La horma de su zapato, eso es lo que encontró ayer Mercedes Milá en su programa de Gran Hermano.
Antes de nada, he de confesar mis pecados, bueno, en realidad es uno pero bien grande, a vistas de lo que opina mucha gente. Soy un seguidor empedernido de Gran Hermano, desde la primera edición.
No he intentado entrar nunca, porque tengo claro que en este tipo de programas no entras tú solo, sino toda tu familia, y al final te dicen eso de que por haber entrado eres un personaje público, y a partir de ese momento se creen que tienen patente de corso para zurrarte a tí, y prácticamente a toda tu familia que luego entre en el juego de responder.
Ayer se pudo ver claramente el talón de Aquiles del programa. Para cuando una persona entra, le han empapelado a tests de todo tipo y pelaje. Conocen todo sobre él o ella, y creen que puede dar juego.
Hace unas semanas entró un nuevo concursante, ya con el juego comenzado, llevaba más de un mes en antena.
Antes de entrar, dan unas breves imágenes del concursante, Cristian, veintisiete años y de tierras alicantinas. La verdad es que en unos segundos queda retratado como machista, y no comprende a los homosexuales. Antes de entrar, la audiencia ya está en su contra. Pero, hay un problema, los concursantes no saben estas opiniones.
Comienza a jugar Cristian. Es pequeñito, muy simpático, y lo que en el País Vasco conocemos como “salsero”. Rompe la monotonía de la casa, y se gana sus amigos, y sus detractores.
Su comportamiento, y su figura me recordaban mucho al Alfredo Landa que intenta ligar con las suecas. No engaña a nadie. Al contrario, hay una chica canaria que se deja “querer”, y Cristian le pregunta lo que opina de él, y ella le dice cosas muy buenas, como que le gusta su tipo, que es simpático...Total, que en el argot taurino diríamos que él le “tira los trastos”, y ella sale como puede. Cuando se va ella, se junta con otra concursante y se ríe de él, tachándole de “friqui”. ¿Quién se ha portado mal?
Durante el concurso, él sabe leer muy bien el juego, e intenta descabezar al poder. Es más, uno de los concursantes es cura, cataloga excelentemente a las personas, y se convierte en uno de sus mayores apoyos. Cristian en ningún momento enmascara su manera de ser.
En contra de lo esperado, ayer salió del programa. Mercedes Milá dice que por el voto de la gente que se siente insultada. Y en el plató comienza un juego de despropósitos.
Mercedes Milá intenta intimidar a Cristian en un medio al que él no está acostumbrado, y le suelta cuerda para que él mismo se ahorque. Ella le da a entender como que con ella no tiene nada que hacer. Él le dice que no es su tipo. Entonces, y éste es uno de los grandes errores de la Milá, ella se viene arriba, y pone sus “herramientas” delante de él. Como los buenos toreros alicantinos, él no pierde su sitio, y le dice que no le tiente. Resumiendo, al final y movido por ella, con su consentimiento, él le toca no un pecho, sino una teta, y luego la otra. Y como Cristian le dice que no puede distinguir su figura con el vestido que lleva, que es muy ancho y con vuelo, ella se da la vuelta y levantándose el vestido le enseña el culo, bueno, la ropa interior que tapa el trasero.
Estamos como con el comportamiento de la concursante canaria, ¿quién se ha portado mal?
Se notaba que Mercedes Milá se daba perfectamente cuenta de que se había salido del tiesto, y luego intentó que quedara claro que a él no le gustaban los homosexuales, cuando él lo que dijo es que en su entorno no está acostumbrado porque no ha encontrado ninguno, y opinaba que los sudamericanos son unos “vaguetes”. A Mercedes Milá, le salió entonces la “superwoman” que lleva dentro, y no se le ocurre otra cosa sino que disculparles porque en su país hace mucho calor. Cristian, que es de Torrevieja, lo tenía, lo que se dice “a huevo”: _En mi tierra hay muchos momentos en que hay cuarenta grados, y trabajamos igual.
Total, que hoy en twitter hay mucho seguidor del programa que dice que la presentadora ha insultado a los andaluces.
Lo dicho, le ha salido el tiro por la culata. Y es que el público no es tonto. Sabe que Cristian entró al programa enseñando sus cartas, y luego el mismo programa que le deja entrar, las utiliza para ponerle a parir, cuando su actuación dentro de la casa ha sido impecable, porque los concursantes no estaban contaminados con las presuntas ideas de Cristian.
Mercedes Milá se vió tan sola al final, que intentó buscar compañía en el resto de concursantes que habían salido antes que él, y nadie la apoyó. Es más, la despedida de Cristian, ya desde el estudio, de el resto de los concursantes habrá sido una de las más bonitas y sentidas de todas las ediciones.
En la historia del programa hay muchos concursantes con conceptos de antemano de primer grado, que nada más entrar en la casa, te das cuenta de que son malas personas. Y es que como decía el anuncio del programa, Gran Hermano es la vida misma, y lo que cuenta son los actos, la práctica, y no la teoría.
*FOTOS: DE LA RED