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viernes, 4 de mayo de 2018

¿EL HUMOR COMO ANTÍDOTO?



Acabo de sentir una experiencia singular. Me ha llamado por el telefonillo del portal la cartera de Correos para decirme que tenía un paquete para nosotros, y que por favor bajara a recogerlo. 

Llevaba despierto una media hora y la pinta era muy parecida a la de José Sacristán, creo recordar, en “Solos en la madrugada” cuando el personaje de Emma Cohen le dice: “No sé si acostarme contigo o cantarte una saeta".

Al vestirme, en menos de un minuto, he creído sentir lo mismo que una estrella famosa de los musicales cada vez que tiene que hacer un cambio rápido de vestuario. Y aún me ha dado tiempo para pensar mientras bajaba en el ascensor, la suerte que tengo de no vivir en el Empire State un día de esos en que no funcionan los ascensores.

Pensareis que tengo humor, y ahora voy a usar una expresión que se está generalizando, y que odio porque creo que es traída del inglés (y a "esos" ni agua, que ya se encargan ellos de servirse de todo lo que quieren), y además no es cierta, de buena mañana. ¡Y no lo tengas!, porque vas a estar traumatizado todo el día.

La verdad es que mis diez primeros minutos de hoy, "cara al público", por decirlo de alguna manera, hubieran podido estar firmados por un Rafael Azcona en buena forma.

Ya aprovechando que había tenido que bajar a la calle, he comprado el pan, que apenas voy a utilizar por estar en régimen perpetuo. Y hablando con el que lo expide, porque en la mayoría de los sitios ya no son panaderos, panaderos, me ha dado un truco para poder comer poco, el aconsejante perdió en su momento 25 kilos, que no los ha vuelto a recuperar.

Media hora antes de cada comida, bebe un vaso de agua templada”.

Según el casi panadero, se te quita el hambre. Al oír el truco, no me digáis por qué, lo he asociado al chiste del paciente al que le acaban de decir que le queda poco tiempo de vida y le pregunta a su doctor si deja de fumar. Y el galeno tras pensárselo un poco le dice tajante: Sí, porque así se le va a hacer más largo.

Por cierto, y ya para terminar, si mis diez primeros minutos han sido así, hoy el día promete.

Al final tendré que agradecer a los políticos de turno, el ser como soy como estrategia para vivir, no sé si más, pero menos amargado…

*FOTO: DE LA RED


domingo, 11 de junio de 2017

¿QUIÉN NOS TIENE TANTO PAQUETE?


Quizás esta semana, y clarísimamente, diría este vecino del mundo, alguien se ha pasado de frenada, y ha optado por poner el punto de vista de la actualidad más actual, en el paquete de los hombres, o si abrimos las piernas más o menos cuando nos sentamos en el Metro (o en cualquier medio de transporte), como si el metro también fuera el patrón de la abertura y apertura masculina.

Y aunque la humorada, al menos para este vecino del mundo,  haya empezado por la izquierda madrileña, inmediatamente se deslizan unas fotos, ¡qué casualidad!, de la sección paquetera, del Podemos más varonil  (no confundir con "machista"), como intentando demostrar que el "arco del triunfo" comenzó en Puerta del Sol y acabe en Venezuela.

Siempre es mejor hablar del tamaño de los huevos, especialmente si el color de los pensamientos de sus propietarios es morado, que de los huevos que han tenido muchos para dejar a lo que consideraban su cortijo, y que el españolito medio siempre ha llamado "España", como un solar, con los frutos, presuntamente robados, "empaquetados" (que también viene de "paquete") rumbo a Suiza o Panamá.

Si de verdad, todo eso del paquete invadiendo terreno ajeno es tan importante, y que se puede arreglar con unas breves palabras tanto al invasor “paqueteril”, como a esas señoras que hacen lo mismo, pero  con su bols@, mientras ponen cara de cansadas y que la culpa es de su marido, qué será con lo ocurrido a ese PP culpado y reprendido en una sentencia judicial, por haber perdonado “olvidos” de declaraciones a Hacienda de dineros por parte de gente que siempre tiene dinero y que se mueve, además, por terrenos de presunta influencia.


Ahora que ya se acerca el verano con esas serpientes “des-informativas” que siempre invaden, de una u otra manera, los medios de comunicación, vamos a recibir, ya lo estamos haciendo, muletazos de opinión, porque a pesar de que mucha gente está en contra de las corridas de toros, practica la tauromaquia en el ruedo de la noticia, poniéndonos en posición, con muletazos informativos, de izquierdas, de derechas, para entrarnos a matar y dejarnos patas arriba.

Si en una película hay un personaje que fuma mucho, y tose constantemente, el guionista nos está adelantando que a ese personaje le quedan dos telediarios. Si en los medios de comunicación se ven primeros planos de paquetes desenfrenados, nuestro olfato nos debe de alertar de que alguien nos está robando la cartera.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 22 de agosto de 2016

NAUFRAGO DE INCOMPRENSIÓN



Lo de hoy ha sido toda una odisea. Y en realidad sólo se trataba de recibir un par de cajas de lentillas (a través de MRW, que en este caso como veréis, es relevante el decirlo), que aunque no era nada trascendente para la humanidad, y por esta vez al menos, no ha corrido  ningún peligro la seguridad de nuestra especie, sí era muy importante para este vecino del mundo.


