Personalmente ya ha llegado el día, en que por primera vez, y para siempre, diga que “no”.
Esta mañana he ido a la FNAC, tengo tarjeta de socio, y al ir a pagar un teclado nuevo para el ordenador, y un ratón inalámbricos, la chica me ha preguntado si quiero pagar por la bolsa de plástico 5 céntimos, y tras pensármelo, le he dicho que no. Ella, la cajera, ha sido sincera y me lo ha preguntado, porque otros lo que te preguntan es si quieres una bolsa, pero no te dicen que te lo van a cobrar, aunque como he dicho, éste no ha sido el caso.
No me parece de recibo, aunque ya es habitual que lo hagan, a que pague por una bolsa, que seguro ya está calculada en el precio de venta de cada producto, cuando además voy a hacer publicidad de la citada marca en su bolsa.
Es que por esa regla de tres pronto me cobrarán por el pequeño papel que me ponen en la panadería para que mis dedos no toquen el pan durante el transporte, o que el papel higiénico pronto venga en cómodos fascículos, y pronto paguemos por unidad de uso.
Estoy harto de que nos tomen por tontos, pues en este caso si te callas, tragas, y estoy una vez más harto de tragar.
Ojalá llegue el día en que todos estemos hartos a la vez, y nuestra voz se oiga alta y clara.
Solo por eso, si estás de acuerdo en que no nos tomen más el pelo con detalles que deberían pagar ellos, también en tu vida diaria dí que no, y que a los responsables de la FNAC, EROSKI, y otras empresas con la misma práctica, les salgan los colores, no por pasarse de listos, sino por tomarnos por tontos.
*FOTO: DE LA RED