Me siento como ese lector de novelas de suspense que está
descubriendo que la novela que tiene entre manos, un truño la mar de aburrido y lento
como lo madre que le parió, y en la que todo apuntaba a que el asesino era el
mayordomo, al final el asesino del hecho ocurrido aquel día de autos del 20 de
Diciembre, del año pasado, es el mismísimo mayordomo.
Parece ser que la espera no ha merecido la pena, y el
argumento en ausencia de un giro inesperado, no nos ha vuelto locos, y nos ha
abocado a la más cruda y triste realidad.
Nuestra novela nos está demostrando que cada partido
político de este nuestro país, como siempre, no está mirando por nosotros, sino
por ellos, y que por una vez que los de izquierdas pueden conseguir el poder,
no lo hacen, porque quieren estar ante los focos del mundo ellos solos, sin
nadie más que les quite el protagonismo, y se van a morir de éxito, sin
tenerlo.
Al final no eran ni galgos ni podencos, y los cazadores
van a resultar cazados, y esta legislatura puede ir al Libro Record Guiness, como la más corta y ridícula de nuestra democracia.
Va a resultar, como ya estaban indicando todos los
indicios, que nuestros políticos son de pacotilla, y solo saben, y mal, gobernar cuando los caracteres están
bien marcados y uno gana por mayoría, y los demás pierden estrepitosamente.
Nuestros políticos están demostrando, que están más
preocupados en que se vea claramente que la culpa es de los demás, que en
intentar echar una mano y arreglar el entuerto.
Este vecino del mundo era, por las frías evidencias presentes, sólo un iluso, de los que estaba convencido que en el último
fotograma el chico y la chica se besaban y nos invitaban al ágape.
De todas maneras, y si al final, como ya todo apunta
claramente, va a haber nuevos comicios
para junio, todo lo que han cobrado nuestros queridos nuevos diputados, debería
de ir directamente a las arcas del españolito medio, ya que va a ser él el que
va a tener que arreglar este desaguisado con una nueva votación, y dejar, o no,
claro y más fácil de manejar, el nuevo panorama.
Solo un consejo, que cada uno vuelva a votar otra vez, y además,
lo mismo. No querían los políticos una taza, pues que tomen taza y media, y
aprendan a dialogar, a ceder, y a torear con el toro que el destino les ha
sacado al ruedo, y que no egoístamente estén acostumbrados a que se lo pongan todo como "se
las ponían a Fernando VII".
Por cierto, ya perdonarán ustedes, pero este vecino siempre había estado convencido que esa expresión, la que atañe a Fernando VII, tenía unas connotaciones erótico festivas, y nada más alejado de la realidad. Lo que ocurre es que el monarca era muy aficionado al billar, pero muy malo, y sus adlateres, hacían trampas para colocarle las bolas, con perdón, en una mejor posición para que él se luciera. La realidad, y por una vez, es más casta de lo esperado.
Todavía quedan segundos para que el ridículo de nuestros
políticos, y en este triste caso, sobre todo de izquierdas, y señalo
claramente, a PSOE y PODEMOS, no sea tan evidente.
Valor, y al toro, o lo que viene siendo, valor y a
bajarse del pedestal, y a CEDER, con mayúsculas.
*FOTO: DE LA RED