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domingo, 4 de abril de 2021

ACONTECE, QUE NO ES POCO

Más de uno de mis lectores se me ha dirigido por correo interno para felicitarme, como realista que saben que soy, por el triunfo de la final de la Copa del Rey ayer noche.

Lo primero decirles que este vecino del mundo, desgraciadamente, no ha tenido nada que ver en el triunfo. Aunque eso sí, lo recordará para siempre, como si se hubiera acostado con uno de sus amores platónicos, la Meg Ryan de cuando “Harry encontró a Sally”

Y es que noches así se dan pocas, especialmente entre seguidores de equipos que nos consideramos más sufridores, o quijotes, que triunfadores un día sí y el otro también. Y sabes que por una noche así, hay más de cien en las que acabas con la moral rota a jirones. Por lo que tampoco conviene venirse muy arriba, por aquello de las caidas.

En realidad, más que el triunfo en sí me ha llegado muy hondo la celebración de los jugadores y del equipo técnico en el mismo campo.  Y es que la mayoría se han comportado, se notaba, como seguidores del club de su vida más que como profesionales de un club, que normalmente,  y en primera división está más que mejor pagado.

Y el que ha roto moldes en cuanto a comportamiento “chapeau” que dirían los franceses, esos que últimamente se matan por ver los museos madrileños, ha sido su entrenador, y durante muchos años, jugador del equipo, Imanol Alguacil.

El momento en el que al final de la rueda de prensa se viste de hincha, o forofo, en realidad es un momento Marvel, en el que aparece realmente el héroe mostrando sus superpoderes…

Ya para terminar, y haciendo una especie de paralelismo con aquella célebre frase del personaje encarnado por el bueno de Luis Ciges en “Amanece, que no es poco” y que dice: “Un hombre en la cama, siempre es un hombre en la cama”, podemos también decir, que cuando menos, y según la leyenda que corre del vasco, y que era difícil de comprobar hasta ahora, y pensando en Imanol Alguacil: “Un vasco emocionado, siempre es un vasco emocionado”.

*FOTO Y VIDEO: DE LA RED



domingo, 22 de abril de 2018

UNA POLÉMICA PARA UNA FINAL



Los seguidores de este vecino del mundo ya conocen mis costumbres y entre ellas son pocas las veces en que he dedicado un post a hablar de un evento deportivo, pero la final de la Copa del Rey celebrada ayer en el Wanda Metropolitano en Madrid entre el Sevilla F.C. y el Fútbol Club Barcelona ha traído, al margen de si te gusta o no el vencedor, Barça, una polémica no sé si gorda o no, pero este servidor diría que cuando menos aclaratoria de nuestra manera de pensar.

Quienes vieron la retransmisión, seguro que se dieron cuenta al instante, y de lo contrario sería más que preocupante, que a la hora de poner las plantillas infográficas  donde se indican jugadores y entrenador de cada equipo se hizo en inglés.

Hace unos días escuchando, creo recordar por la radio, una entrevista a Pablo Carbonell, que en ese momento estaba hablando desde su faceta de escritor, comentó, y no puedo estar más de acuerdo, que ha habido muchos momentos de la Humanidad, por decirlo de alguna manera, como la Edad de piedra, y ahora estamos en la Edad del papel, y aclaró, en la Edad de cogérsela con papel de fumar

Y desde luego que sí, porque en un evento en que todos estábamos pendientes de cada detalle, como bebés preparados para quejarse a su mamá con el dedo presto a apuntar lo que no nos gustara llorando amargamente, y todos atentos al volumen de pitidos hacia el himno, hacia el Rey, hacia las banderas españolas, catalanas, a todo. Y alguien, en ese mismo momento, tuvo los bemoles, se presupone, para decidir que nada de utilizar dos plantillas para la retransmisión, una para España y países latinos, y la otra  para los demás países. Que por lo menos vamos a ahorrar en algo, y decidió que,por supuesto, quitábamos el castellano de la parrilla.

En realidad es un acto reflejo de la sociedad que nos rodea. Porque vas a cualquier tienda, grandes cadenas especialmente, que no hace falta que estén en grandes capitales, y ya se pone casi todo en inglés, porque además parece que eso da más caché.

Alguien, en las redes sociales, puso el dedo en la llaga: ¿Qué hubiera pasado si en lugar de en inglés, la plantilla es sólo en catalán?
Pues sin duda que ya tenemos el follón montado.

No se puede pedir otra cosa en un país, el nuestro, en el que no pasa nada si encuentras pubs, bares, o lo que sea, especialmente en lugares veraniegos, en el que al acercarte a la barra no hay nadie que hable castellano. En otros países, y no voy a decir nombres aunque alguno está practicando el “Brexit”, ésto no se permitiría.

Deberíamos, en primer lugar, querer, porque quizás ahí esté la madre del cordero, más a la lengua española. Porque entre otras cosas, y siendo irónico, es uno de los idiomas que más te permite variar en todo tipo de juramento liberador, y no solo entre el “fuck” y el “bloody”.

Todos vigilando al de al lado para que no se convierta en nacionalista separador, y desde fuera nos están conquistando con sus palabras y costumbres, sin ser conscientes de que estamos siendo abducidos. 

