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martes, 5 de noviembre de 2019

¿UN DEBATE REPLETO DE CALABAZAS?


No sé por qué pero ayer mientras estaba viendo el debate a cinco, en La sexta, este vecino lo vio en La sexta, me entró la sensación de que todos me querían vender una enciclopedia. Con eso ya se nota los años que este vecino del mundo va teniendo, porque desde el boom de lo digital, internet incluido, juraría que las enciclopedias en tomos, pasaron a mejor vida. Y lo peor de todo, para los candidatos especialmente, no me la compré.

Se notaba demasiado que la enciclopedia no les importaba nada. En realidad, sólo les interesaba, a los cinco hombres, solo hombres, el tenerla más grande. Me refiero, naturalmente, a la razón . Y ya se sabe que en política, lo mismo que en la verdad, cada uno tiene la suya, y basándose en lo que Groucho Marx decía de sus principios, si no le gustan seguro que tienen otros.

No fui apuntando las propuestas, que fueron más bien escasas, y seguro que se las lleva el mismo viento de siempre, el del olvido. Opté por intentar recordar aquellas cosas que me saltaron a la vista, y con Santiago Abascal me ocurrió que llegué a la conclusión de que repetía el personaje de Bruce Willis en “El sexto sentido”, porque nadie le veía y consecuentemente no le contestaban. Lo que ocurre es que de estar muerto ha pasado a estar más vivo y coleando que nunca.

Lo peor de todo es que con Abascal parece que se ha abierto una puerta al  pasado y ciertos fantasmas que parecían olvidados luchan por renacer.

Lo de Pablo Casado y Albert Rivera, es una especie de Dr.Jekyll o Mr.Hyde, Te venden la misma enciclopedia pero de diferente editorial. Mucho paripé pero al final, si pueden, cada uno montará su chiringuito y, si les dejamos, se repartirán la playa. Y lo peor de todo es que al partido de Abascal, Rivera y Casado le permitirán el alquiler de tumbonas y sombrillas de lo suyo.

En varios momentos este vecino tuvo la sensación de que Pedro Sánchez, teniendo en cuenta de que las Navidades prácticamente ya están a la vuelta de la esquina, estaba aprovechando el momento para escribir la carta a Los Reyes Magos. Porque mientras los demás hablaban, a él se le veía emborronar y emborronar papeles mientras hablaba entre dientes. Tenía la actitud de ser un maestro que está preparando la clase en la misma aula mientras sus pupilos se le están desmadrando.

Quizás por eso, porque el principal candidato, eso sigue pareciendo, estaba, lo que en mi pueblo vulgarmente se diría “yendo a por uvas”, Pablo Iglesias regañaba a todos, y les intentaba enseñar las normas básicas de urbanidad. Cuando en realidad, lo que no paraba de preguntar, sin palabras, a Pedro Sánchez, el famoso “qué hay de lo mío”.

Mucho me temo que ésto no lo arreglan unas nuevas elecciones. Y lo peor para este vecino es que este domingo se va a sentir más toreado que la mayoría, porque además, ya lo adelantó en un post anterior, le toca estar en la mesa electoral como “segundo vocal”.

De todas maneras, que a nadie se le ocurra no cumplir con su deber de ir a votar ese día. Especialmente si eres de izquierdas. Porque si “la cosa” puede ir a peor, irá a peor. Hay ejemplos recientes como el Brexit y Donald Trump. 

Algunas veces Halloween no tiene por qué ser el 31 de Octubre…

*FOTO: DE LA RED



sábado, 28 de abril de 2018

LA SOMBRA DE UNA MANADA



Los que conocen la manera de proceder de este vecino del mundo, estarían seguros de que si hablaba sobre la sentencia a "la manada", como es el caso hoy, dejaría pasar unas veinticuatro horas (en realidad han sido más), como franja de seguridad para no hablar con la boca y la mente calientes.

Por eso tras cumplir con creces ese requisito que muchas veces, dependiendo del tema, me auto-impongo, no como censura sino para recuperar las bridas de mi mente, que en algún momento pudiera correr peligro de desbocarse, paso a comentar algunos puntos sobre el asunto.

Tras haber pasado  por un juicio de separación, hace ya muchos años, aprendí, que una cosa es tener razón, aunque todas las partes de un problema se intentarán siempre adjudicar la razón, y otra que los jueces te la otorguen.

Más de uno dirá, además, en contra de este vecino, que no tiene ni idea de Derecho, y es verdad. Pero en la mayoría de los casos se pueden emplear los famosos "dos dedos de frente", para por lo menos analizar los hechos; y bien pareciera, por cierto, que estudiar cada articulo de la ley te pueda alejar de ser justos, al menos de lo que piensa el pueblo, que a la postre es para quien se legisla.

