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jueves, 13 de noviembre de 2014

¿CRISIS? ¿QUÉ CRISIS?

Ya se puede ver en televisión el anuncio de la lotería de Navidad de este año, que visto lo visto el año pasado, la expectativa era máxima.
Por supuesto que rotura total con la apariencia edulcorada y sin pretenderlo maliciosa del anuncio del año pasado, y como no puede ser de otra manera, en un país que está como está con una crisis que solo no ven los políticos, unos personajes que nos sugieren que la crisis les ha maltratado, y que, tristemente, solo encuentran “su remisión” mediante la suerte en forma de décimo de lotería.
Aunque se promociona solo un anuncio, en realidad hay otros ocho más, que se pueden encontrar por internet, y que formando una especie de “collage”, te hacen entender mejor a esos personajes.
Me recuerda mucho a esas películas españolas de finales de los cincuenta y principios de los sesenta con unos actores en el recuerdo como Pepe Isbert, Casto Sendra (Cassen), José Luis Ozores, interpretando personajes que estando medio muertos de hambre, sin embargo, y quizás por ello, representaban un espíritu puro.
Con todo lo anterior en la retina, el cambio ha sido muy duro, ya que al salir a la calle, y observando las portadas de las revistas de esta semana,  en el quiosco de la esquina, su realidad es otra. 
El ejemplar de ¡HOLA! con los Duques de Anjou, como se destaca en la primera línea, aunque luego nos aclaran al resto de mortales, que en realidad hablan de Luis Alfonso y Margarita, a este vecino del mundo le parece, no solo muy poco juicioso con los tiempos que corren, sino hasta  un punto desafiante. En la portada, una foto familiar (al estilo “profident”, enseñando sus encantadoras sonrisas, que sus buenos euros les habrá costado en los mejores especialistas dentales) mezcla de presentación en sociedad y selfie a la entrada de su parcela en el cielo. 
Otras  dos revistas, más claramente dirigidas al currito de turno, tienen a Isabel Pantoja y su inminente entrada en la cárcel, como telón de fondo, pero en realidad ambas portadas dirigen nuestra mirada a su, digamos, ex nuera, Jessica Bueno, dándonos a entender que vive feliz de la vida totalmente alejada del drama de la tonadillera.
Siempre he creído que nuestro subconsciente es más sabio que lo que creemos ser, y quizás, por eso he dejado atrás las revistas, mientras le daba vueltas a eso de que “la historia la escriben los vencedores”, aunque estén o no a punto de entrar en la cárcel.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 19 de marzo de 2014

