Este vecino del mundo habla de todo aquello que le
preocupa, no dejándose nada en el tintero, pero algunas veces guarda una especie de tiempo de reflexión, para no
dejarse llevar por las vísceras, más que por el cerebro. Y en este caso, tras
el día de meditación, tiene aún más ganas comentarlo.
Quien más, quien menos ya se habrá enterado de que hace
dos días durante la visita del Príncipe Felipe al Mobile
World Congress (MWC), que se está celebrando en Barcelona, un empresario al que
tras el incidente, se le presupone, claro está, independentista, y del que este
vecino no va a decir su nombre porque quizás eso es lo que quería con su
actuación, niega la mano al Príncipe, porque no se permite la consulta
independentista.
En castellano existe la expresión “ir a por lana y salir trasquilado”.
Y a por lana fue este empresario, porque,
al menos, minutos antes del saludo, él ya sabía que el Príncipe Don Felipe le iba a saludar, y no evitó el incidente, sino al contrario. Pero ante la
actuación del futuro rey, que no se quedó cortado, sino que, volviendo sobre sus pasos, siempre con una sonrisa, y utilizando el idioma del empresario díscolo, mientras le volvía a tender la mano,
le manifestó que no era a él al que tenía que hablar de eso.
Para este vecino,
el empresario, aunque ha conseguido su minuto de gloria, ha salido trasquilado.
Ya que una cosa es ser fiel a tus principios, y otra ser maleducado. Porque se
puede decir exactamente lo mismo, ofreciendo la mano, tendiendo puentes.
También sale trasquilado, aunque sin ir a por lana esta
vez, aunque ya lo fue en el momento en el que decidió dirigir su gobierno por
esta senda, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, que asiste como
invitado de piedra, con una sonrisa sibilina, a lo que está ocurriendo, y tras
tocarse un momento la nariz, decide mirar a otro lado.
Hay momentos en que se siembran vientos, sin darse cuenta
que la futura tempestad se puede llevar a uno mismo. Y para este vecino del
mundo la actuación del Señor Mas en este incidente, deja mucho que desear,
porque estaba allí no solo como representante del gobierno catalán, sino como “maestro
de ceremonias”, y se tenía que haber tomado el incidente como algo propio, porque
rompe con la normalidad del acto, que se está realizando en el territorio del
que él es, y se siente, responsable.
Este vecino del mundo no habla catalán, pero seguro que
en ese idioma también existe el equivalente a la famosa expresión “a las
duras y a las maduras”. Y el Señor Mas no ha estado a la altura, y seguro
que lo sabe.
*FOTO: DE LA RED
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