El sábado me avisaron de la empresa encargada de proveerme de las lentillas que uso, que me las enviarían en 48 horas, y gentilmente me adjuntaban el número para seguir el pedido. 


Teniendo en cuenta el día que era, no sabía  si me llegarían el lunes, o el martes. Esta mañana, tras pasar más de media hora intentando llegar a algo en la página de MRW, todo el tiempo se saltaba de la casilla para comprobar la ruta del pedido, a publicidad pura y dura de la empresa, todo ésto a través de internet por el móvil, porque este vecino no está en su lugar habitual. He optado entonces, por ponerme en contacto con la óptica, que muy amablemente, y comprobando ellos con el número de seguimiento, me han confirmado que las recibiría hoy. Les he pedido el número de teléfono de MRW, y tras comprobarlo me han dado el número de la oficina encargada de la entrega: MRW – San Javier.


Tras llamar, que por cierto, me han cogido la llamada en seguida, a cada uno lo suyo,  al preguntar por el envío, la señora o señorita en cuestión, me ha dicho, con ese tono que da la costumbre y el hastío, que si era un envío normal lo podía recibir hasta las ocho de la tarde. Al contestarle que como no lo había mandado yo, no sabía el tipo de envío que era. Me ha dicho, sin ningún tipo de inflexión de voz, que en ese momento, no le funcionaba el ordenador, y que por favor llamara en diez minutos.


Este vecino tiene mucha experiencia en tratar con clientes por teléfono, y puedo asegurar "que no decía la verdad". Y si lo hacia, lo ha hecho muy, muy, mal. Cuando uno esta agobiado porque "el sistema" no funciona, se le nota al instante.


Al sentirme muy decepcionado y frustrado, en lugar de criar un caldo de cultivo para una úlcera, lo he comentado por Twitter:
"La señora atendiendo el teléfono en MRW San Javier, tiene menos ganas de trabajar que Dinio. ¿Está descontenta? No lo pague con el cliente".


Visto ya desde la distancia de las horas, más de diez, y usando el humor, que por suerte, este vecino del mundo considera que tiene como un obispo que se precie, es decir, en grandes "diócesis", la señora o señorita en cuestión,tenía tantas ganas de responderme como Pablo Iglesias de votar al PP, o viceversa, ninguna. 


En estos días inciertos es comprensible que el personal esté muy quemado, generalmente por trabajar muchas horas, y recibir a cambio, frecuentemente, malos modos y poco dinero. No sé si éste era el caso, pero lo parecía.


La verdad es que en muy poco tiempo, y sin haberme dirigido a ellos, al enterarse del tweet, MRW-Clientes se ha puesto en contacto conmigo. Y al decirles el número de seguimiento, me ha respondido, ¡Premio!, que hasta las ocho de la tarde lo podía recibir (un margen de más de ocho horas todavía). Si ya venía de rebote, y rebotado, de hablar con la oficina, ¿qué esperaban desde MRW-Clientes, que ni siquiera me hubieran dado esa información? Realmente es poco esperar desde su lado.


En todo ésto ha quedado más que claro que la tecnología les funciona, y también, la frialdad que da el teclado, pero el intentar ayudar de motu proprio, o por mera empatía, no es lo suyo.



Ellos no pueden “gastar” (como se diría en inglés, y que esta vez viene de “perlas”) dos minutos, en ayudar, pero yo en cambio, al estar sólo en casa, me tengo que  pasar todo el día “en prisión” como El Lute de su peor época, y penar, aunque no haya cometido ninguna falta.


Estaba convencido que para redondear el cachondeo y el desprecio, recibiría el paquete sobre las ocho, agotando el plazo. No ha sido así. En realidad, "Annie" (no sé como ella escribirá su nombre, pero ante la duda lo pongo como el "musical"),  y su simpatía han llegado a las cinco, y en moto. A su favor, que aún poniéndole mal el piso, ha sido, por fin, capaz de tener un poco de cabeza y ganas, y me ha llamado por teléfono, deshaciendo el entuerto, y recibiendo el paquete.


Por cierto, le he comentado que parecía que todo era para que la próxima vez se hiciera en otra modalidad de envío más costosa, y me ha respondido, ante mi incredulidad, que en todo tipo de envío se dice lo mismo: que se puede repartir hasta las ocho de la tarde.


Nadie me ha regalado nada, ni MRW, ni cualquier otra empresa de transporte, todo se paga. Pero tengo mucha experiencia con  SEUR-Donosti,  y todas las veces requeridas, que no han sido pocas,  me  han"brindado" un poco de comprensión, lógica, y tiempo. Y en estos días que corren, sentir, no tener, sentir empatía por el cliente, es tanto como recibir un envío como urgente, o hacer un viaje en VIP, sin haberlo pagado.


Para que quede claro sino ha quedado ya, la próxima vez a la óptica, y a lo que sea, les pediré por favor que me lo envíen por SEUR.


¡Vamos! Está claro que  si el personaje de Tom Hanks en "Naufrago" hubiera pertenecido a otra empresa de trasporte diferente a la de la película,  lo de volar en Navidad, festivo, hubiera sido, probablemente, una quimera (porque si algo sentía él era empatía por sus clientes y fervor por su trabajo), y nos hubiéramos quedado sin aventura, y por supuesto, sin una gran película.

Por cierto, la aventura de hoy, un cúmulo de despropósitos y frialdad, mucha frialdad; con excepción de Annie, pero eso ya es otra película... 

*FOTO: DE LA RED