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martes, 30 de diciembre de 2014

LOS MINUTOS DE LA BASURA

A medida que el año llega a su fin, parece que el tiempo, como en el baloncesto, es el de la basura; o como en la Lotería de Navidad, se van sacando las últimas bolas del bombo sabiendo que en realidad los premios principales hace tiempo que salieron.
Y quizás, además, estemos más tranquilos, porque en estos días de fiesta los políticos de turno no estén enredando. Al final, habrá que pagarles para que no hagan nada (aunque muchos seguro que “eso” ya lo pensamos normalmente), porque cada vez que se ponen en acción, la lían.
La Nuri, mi sufrida, y yo, como ya tenemos los hijos mayores, este año hemos optado por irnos a un cotillón, disfrazados. Mi disfraz es fácil, cómodo y además me puede traer ventajas…Voy a ir disfrazado del Pequeño Nicolás. Con una simple chaqueta azul, en mi caso, además, peluca morena, y camisa blanca, asunto resuelto.
Lo de las ventajas del disfraz iba porque seguramente todo el festín me salga gratis, eso, si me meto bien en el papel y actúo como presuntamente lo hace él. Incluso, es probable que gane dinero. El único inconveniente es que el personaje real siempre ha tenido a alguien “dentro”, y yo no conozco a nadie de la organización. Pero, con dos copas y alegría…todo se andará.
Con respecto a La Nuri, ella estaba empeñada en ir de “la mujer invisible”, es decir, no ir,  y yo todo el tiempo haciendo el paripé de hablar solo. Más barato sí era. Sin embargo, al final he conseguido que vaya, por supuesto, encarnando a La Pechotes. Ella, La Nuri, tenía dudas, como los actores, sobre cómo abordar al personaje en cuestión. Y, llegamos a la conclusión de que con poner cara de virgen inocente, con ojos de mujer sorprendida, era suficiente, porque el principal ingrediente que da nombre al personaje, la mayoría de las mujeres ya lo lleva de serie.
Por lo demás, las Navidades, como siempre, una continua decepción. Ni me ha tocado una mísera pedrea en la Lotería de Navidad, ni me he dado de bruces con ese famoso espíritu navideño, que al final debe de ser otra leyenda urbana, ni hay expectativas mejores de entrar en el nuevo año.
Lo que sí hemos aprendido con la crisis, y quizás de eso se valen los políticos para que la contestación en las calles no sea mayor, es que “hay otros que están mucho peor que nosotros”. Personalmente no los conozco, pero los hay, porque mientras este vecino está en el paro, hay otros que también lo están y encima enfermos, por lo que nos toca callarnos. Cosa que hacemos  muy bien, como lo hicimos con el rescate bancario, o como cuando nos dijeron lo de vivir por encima de nuestras posibilidades, un puñal que todavía lo tengo clavado.
Lo dicho, viviendo los últimos momentos de este año, los minutos de la basura. Esperemos que eso, además, no se contagie. ¡Sólo faltaría