Desde el principio se pudo presuponer que el caso de una joven atacada en la primera noche de los Sanfermines del 2016 por una "manada", como así se definían ellos mismos, de jóvenes, cinco, iba a acaparar la atención de todo el mundo. Y a medida que fue pasando el tiempo ha confluido también ese movimiento feminista  que alcanzó su culmen el 8 de marzo.

Ya muchos están diciendo que, quizás el problema no esté en la plasmación del espíritu de la ley, sino el saber pasar, por parte de los jueces, de las musas al teatro de la vida; de la plasmación de un ideario a la realidad del día a día.

Convendría pensar en que casi todo en esta vida seguramente, por dejar una vía de duda, el Derecho y las leyes, son machistas, por haber sido pergeñadas, sino de nuestra Historia, por el Hombre, animal siempre vencedor en una lucha de sexos que nunca se ha dejado plantear. Y aunque el ideario de las leyes parezca aséptico, en realidad puede ser que no lo sea, especialmente por el condicionante de las lentes de quien lo estudia.

Tras toda una historia, e histeria, escrita por machos, no se van a tirar piedras contra su tejado, y siempre, al menos todavía, está esa duda de que la mujer, por el mero hecho de serlo siempre se está insinuando, o diciendo lo contrario de lo que quiere decir.

Ahora resulta que unos jueces sólo ven abuso, en dónde la mayoría no tenemos ninguna duda de que es violación, y en donde nadie, sin excepción, quisiera haber estado en la piel de esa joven de 18 años.

Dirán que lo que este vecino va a decir ahora mismo es puro populismo, pero seguro que a todos nos ha venido la misma pregunta, que se haya confesado o no es otro problema, al leer la sentencia: 

¿Si la joven hubiera sido familiar, muy, muy cercano de alguno de los tres jueces, hubiera cambiado la mirada de lo ocurrido?

Este vecino del mundo no tiene ninguna duda: -Sí

Por últimos acontecimientos que están ocurriendo, por ejemplo, el problema de las pensiones, o incluso el famoso 8 de Marzo ya citado anteriormente, el pueblo está aprendiendo aquello de “el que no llora, no mama”. Y parece que muchas instituciones se van a tener que poner las pilas, porque quizás las nuevas tecnologías están haciendo que las altas instancias de este país, cada vez vean menos distancia de alturas entre unas clases y otras. Y no será lo mismo mirar desde arriba, que frente a frente al legislado. Iba a decir en lugar de “legislado”, “para quién se legisla”. Pero me han entrado muchas dudas al respecto…

Ya han pasado muchos años, y aunque hace no mucho tiempo se hizo un remake que pasó más bien desapercibido, las nuevas generaciones convendría que vieran un famosísimo film en su momento, de Sam Peckinpah, en 1971, con Dustin Hoffman, Susan George y David Warner como cabeza de cartel.

Cuando tenemos tremendas dudas de que la justicia reparta, eso, justicia, podemos tender a tomar la justicia por nosotros mismos. Y eso seguro que tampoco es bueno.

Gran parte de la sociedad ha estado dormida durante mucho tiempo y los que tienen el mando han mirado más, al menos eso parece, por los que tienen el poder del dinero, que por los que tienen el voto. Pareciera que los grandes dormidos están despertando y muchas cosas pueden cambiar…

Sin duda la solución está en nosotros, en nuestra actitud, en las ganas que pongamos por remediarlo.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 5 de octubre de 2016

EL INGLÉS Y LA BILBAINADA DE LA PAELLA



Cuando apenas han pasado 48 horas desde que se sepan más noticias sobre la  puesta en marcha del Brexit para el próximo marzo por parte de la primera ministra británica Theresa May, pareciera que los británicos no quisieran que nos olvidáramos de ellos; no antes, al menos, que ellos lo hagan de nosotros, y del resto del continente.


Quizás, esa fuera la oscura intención del cocinero inglés Jamie Oliver al añadir chorizo a la paella, en una receta que acaba de publicar. Y ya se sabe que los puristas, de todo, están a la que salta, y les ha faltado segundos para tratar como anatema la comentada receta del cocinero de Essex.


La única solución que le doy a esa creativa de Mister Oliver es que simplemente ha mezclado conceptos, y con tanto “chorizo” que últimamente, incluso desde el extranjero se sabe que hay en España, ahora él se ha convencido de  que debe de haber hasta en la paella.


Ya solo falta para comenzar la guerra gastronómica británico-española, que Karlos Arguiñano, por ejemplo, se descuelgue haciendo una receta tan típica británica como el pastel de riñones, y diga sin parpadear que uno de los ingredientes de ese famoso plato es las angulas; y para terminar la faena, cuente un chiste sobre Gibraltar y su pertenencia a España.


