie lo haya confirmado y forme parte, pudiera ser, de un secreto de producción, está convencido de que toda la historia, los tres libros/películas, se han rodado a la vez, porque cuando menos va a salir más barata la producción, y además, más tarde pudiera surgir algún problema, y no se pudiera reunir el mismo equipo. Como que tampoco actores tan intensos como Francesc Orella haya dejado su interpretación”aparcada” para dentro de un año, no tendría sentido.

En realidad, esperaba un homenaje a los bosques, al verde, aunque fuera en sus tonos más oscuros, que sirviera, incluso, para hacer un anuncio publicitario a nivel mundial, aprovechando la película. Pero, teniendo en cuenta que la película prácticamente en más de un setenta y cinco por ciento, en un virtual blanco y negro,  eso sí, excepcional, si de algo sirviera las imágenes rodadas es para hacer un buen anuncio de coches por las carreteras navarras, con planos en picado, casi imposibles.

Aunque leyendo las novelas, nunca me hubiera imaginado a una Marta Etura, su interpretación es ajustada, y para los que tuvieran dudas sobre sus capacidades actorales, deja su interpretación a un gran nivel. 

El problema de hacer una trilogía, es que en este caso, todos los sentimientos, sugerencias, dudas… quedan aparcadas durante un tiempo, y tampoco se resolverán con la segunda entrega. Lo cual no quiere decir que cada entrega no tenga su asesino, o asesinos. Pero la vista global siempre quedará aparcada hasta el final de la última entrega, a modo de coitus interruptus.

Tanto el guion, Luiso Berdejo (sobre la novela de Dolores Redondo), y dirección, Fernando González Molina, son más que eficaces. Mención aparte merece la banda sonora de un Fernando Velázquez, en estado de gracia, que aunque no compone ninguna melodía que la gente pueda salir del cine tarareando, si llena las imágenes, con una mezcla de añoranza, misterio e inquietud, en definitiva, ecos de un paisaje y de unos hechos.

Personalmente, al estar lleno del espíritu de la novela, la película le ha parecido a este vecino, de un mucho “mecánica”, sin alma, sin ese espíritu de brujas y antigüedad que se le presupone a la historia; pero debe de funcionar, porque los 129 minutos de metraje se han pasado en un “quítame este muerto de encima”, es decir, rápido. Sin embargo, no deja de ser un "thriller a plazos", y los plazos a la larga siempre salen más caros...

Para los que dicen que la película recuerda al "Silencio de los corderos", no será este vecino el que discuta con ellos porque hay crímenes, un asesino, y una mujer polícía. Lo demás, son cuestión de opiniones. 

Otra cosa ya es, el intento de boicot, que por de pronto, faltan a la verdad al decir que Miren Gaztañaga es una de las protagonistas. En porcentajes, su aportación en cuanto a tiempo, no llegaría ni de lejos, al uno por ciento del total. Otra cosa es que sus imágenes sean imprescindibles para la trama.

De todas maneras, si seguimos así, llegará un momento en que toda persona implicada en un proyecto cinematográfico, tendrá que firmar un contrato de que no podrá decir nada de nada, sobre nada, o sobre todo, ni antes ni después del rodaje. Y a eso, en mi pueblo, y en el vuestro, se le llama “censura”. 

¿Quién está interesado en que los artistas no hablen?

*FOTO: DE LA RED


martes, 4 de febrero de 2014

DE TOMATE, TOMATINA

Esta mañana al levantarme y mirar por la ventana, he tenido que hacerlo dos veces para cerciorarme de  que era verdad lo que veía. No es que no llueva, sino que además hace buen tiempo. Pero como toda dicha, tiene su caducidad, y por lo que dicen, no va a durar ni veinticuatro horas. Una especie de coitus interruptus en versión meteorológica.               
De todas maneras este vecino está ya un poco harto de noticias negativas y corrupción por todos lados, y está pensando en irse a una isla desierta, una especie de Robinson Crusoe pero voluntariamente. 
Por cierto, esta noche he soñado que regentaba un puesto de tomates al final de la cuesta donde la Infanta Cristina tendría que hacer el paseíllo este sábado concretamente, y ya había encargado gran cantidad de stock para ese día, que sin duda sería muy bien requerido a buen precio por los allí apostados. Pero, mala suerte, me he despertado y me he quedado sin negocio y sin tomatina.
El problema es que uno no tiene la cuenta bancaria, de hecho solo le queda la cuenta bancaria en sí, para muchas fiestas, o dicho de otra manera, para grandes viajes, y está pensando en aislarse de todo y de todos durante una buena temporada, pero aquí mismo. Como el personaje de Fernando Fernán Gómez en “El anacoreta”, que hastiado de todo y de todos se encierra en su cuarto de baño.        
La verdad es que esta idea me encanta, porque una vez recluido, cada vez que tenga algún recuerdo o pensamiento que no me guste, una especie de “mono” o vuelta a la “mono-tonía”, exorcizaría los malos pensamientos tirando de la bomba, en una necesaria fumata negra pero con agua, especialmente negra dicho sea de paso, exculpando mis penas. 
Tarde o temprano nuestros cuerpos pagarán por los malos hábitos que estamos teniendo, como sufridores de la época que nos está tocando vivir, y a la que no estábamos acostumbrados. Éramos una especie de chimpancés acomodados en nuestro árbol repleto de plátanos, y ahora nos tenemos que transformar en peces y nadar a donde la marea nos lleve. Y nuestro cuerpo, no da para más.        

*FOTO: DE LA RED