Hace apenas una hora me he enterado de la muerte de Whitney Houston, y es una pena el saber que no volveremos a conocer nuevo repertorio de ella, de no volver a sentir sensaciones que te aproximaban sino al cielo, si al paraíso. Como hombre que soy, quién no ha querido ser muchas veces el guardaespaldas en su película, porque fue suya, sobre todo suya, y nos hemos quedado huérfanos de sueños, y eso en nuestros días es todavía más triste.
Quizás desde un punto de vista crítico, sus canciones, salvo contadas excepciones, no han estado a la altura de su voz; digamos que su paleta vocal, podía adquirir cualquier tipo de tonalidad, que quizás no encontró canciones que le hicieran brillar más aún.
Personalmente, una de sus actuaciones más brillantes tuvo lugar al cantar el himno americano durante la Superbowl de 1991, y ese es un momento en el que millones de personas tienen los ojos puestos en tí, y es a toma única, no hay lugar para errores, y sin embargo su ejecución fue una mezcla de ternura y determinación, que por siempre quedarán en nuestra retina.
Si en su mundo de celuloide tuvo un gran guardaespaldas, en su vida diaria no fue así, y ha sido larga su historia de dependencias no solo a sustancias, sino a un amor destructivo que le comió el alma. Era una mujer en la que sus sentimientos afloraban en su piel y en el alma de sus canciones, y cuando parecía que como ave fénix podía renacer de sus cenizas, con una película incluso para ser estrenada, la cruda realidad nos presenta a otro juguete roto, y cada vez son menos las estrellas que nos iluminan desde aquí.
Ha muerto Whitney Houston a los cuarenta y ocho años de edad, y nosotros nos hemos quedado sin nuestro ángel de ébano, y con un sentimiento de culpa de haberle fallado, de no haberle sabido proteger, como sus guardaespaldas que siempre seremos, de la crudeza de un mundo para el que no había nacido, pues ya se sabe que los ángeles no son de este mundo, y por eso ha vuelto a su verdadero hogar, de donde solamente salió con el fin de que conociéramos el cielo y la felicidad en sus canciones.
Whitney Houston singing the National Anthem in 1991
ResponderEliminarMuchas gracias por tomarte las molestias de poner la escena a la cual hago mención en la que nuestra Whitney canta el himno como muy pocas veces se ha podido ver.
EliminarPrecioso comentario, Patxipe.
ResponderEliminarDescanse en paz la gran cantante.