Últimamente, al menos a niveles televisivos, se ha puesto de moda la frase “...porque yo se lo digo a la cara”, y claro esa es una especie de patente de corso para poder decir todo tipo de maldades porque, por casualidades de la vida, todo lo que se dice en ese momento siempre es negativo. No se emplea esa supuesta valentía para hacer una loa de la otra persona, y decir que le admiras profundamente, sino que le vas a dar más caña que la que comería toda la población de oso panda en China durante generaciones y generaciones.
Toda postura categórica nunca será buena. Ni el mentir por mentir ni decir todo el día verdades como puños, va a hacer felices a la gente que te rodea, que debería ser a la postre uno de los objetivos a tener en cuenta antes de que esparzan nuestras cenizas.
Ahora se presupone que, por ejemplo, cuando un famoso va a publicar su autobiografía, y dice que va a contar la verdad, ya debes ir vistiéndote con todo tipo de ropa plastificada, para no mancharte de la cantidad de materias fecales que va a lanzar por su boquita de piñón.
En estos momentos todo el mundo se está haciendo eco de las memorias de Arantxa Sánchez Vicario, y de toda la información, más que recibida deberíamos de referirnos a ella, a la información, como sufrida, porque durante unos cuantos días hemos sido inundados en un verdadero tsunami de todo tipo de narraciones. Teniendo en cuenta que por parte de la gente de Arantxa se ha desvelado que llevan unos cuantos años queriendo llegar a un acuerdo con sus padres, ésto qué significa, ¿que si hubieran llegado a un acuerdo, unos cuantos millones de nada, “la verdad” del libro hubiera sido otra?
Y es que en realidad lo triste sería que si durante tu vida has sufrido tanto por una presunta actuación, como mínimo discutible, por parte de tus padres, con unos cuantos millones, aunque sean muchos, eso ya sirva para perdonarles, y para que tu autobiografía sufra más operaciones estéticas que el difunto Michael Jackson, que dicho sea de paso, su vida podría tener concomitancias con la vida de la tenista española, en lo que a sacrificarse por la busqueda de un sueño de los padres se refiere.
De todas maneras, y ahora sin hacer referencia a ningún caso específico, hay biografías que no haría falta leerlas porque lo más importante ya te lo han contado en la publicidad del citado libro, y en los días previos al lanzamiento editorial.
*FOTO: DE LA RED
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