*FOTO: DE LA RED

martes, 2 de septiembre de 2014

HARTAZGO

Estoy harto, o más bien el hartazgo me ha poseído, y ni puedo ni quiero evitarlo. Y es un buen día (hace un día precioso) para lavar la ropa sucia y tenderla a secar.
Aviso, el que no quiera correr el riesgo de sentirse aludido, que no siga leyendo...
La crisis se me ha llevado por delante, y por detrás, y aún así estoy catalogado como uno de los culpables, por haber vivido por encima de mis posibilidades. Si por no tener no he tenido ni posibilidades,  y no he hecho lo que he querido, sino lo que me han dejado. Y estoy harto de eso, y de ser tan importante como para que haya personas que no me miren a la cara porque la vida no se desarrolla de acuerdo a sus planes.
Estoy harto de ser raro, simplemente porque soy como soy y me gusta lo que me gusta, y no voy ni a la moda, ni con la moda, sino a mi aire, porque no soy ni de izquierdas ni de derechas, porque la vida no es blanca ni negra. Y son los demás quienes ponen la definición de “izquierdas” o “derechas” porque les viene bien de acuerdo a donde ellos se encuentran.
Estoy harto de que el que coge la poltrona democráticamente, la quiera hacer suya y de los suyos para siempre.
Estoy harto, y triste, de comprobar cada día que, quizás, tenemos el gobierno que nos merecemos.
Estoy harto de las grandes fortunas porque ellos seguro que no tienen culpa de la crisis, y es más, no sufren la crisis, sino que es el momento de comprar, comprar de todo, incluso un pasado de ayudar al prójimo, cuando solo se han ayudado a ellos mismos.
Estoy harto de esos hombres que no se definen como machistas, pero les gustan las mujeres objeto.
Estoy harto de esas mujeres que luchando por sus derechos, en el fondo les gustan los hombres canallas, porque para que haya hombres machistas es requisito indispensable de que haya mujeres y madres machistas.
Estoy harto de esos políticos que solo les importa demostrar que son igual que nosotros cuando se acercan las elecciones. Estoy harto de la clase política porque solo se ponen de acuerdo para subirse el sueldo y las dietas, y cuando les dicen las verdades del barquero se escudan diciendo de que estás siendo demagogo.
Estoy harto de esos personajes públicos que apelan a su españolismo, pero que luego tributan en otro país porque les sale mejor para su bolsillo.
Estoy harto de los que se pasan de listos, porque nos toman por tontos.
Estoy harto de esos informativos televisivos que confunden la publicidad con la noticias.
Estoy harto de esos padres que se jactan de que son amigos de sus hijos, y luego se preguntan qué es lo que han hecho mal, y además quieren que la educación se enseñe solo en la escuela, aunque el maestro tenga que estar subordinado al capricho de sus hijos, y de él mismo.
Estoy harto de ser políticamente correcto y respetar  la opinión ajena, cuando nadie respeta la mía.
Estoy harto de los que dicen la verdad a la cara, y lo único que están demostrando es que son unos maleducados y egoístas, porque el único interés que les mueve es que se hagan las cosas a su manera, y sacar el mejor partido.
Estoy harto de esos bloggers que solo hablan de actos importantes si están ellos, y hablan más de cómo han ido vestidos ellos mismos, que del acto al que han asistido, porque en el fondo solo les importan ellos y su altar al que veneran.
Estoy harto de ese clero que parece sacado de una película de Fellini, con más forma que fondo, y que pide respeto a la religión y ellos no respetan a sus feligreses, sino que les quieren dirigir, precisamente como a ovejas. Por otro lado, estoy harto también de los que piden respeto por su religión y costumbres, y ellos no respetan ni tu religión, ni tus costumbres.
Estoy harto de tener que dar cuentas a todo el mundo y nadie me las da a mí, porque, entre otras cosas, nunca he creído en lo de rendir cuentas, porque solo hay que rendirlas a ti mismo al finalizar el día delante de tu espejo moral.
Estoy harto de todos esos que utilizan las redes sociales como si se tratara de un juicio y definen a todo el mundo como “inocentes” o “culpables”.
Estoy harto de toda esa gente que se niega a conocer sus orígenes, su historia, a saber de dónde viene, porque se arriesgan a cometer los mismos errores.
Y ya para finalizar, estoy harto de tener que dar explicaciones de por qué hago cosas, como por ejemplo,tener no un blog, sino dos, cuando no gano dinero con ellos, mientras me noquean con el humo de su tabaco, que por cierto, les cuesta un pastón, y en el mejor de los casos, no les mata.

*FOTO: DE LA RED






viernes, 19 de julio de 2013

LA CRISIS, UN INVENTO DE DERECHAS

Aunque sea triste el decirlo, la crisis ha venido bien a muchos; a los políticos y a los empresarios, especialmente, porque su actitud de llorar por todo, se encuentra arropada por un halo de desilusión que lo inunda todo.
Sobre los empresarios es obvio, porque personalmente este vecino nunca ha conseguido conocer a ningún empresario que confiese abiertamente que el negocio le va bien, incluso cuando se ve fácilmente que tanto él como su familia llevan un alto nivel de vida.
Con relación a los políticos, a nivel nacional la culpa de todo según el Gobierno actual siempre es de los que ocuparon la poltrona anteriormente, y a nivel de las distintas autonomías la culpa siempre es del Gobierno Central, que con sus decisiones no les pone nada fácil lo que ellos realmente querían hacer, pero que con el dinero que les queda no pueden hacer milagros.
Todo ésto viene al caso, con lo sabido hoy de que las lesbianas y mujeres sin pareja quedarán excluidas de la cobertura de la reproducción asistida.
En realidad no hay nada nuevo bajo el sol. Todos podemos recordar cuando eramos pequeños y nos daban la paga para toda la semana. Podías comprar lo que podías comprar, siempre claro está de acuerdo a tus gustos.
Pues en política es lo mismo. Con la excusa de que andamos escasos de recursos, en realidad el todavía gobierno en activo gasta el dinero que tiene de acuerdo en su concepción de la España que quiere ver, porque la gente de derechas de toda la vida, y “sobre” (últimamente muchos y de color marrón”) todo con pasta, no tiene ningún problema con las barreras y obstáculos sociales que ponga su partido, porque con dinero se puede saltar todo tipo de obstáculos, tanto como que sus hijos sean tan torpes y tienen que estar diez años en la universidad, o incluso para tener niños de vientre de alquiler.
La sociedad de andar por casa, y si encima no se ciñe a las normas sociales de las de toda la vida, estará más desprotegida e incomprendida que nunca, y oficialmente por culpa de la crisis. Y es que, quizás, la crisis es un invento de la derecha, para hacer lo que les sale de la peineta, aunque ésta sea, eso sí, de marca y etiqueta negra.

*DIBUJO: DE LA RED