sábado, 27 de abril de 2013

LOS ESPEJOS ESTÁN LLENOS



-Los espejos están llenos de hombres zurdos-
Esas palabras de mi abuelo, dichas precisamente delante de un espejo, me han acompañado toda la vida. Son las últimas que recuerdo de él, y han sido una especie de testamento que sigue vigente.
Cuando era pequeño, en la época en que mi abuelo me dijo esas palabras, siempre me sentía atraído por mi “yo” del espejo, e intentaba ser más rápido que él. Amagaba con la izquierda para al final intentar siempre ganarle con la otra mano, pero el niño del otro lado sabía siempre al dedillo la maniobra perfecta, y en la misma décima de segundo, y con su zurda.
El otro yo de mi abuelo le dijo algo al mío en el mismo momento en el que nosotros hablábamos sobre los espejos y los zurdos, pero no les pude entender.
A mí me gustaban mucho las películas de vaqueros, y en ellas normalmente el personaje del zurdo, era un ser oscuro, mal encarado y que nunca quería saber nada de afeitarse, y con quien además había que tener mucho cuidado en los duelos, pues intentaba matar al protagonista, al bueno de la función.
Siempre he tenido la sensación de que un espejo es la ventana a otra dimensión donde todo se tergiversa y que lo importante nunca llega a verse porque está en las esquinas, por unos centímetros fuera del alcance de nuestros ojos.
Nunca hemos razonado la importancia del espejo, pero gracias a él creemos saber cómo somos, cómo nos ven los demás, pero desde nuestro punto de vista, con la indulgencia que supone el jugar en casa, y sin la frialdad de unos ojos que no nos pertenecen, ni pretenden comprendernos.
Últimamente he llegado a otra teoría, más bien triste, y es que en realidad somos nosotros quienes formamos el espejo y vivimos engañados, porque solo somos sombras coloreadas en un mundo plano y sin alma. Y si no les oímos a los verdaderos propietarios del espejo es porque muchas veces opinan sobre nosotros y no salimos bien parados de sus opiniones.
Cada vez que me encuentro con un zurdo, en mi fuero interno estoy convencido de que es un habitante del otro lado, y me quedo con ganas de preguntarle como cruzó la frontera de cristal y con qué motivos.

*FOTO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. Patxipe, con este comentario te contesto a dos posts (toma eficacia y eficiencia).
    Me llamó la atención en el post anterior (un final sin resolver) y ahora en este (los espejos están llenos) del "respeto" que le tenemos a un órgano llamando cerebro.
    Decías en el anterior, algo así como la ilusión es el motor, y yo me preguntaba cual es el muro que atraviesa la gente cuando no cuenta con la ilusión y sigue adelante. Ahora te leo escribir "en realidad somos nosotros quienes formamos el espejo y vivimos engañados, porque solo somos sombras coloreadas en un mundo plano y sin alma".
    Perdón Patxipe, esa es una definición muy perfecta del mecanismo mental llamado desrealización.
    Lo que nos pasa con nuestro aparato de pensar, que le damos carta de autoridad y es el candil que nos conduce cuando la noche es cerrada. Porque claro, si no le damos carta de autoridad a la cabeza, con qué nos quedamos? con el pulgar del pie derecho (o el izquierdo) para que nos conduzca?.
    Sin sentar cátedra, puesto que no es mi especialidad (ni mi arrogancia), el cerebro es un órgano que casi siempre se dedica a procesar. Pero el procesamiento está afectado por tantas singularidades, lugar de residencia, clima, alimentación, biografía, genética, cultura.
    Yo después de estar aliado con el (cerebro) media vida, he decidido "pensar" que en mis peores momentos no me lo voy a tomar muy en serio (al cerebro).
    Había pensado mandar primero esta carta a tus abogados, pero la impaciencia me ha traicionado por lo que he cometido la imprudencia de lanzártelo a la cara. Jeje.

    (Te he dedicado algo en el otro blog de marras).
    Juan Manuel.

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    1. Totalmente de acuerdo,no se puede ser cerebral en el sentido estricto. Mínimo hay que tener un gramo o mucho más de locura. La prueba, o al menos intenta serlo, es este blog del vecino, y lo que se puede hacer mientras se está en un paro que parece que va a ser crónico.
      Gracias, y me voy a leerte en el otro blog.

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