miércoles, 10 de abril de 2013

EL PODER DEL SILENCIO


Vaya por delante, que la intención de este vecino del mundo en el tema de hoy, no es hacer leña del árbol caído, ni siquiera de mover sus raíces un poco, solo aprovechar aquello de que el Pisuerga pasa por Vallodolid.
Los periódicos digitales de hoy se hacen eco de una importante metedura de pata de Mariló Montero, presentadora del programa matinal de TVE1, concretamente durante la retransmisión en directo del cortejo fúnebre que acompañaba a los restos de Sara Montiel por las calles de Madrid. 
La citada presentadora preguntó a la joven reportera desplazada al lugar en cuestión: -¿Qué hay dentro del coche de Sara Montiel?-. La joven, se supone que con una mezcla de asombro y estupor, contestó con una obviedad, como no podía ser de otra manera: -Tiene los restos mortales de la actriz-. Y a partir de ésto, se ha dicho de todo, y nada bueno, sobre la presentadora en cuestión.
En honor a la verdad, y sin ánimo de echar un capote a nadie, pero intentando no faltar a mi opinión, este vecino del mundo quiere pensar que la pregunta de la presentadora era relativa a una foto colocada junto al féretro, y que era el único objeto que acompañaba al vehículo, por expreso deseo de la actriz.
El poder, y el arma de un periodista, es la palabra, bien sea escrita o hablada. Sin embargo, muchas personas, y en especial las nuevas generaciones, no se dan cuenta del poder del silencio, y hay momentos, como el de ayer, en el que las palabras sobran.
Este vecino, como espectador televisivo, está harto de ver momentos en que a gente conocida, evito el usar la palabra “famosa” expresamente, especialmente en momentos tristes, por el fallecimiento de algún allegado, y viendo claramente que no se encuentra en condiciones, ni es el momento, de contestar, se le pregunta el famoso: -¿Cómo estás?-
En ese momento siempre deseo que la persona entrevistada levante la cara y mirando directamente a los ojos del periodista de turno, le conteste: -¿Cómo te encontrarías tú?
En realidad, la mayoría de las veces, al periodista que pone la alcachofa no le interesa que respondas eso, sino lo que quiere en realidad es ponerte la citada alcachofa en el ojo, para molestar, y que tengas una mala contestación para crear una nueva noticia, y de un poco de nieve crear una gran bola.
Muchas veces convendría recordar que es el momento, la escena en sí, el que habla, y que una imagen puede valer más que mil palabras, o por lo menos, el silencio del respeto.

*FOTO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. De: Ana Martxueta (por facebook) Cuanta razón. Yo mandaría a algunos de esos a no se donde. En esos momentos o en otros, son muy pero que muy pesados. Y luego te salen con el que hay libertad de prensa, de expresión, etc, que son personas públicas. Pero creo que están en todo su derecho a veces a mandar a por donde se rompen los cestos a más de uno

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    1. La apariencia al menos es que quieren que pierdas los nervios, para que montes el número, y tener otra noticia más explosiva.

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