Quizás tengan razón los que opinan que ya son demasiados meses sin nadie que se haga al mando de este barco llamado España. Nos pueden subir desde Europa todo tipo de impuestos, y recortar la sanidad y las ayudas sociales, pero, eso sí, y rotundamente, la paella no se toca. Y el gobierno, todavía en funciones, debiera hacer algo al respecto. Este vecino se imagina a un serio, y con cara de circunstancias, Don Mariano Rajoy, acercándose a una paella, y mientras se cerciora de que nadie le ve, dice: “Paella, se fuerte”.


Este vecino del mundo, recuerda que sería en 1980 cuando estando en Londres, una mujer inglesa a la que conocía, le pidió la receta de la tortilla de patatas, y como al dársela, cometió el craso error, según ella, de omitir un ingrediente tan importante como el tomate, el de ensalada, se negó a seguir apuntando la receta, porque estaba convencida de que no la sabía.


He admirado a los ingleses, y a los británicos en general, porque siempre tienen la suerte de tener inevitablemente razón, y sino, se la otorgan. Practicando "bilbainadas", por supuesto que los mejores son los bilbainos, por algo las crearon, pero detrás vienen los ingleses, aunque ellos sin quererlo, hablan en serio.


Cualquier día Mr. Oliver se nos descuelga con un “marmitako”, y dice sin titubear, como se dicen las mayores mentiras, que es típico de los pescadores de Cornualles, y que los vascos, y el demonio que ellos representan, solo la copiaron, eso sí, de la peor manera posible.


Ya para terminar por hoy, no me extrañaría que en un momento dado descubramos que la letra de aquella bilbainada tan famosa ya ha cambiado:


Un inglés vino a Bilbao,
por ver la ría y el mar,
y al descubrir la paella,
con chorizo la quiso aliñar.


*FOTO: DE LA RED



sábado, 28 de noviembre de 2015

NO, CLARA LAGO NO ES UNA GEISHA


No por ser muchedumbre, y opinar lo mismo, se tiene razón.

En las redes sociales hay de todo. Y en especial prevalece el anonimato, el tirar la piedra y ocultar la mano.

Lo de esta semana, victimizar a una persona que aparentemente cae tan bien, como Clara Lago, por su aparición en “El hormiguero”, de Antena 3,  no me ha parecido nada bien.

Este vecino del mundo vio sus declaraciones y le parecieron de lo más coherentes. Ni por un momento me imaginé que “la cosa” iba a tomar estas dimensiones, ni que tuvieran que salir colegas a la palestra, cosa que me parece loable, para ayudarla moralmente.

Otra cosa es que muchos de los que luego le mandaron mensajes hirientes vía twitter, u otros, se dieran por aludidos ante una manera de actuar para sacarse una foto, la suya, la de ellos, que les parece tan “normal”.

Normalmente, nosotros somos nuestros mejores amigos, otra cosa es que siempre tengamos razón en nuestro comportamiento, pero “ahora me saco una foto con “ese” porque me apetece, porque yo le doy, de vez en cuando, dinero a él, y le entro si quiero como un elefante en una cacharrería”, no está bien, y nunca lo estará

Imaginaros que por casualidad os parecéis a alguien, y de un día a otro, al margen de lo que supondría de novedad para vosotros, se sacan contigo cien fotos. ¿Estarías hasta el gorro?

El oficio de la Señorita Lago es actuar y recrear el personaje para el que se le paga, no el de convertirse en geisha sumisa de nuestros deseos, aunque solo sean obtener de ella una foto, o dos, por si acaso.

Ella podía incluso ser hasta cruel, y solo pidió a instancias del presentador, Pablo Motos, que la gente antes de sacarse la foto, con ella o con el Sursum Corda, bien  conocido, por cierto, en todos lares, se lo pensase. Y eso, parece, que ha escocido. Claro está que parece que lo que molesta es lo de “pensar”, recapacitar.

He visto la manera de actuar de muchos “capturadores de momentos”, y la mayoría lo hacen sin el menor rubor, se ponen delante, muchos sin dirigirse al famoso, y se sacan una foto. Por cierto, olvídate del "gracias".

Da la impresión de que lo que hacen es parar, en una moviola gigantesca, la vida del conocido, y “ahora me brindas medio minuto, o lo que haga falta, de tu vida, porque yo me lo merezco, porque soy el rey de mi casa, porque alguna vez he pagado por ver alguno de tus trabajos”.

Este vecino del mundo es hijo de esa época en la que solo existían cámaras de fotos analógicas. Tardabas días en terminar un rollo, y otros tantos en tener las fotos en papel.

