Siempre
se ha dicho que los ángeles no tienen sexo, sin embargo hoy este
vecino del mundo se ha despertado con la noticia de que esa firma de
lencería que tiene contratado en este negocio terrenal a un grupo de
ángeles, queridos incluso por el más acérrimo de los ateos, ha
decidido no renovar el contrato de la modelo australiana Miranda Kerr
porque, y ésto es textual, “tiene mala reputación”.
En
primer lugar, y mientras se me está cargando la vena del cuello, si
este vecino fuera ella, o su marido, el actor Orlando Bloom, desde
este mismo momento pondría a los abogados a trabajar para
“empapelar” a la firma de lencería.
Lo
primero que choca es que en esta sociedad actual en el que el
concepto de moral en general está más bien relajado se le pueda
tachar a una persona de tener mala reputación. A lo mejor se
refieren a que en el mercado existen grandes cantidades de fotos y
videos de ella ligerita de ropa, y que da la casualidad de
que en muchos de ellos especialmente, porta alas de ángel.
Está
claro que algún “lumbreras”, como se diría en mi pueblo, no ha
querido dar explicaciones por el cese de la actividad de la señorita
en cuestión, y ha optado por dejar el balón de la duda en el
tejado de la modelo. Sin embargo, y aunque este caso se trata de
altas esferas, es un claro ejemplo de indefensión ante una gran
empresa, y a eso de que infama que algo queda.
A
este vecino le gusta hacer bien su trabajo y ha indagado sobre el
pasado de la citada modelo para ver a qué se puede referir el
comunicado de la firma de lencería, y lo único que ha podido
encontrar es una anécdota nada más para ella.
En
febrero del 2010, se convirtió en noticia cuando un banquero con
sede en Sídney, David Kiely, fue pillado viendo fotos "picantes"
de la modelo en su ordenador mientras un compañero de trabajo estaba
siendo entrevistado en directo en la televisión. A los pocos días,
el clip de la entrevista, que había sido subido a internet, recibió
más de 1,3 millones de visitas, y Kiely fue suspendido en su
trabajo. Hasta aquí todo puede ser “normal”. Pero para más
“inri” de la historia, y mediante una campaña por Internet se
pidió la readmisión del citado señor en su puesto de trabajo, y
la misma Miranda Kerr hizo unas declaraciones a su favor, y el
bancario se mantuvo en su puesto.
Es
una pena la noticia de hoy, porque, aunque ha pasado un ángel, en el
fondo ésto es un ejemplo de lo farisáica que es la sociedad, y que
si alguien tiene la culpa de algo, nunca lo será una empresa, sino
solo una persona, y si es mujer, mejor para ellos, porque en teoría
es más fácil de injuriar.
¡Ya
me han estropeado el día!
*FOTO: DE LA RED
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