EL OLIMPO DE LOS DESEADOS, O QUÉ HAGO YO EN ESTA ISLA

Este vecino cree en la reencarnación, y por aquello de los por-si-acaso, ya ha pedido que en la próxima vida él quiere ser famoso, y si ésto no fuera posible, porque ya hay muchas peticiones, y este vecino, incluso en la próxima vida, sigue sin tener ninguna recomendación que altere la lista de “por estricto orden de prelación”, como mínimo que sea pariente directo de un famoso.
Todo tiene una explicación, y remedando a Pepe Isbert en “Bienvenido Mr. Marshall” “como bloguero vuestro que soy os debo una explicación, y esa explicación que os debo, os la voy a dar”.
Este vecino siempre ha querido ir a un reality. Durante muchos años ha querido ser vigilado por el “Gran Hermano”, aunque él en realidad solo tenga una hermana. Pero, bien pensado, lo mejor es ir a “Supervivientes”, que por cierto, este domingo pasado ha vuelto a la pantalla de la “cadena alegre”, tras dos años de ausencia televisiva. Y es que su logística aparte de complicada, debe de ser muy cara.
¿Por qué “Supervivientes”? Es muy sencillo.  Por lo oído, o más bien leído por internet, a algunos, y me imagino que a todos, les pagan unos veinte mil euros por semana. Viajas, antes y después del programa, conoces gente aunque algunos sean insoportables, y además adelgazas, mientras estás vigilado por un estricto plantel médico.
Además, tu señora no tiene por qué preocuparse, o sí, de lo que haces, o de lo que te hacen, porque antes de que recapacites de la que has montado, o te han montado, tu sufrida, La Nuri en este caso, ya se ha enterado. Y si está muy mosqueada, puede que pasee tus miserias por diferentes platós, ganándose ella también un dinerito extra, que visto lo visto, no viene mal a nadie.
De todas maneras, más de uno de mis lectores todavía se estará preguntando el por qué de lo dicho al principio sobre “reencarnarse como pariente directo de un famoso”. Y es muy sencillo.
Durante muchos años uno se hacía famoso por su esfuerzo personal, bien trabajando, estudiando, como actor, como deportista…
Desde hace ya bastantes años hay famosos vía “braguetazo”, noviazgo, donación de cuernos… Y al ser conocidos del público se les abren las puertas de ciertos programas televisivos, incluso hay alguno/a que llega hasta a coquetear con la pseudonobleza, con títulos extra oficiales como “princesa del pueblo”. Si éstos trabajos, en un principio, estaban mal vistos por algún sector de la crítica y público, al final ocurre como con el “trabajo mileurista”, que visto lo visto, y a toro pasado, dices eso de “quién lo hubiera pillado”. Y es que  en la realidad, como los últimos personajes nombrados también se encuentran en el “Olimpo de los Deseados”, se  ha dado un nuevo giro de tuerca, y ahora son contratados para los concursos, como el que acaba de empezar, familiares de los famosos, que a alguno de ellos, y en el sentido estricto de la frase “sólo les conoce su padre”.
Ya para terminar por hoy, incluso habrá más de uno que le parecerá poco, porque seguro que los hay, los comentados veinte mil euros semanales. Sin embargo, y la realidad coloca a cada uno en su sitio, este vecino, y otras veintinueve personas lograron muchísimo menos en proporción, por un ERE en la empresa en la que trabajaban. Y visto lo visto, entre los años trabajados en esa empresa, veintiséis, los meses de huelga, algunos incluyendo a toda la plantilla, comparándolo con lo que pagan en el citado reality, éste último es una verdadera bicoca, y si hay que estar en pelota picada durante todo el reality, se está también. Porque ya la vida misma se encarga de mostrar tus vergüenzas, y además sin cobrar.

*FOTO: DE LA RED



miércoles, 8 de mayo de 2013

¿DULCE ESPERA?


El gran actor Pepe Isbert dijo una vez que a ellos, a los actores de cine, les pagaban por esperar. Hay que tener en cuenta que para rodar una película, en lo que menos se tarda normalmente, es en hacer la toma. Primero hay que colocar las cámaras, luces, micrófonos (si lo hacen con toma de voz directa), tomar las medidas a los actores por si hay primeros planos...
¿Os habéis parado a pensar la gran cantidad de tiempo que pasamos esperando? Si descontamos el tiempo que pasamos durmiendo y esperando, al final lo que hacemos es bien poca cosa. Porque no solo esperamos por nosotros, sino que lo hacemos también por los que están delante de nosotros, y los que están delante de ellos, y así sucesivamente.
Este vecino del mundo es un gran nervioso, y cualquier día de estos, conseguirá volver antes de ir, y la sala de espera de una caja de ahorros es un gran laboratorio de esperas. 
Si el citado establecimiento es de los de lujo, en realidad a lo que me refiero es que está adecuadamente preparado, tiene una máquina que te da un número para indicarte el orden en que te van a atender, porque entenderte en un banco o caja de ahorros es difícil, sobre todo si les vas a pedir algo. ¡Pues bien! Todo el mundo se sienta, y espera calladamente, y es en el momento en que encaras a la persona de la ventanilla cuando EMPIEZAS a buscar los documentos necesarios para la transacción. Y antes que tú, eso mismo lo hizo el anterior, y el anterior...
Eso, si todo va normalmente, y a la persona de la taquilla no la llaman por teléfono, y no comienza a hablar encriptadamente, señal inequívoca de que está hablando de todo menos de trabajo.
Si Dios consiguió crear todo lo que nos rodea en seis días, es que era un gran organizador, y ya había hecho con mucha antelación todos los pedidos, y además se dieron las circunstancias necesarias para que nada fallara, dejando al margen la cantidad de cerebro que dejó al protagonista del evento, es decir al ser humano, y que se le olvidó dejarnos el manual de instrucciones.
Ya para terminar, comentaré que establecimientos como IKEA y similares, en el que uno de los principales activos es la rapidez, el secreto en realidad es que tú mismo te atiendes, y coges lo que necesitas, y el gran arte del “inventor” de estos negocios es que el cliente paga aparte de por los materiales, por haberse atendido gentilmente así mismo. A eso en mi pueblo se le llama hacer un negocio redondo.

*FOTO: DE LA RED