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martes, 22 de julio de 2014

DON SISEBUTO ROMERALES, SIEMPRE A SU SERVICIO

Nunca le ha gustado a este vecino del mundo ese paripé que se lleva Don Sisebuto Romerales, gente de estatus, y que tiene, al parecer, un cierto nivel, subsecretariodealgo, que nunca se entiende qué es eso, pero que existir el cargo, existe. Y es que si el currito-de-a-pie trabaja ocho, o doce horas (porque con el tipo de trabajo que se consigue ahora, parece ser que el sueldo siempre es inversamente proporcional a la cantidad de horas trabajadas), lo que sí tiene claro es que cuando termina de trabajar, atrás queda el lugar de trabajo, hasta que vuelva otra vez. 
En  cambio, nuestro, es un decir, Sisebuto Romerales, subsecretariodealgo, que incluso él mismo no sabe de qué (pudiera ocurrir lo mismo con un empresario consorte, al haber "cazado" en su día a la hija del fundador de la empresa), lleva su trabajo a cualquier sitio al que se desplace, especialmente a pistas de paddle, al menos eso es lo que dice, aunque luego lo único que haga sea llamar por teléfono al pringado de turno para "recordarle" que haga esa gestión, y que de él depende la paz mundial, o la supervivencia de la especie humana en la Tierra, y eso no se vea recompensado en la nómina del pringado, sí en la del trepa de turno.
Sin embargo, Don Sisebuto Romerales, y con él  las personas de un cierto estatus, hacen alarde, porque lo hacen, de que están pendientes “de lo suyo” las veinticuatro horas del día, o más, los trescientos sesenta y cinco días del año. Y cuando llegan estas fechas, dentro de ese traje azul oscuro impoluto (de hecho en el barrio ya le llaman azul romerales), ponen cara de sacrificados, mientras miran continuamente el reloj porque "ya" deberían estar en otro sitio, al confesarte su admiración hacia ti porque “puedes” irte de vacaciones, y él en cambio hasta el último momento no sabrá si puede escaparse, "eso sí, tan solo unos días porque no puede descuidar su trabajo, y  menos tal como está la cosa ahora”.
El problema es que cada año, desde que conoces a Romerales, Don Sisebuto, es igual, y sabes que a última hora se va a ir de vacaciones, incluso más de una vez se le ha escapado que ya ha cogido los billetes, y lo disimula diciendo que es solo para su familia, porque si él se añade, será a muy última hora. 
Lo que ocurre, en realidad, es que disfruta, y nunca mejor dicho, esos días, más otros, tampoco reconocidos, distribuidos a lo largo del año, y que los “empaqueta” como “viajes ineludibles de trabajo”, que a su misma esposa esconde, y, ¡qué suerte tiene!, siempre son los negocios en ciudades bellísimas, de buen clima, y de las que se puede disfrutar en cualquier época del año.
Es la manera Romerales de hacerte ver la suerte que tienes por tener el trabajo que tienes, porque no ganas mucho, pero no es  todo cuestión de dinero, según él, claro. 
La filosofía de todos los Romerales que existir, existen, es intentar dormir al enemigo para que en ningún momento se le pase por su cabeza, medio vacía de cultura y repleta de vicio, mucho vicio, según él,  que ya sería hora de hacer un cambio de papeles, o de “roles” como se dice ahora. Y es que Romerales siempre ha sido muy bueno en lo suyo, por algo ostenta desde hace tiempo el título de "Marqués de la entrepierna e inútil de España".

*FOTO: DE LA RED


jueves, 5 de diciembre de 2013

UNA DE CAFÉ, Y OTRA DE LECHE

Acabo de llegar de la calle, de dar una vuelta para templar los ánimos, y luego contactar con vosotros.
Me he parado un momento, en el escaparate de una librería, y haciéndome a duras penas hueco entre tres jubilados que estaban leyendo también, para pulsar el pálpito de las mal llamadas “revistas del corazón” cuando en realidad,  se deberían de llamar “revistas de la entrepierna”, porque antiguamente, y todavía en alguna de ellas, se hace una especie de oda a la descendencia, con fotos de bodas, bautizos, comuniones…, y actualmente, en cambio, pero también relacionado, cada uno dice lo que le sale…de lo más profundo.
Esta semana, y es lo único que he robado/leído de los titulares, porque ha sido más que suficiente, la Señora María José Campanario, esposa de un actor en ciernes llamado Jesulín de Ubrique (debido a su próxima aparición como uno de los protagonistas en Torrente 5), confiesa que ella “cuando se enfada, limpia”. El periodista, que me imagino que no lo habrá hecho por educación, le debía de haber preguntado en ese momento, si es que está continuamente limpiando. Más que nada para así saber si normalmente está de mal café.
A este vecino del mundo, en realidad le pasa lo mismo, cada vez que está de mala leche (observese que hace muy buena combinación con el café mencionado anteriormente), le da por escribir. Y aquel que habitualmente le sigue, sabrá que lo hace, el escribir en esta ventana, unas cinco veces a la semana, por lo que normalmente su tensión está bastante alta.
Quizás en momentos de excitación cada uno saca lo que lleva dentro, Doña Campanario la bayeta, y lo mismo que Don Boris Izaguirre saca la pluma, este vecino lo hace con el teclado del ordenador.
Y es que en realidad, y bien pensado, somos cada uno de nosotros como una moneda, con dos caras. Una que es la que normalmente se ve, y otra la íntima. La que quizás no quieres que se sepa porque sería dar mucha ventaja al posible enemigo, sobre pistas en las que poder atacar.

*FOTO: DE LA RED