Nunca, nunca, he sacado fotos a actores que yo he admirado, ni a los otros tampoco, y que por cosas de la vida, al pasar tres años en Londres, he tenido posibilidad de cruzarme con gente como: David Hemmings, Terence Stamp, Bob Hoskins, Edward Fox, Sissy Spacek, Alan Bates, Ian Ogilvy…, y nunca, nunca, he querido inmortalizar el instante. Porque no quería robarles segundos, y a la vez quería disfrutar del momento, respirar el mismo aire y aprenderme detalles, de ellos, del momento. ¿Que la gente no te cree? Sí me creen, y de lo contrario peor para ellos.

Ha hecho mucho daño ese pensamiento/cultura de que “el cliente siempre tiene razón”. El cliente tiene razón…, cuando la tiene. Por esa regla de tres, “si tú pagas”, quiere decir que desde tu óptica la otra parte es una especie de “prostituta” que ni puede opinar, ni siente, ni padece.
Aparte de que en este caso, y en cierta manera, hay un componente de machismo: chica joven que no sabe, y no debe de opinar, ¿o no?

Pues qué queréis que os diga, uno tiene su corazoncito y durante ese programa, estuve más atento a las muestras de cariño, si las hubiere, entre Clara y Dani, para comprobar si su romance continúa. Y su romance continúa. Y me alegra por ello, y porque este año me brindaron la mejor gala de unos Goya que fueron más de sentimientos que otras veces. Él, Dani, estuvo como profesional, de 10 sobre 5, y ella con una humanidad y candidez que alumbró a todos. Pero todo eso ya lo comentó este vecino del mundo en su momento (http://patxipe.blogspot.com.es/2015/02/gala-de-los-goya-2015-lluvia-de.html)

¿Lo demás? Puro egoísmo nuestro y pintarlo de mil excusas.

Por cierto, Clara, no debías haberte disculpado, porque no has hecho nada más que dar una opinión, la tuya. Las salidas de pata de banco han venido con un aparente atolondramiento detrás de la cámara de un móvil por aquellos, que en realidad, sólo se miran así mismo. Eso lo han hecho otros, que además creen que la mejor defensa, la suya, es un ataque en toda regla.

Lo dicho, puro egoísmo, e incluso envidia, y pintarlo de mil excusas.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 15 de noviembre de 2013

ODIÓMETRO

Este mes, por razón de escasez de fondos, me he visto obligado a suspender la visita a mi psicólogo, por lo que no me queda más remedio que haceros partícipe de  unos cuantos “odios”, para compartir  esa pesada carga que llevo a mis espaldas.
Es mejor leer los párrafos siguientes embutido en una bata blanca, y con un bolígrafo en la mano, mientras se mueve éste entre los dedos, sin parar, a modo de preocupación.

Odio, los anuncios con niños dentro, porque no parecen niños sino viejos que todo lo saben y además da la impresión de que te miran desde arriba, cuando no pueden hacerlo, más que nada por una cuestión de centímetros y años entre ellos y nosotros.
Odio, el afán que tiene todo el mundo por decir eso de “yo me enteré primero”. Parece que cuando ha pasado algo, ha debido de ser en un escenario, porque todo el mundo lo estaba viendo.
Odio, el interés que tienen muchas empresas por hacernos creer que toda la gente que están despidiendo, es porque la “cosa” va mal, cuando en realidad están aprovechando las circunstancias para “aligerar” una plantilla que ellos, los jefes, consideran bastante mayor, con vicios adquiridos, y sueldos bastante altos, más que nada por los años que llevan trabajando allí.
Odio, el tener que hablar en los ascensores, porque, de lo contrario, pareces borde, Y…¿si realmente lo eres, no tienes derecho a serlo?
Odio, lo tiquismiquis que se ha vuelto la gente con eso del tabaco. Está bien que no se pueda fumar en muchos sitios, pero de  eso, a que alguien no pueda fumar en plena calle, hay un abismo. O que cada vez que se ve a alguien fumando en una película, se piense que es para hacer publicidad. Ya no hay personajes en el cine, que parezcan creíbles con un cigarro en la mano, como los que antaño interpretaba un Edward G. Robinson, y no te den ganas de decirle que allí no se puede fumar.
Odio, el uso de las redes sociales para insultar a personas famosas, por el mero hecho de serlo.
Odio, que solo nos fijemos en los otros países europeos para aplicar en el nuestro cosas malas, y cuando hay algo bueno, lo obviemos.
Odio, que cuando sacas a tu perro a pasear, o él te saca a ti, porque ya nunca sabes, y cumples todas las normativas municipales, siempre te encuentres a otro perro totalmente a su libre albedrío, suponiendo que lo tenga, que empieza a alterar al tuyo. Y al fondo, muy al fondo, va apareciendo el propietario del otro “chucho” con cara de despistado, y de que la “cosa” no va con él.

*FOTO: DE LA RED