El conquistador hace mucho tiempo que está aquí, y no viene con espadas ni cañones, sino con costumbres y sueños que en un principio no nos decían nada, y ahora en Black Fridays, o en Halloweens, seguro que nos cuestan mucho dinero. Y eso, como mínimo tiene más de Quijote, de Cervantes, que de Shakespeare.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 23 de mayo de 2016

EL MOMENTO EMOTIVO, Y SU CIRCO MEDIÁTICO




Los que siguen a este vecino del mundo ya saben que en nuestro ático normalmente no se habla de fútbol en su versión de deporte puro y duro (no por nada, sino porque hay prensa especializada), pero sí de alguna anécdota  que pudiera venir a colación. Y ayer este vecino estaba viendo los fastos de la Final de la Copa del Rey, siempre posicionado, a falta del equipo de sus amores (Real Sociedad), a favor del más débil,  y en este caso, claro está, del Sevilla, cuando observó y degustó “el momento de la noche” en opinión este vecino: el hijo de Messi con la camiseta como la de su padre, con su número, el 10, pero que sólo la puede llevar él, porque de nombre sólo llevaba PAPI.


Lo que ocurre, es que luego, ese cielo, se ensombreció primero con los nubarrones de la realidad,  qué hacen unos niños tan pequeños (porque también estaban los de los otros miembros de su equipo, los hijos de Piqué incluidos) a esas horas, entre la una y una y media de la madrugada, lejos además de su casa, porque estaban en Madrid. Si han ido hoy al colegio, lo habrán hecho no habiendo dormido sus horas, se supone, que reglamentarias.


Digamos que el momento emotivo duró unos segundos y todo lo siguiente fue de la más pura y dura revista del corazón. Porque con los niños, claro está, estaban madres, novias y… el cotilleo puro y duro. Si hubiera sido la Fórmula 1, el titular hubiera sido obvio, “su circo mediático”.

Y ahora viene una pregunta que me ronda desde el mismo momento en que vi todo lo referido en el párrafo anterior: ¿Dónde termina la celebración y empieza la ostentación de un cierto poder o estatus? ¿Los cimientos de un futuro por ser hijos de, novias de, mujer de?


Con un rictus de sonrisa congelada, y con ironía en vena, me pregunté ¿cuántas futuras estrellas de reality teníamos delante nuestro?, ya que para más inri la retransmisión se hacía por “Telefive”.


Hace años, famosos eran los futbolistas, actores y artistas varios, pero ahora ya lo son sus familias, y muchos viven de eso, de lo que lograron sus padres (dinero y presunto estatus). Pero, eso sí, cuando quieren, tanto unos como otros, se ponen al “amparo de su intimidad”. Como decía aquel viejo chiste “o semos, o no semos, pero ser somos”.


Sinceramente, si por ley hay que proteger al menor, hubiera sido deseable evitar esas imágenes de hijos pequeños. Como se evitó, presuntamente, dar demasiadas imágenes de esteladas, y culés demasiado culés, descafeinando convenientemente el lado político del tema. Y creo que se me entiende si digo que por otra parte se derrochó imágenes sevillistas como si no hubiera un mañana. Y recuerdo que desde el principio he dicho que éstos tenían mis simpatías.


Ahora,  y ya para terminar, voy a decir una perogrullada como una casa, pero la tengo que decir: una noticia, es una noticia, pero luego hay maneras de tratarla. Y ayer se dio un primer paso, y se va a entender perfectamente, para la creación, si todavía no está creado, cosa que lo dudo, del “Deporte Sálvame”.  Y eso puede ser muy peligroso, aunque también me temo que muy rentable, y razón importante para cuidar y alimentar ese peligroso germen.


*FOTO: DE LA RED




jueves, 19 de mayo de 2016

POLÍTICOS QUE ACTUAN COMO HERNÁNDEZ Y FERNÁNDEZ...



Llevo varios días que estoy en una especie de síndrome, porque sin duda en una época en la que tiende a clasificarse todo, y a demostrar una y otra vez que no hay nada nuevo bajo el sol, cada vez que alguien relata algo que siente o le ocurre, siempre, siempre hay alguien que dice que él lo sintió antes, como conquistadores apeados de su descubrimiento por alguien que lo vio antes. Y seguro que ya existe un síndrome para señalar lo que este vecino del mundo está sintiendo


Llevo varios días con la  sensación de que estoy en el día de los Santos Inocentes, para muchos el 28 de Diciembre, para otros el 1 de Abril, bajo la forma de April fools´ day, porque no me creo nada de lo que se dice a mi alrededor.


Desde que se sabe que tenemos otra cita electoral, ¿o es la misma que la del 20 de Diciembre del año pasado?, no me creo nada de lo que dice cualquier partido político. Y a cualquier gesto del gobierno todavía en el poder, le otorgo con razón, o quizás equivocadamente,  la categoría de brindis al sol, en su modalidad de medalla de chocolate, porque el oro se escapa a mi bolsillo.


Eso de la prohibición de las esteladas en la final de la Copa del Rey, entraría plenamente en la modalidad de “brindis al sol”; y también, y que se me entienda bien, no me gusta que nadie sufra, ni de dos ni de cuatro patas, pero la prohibición del famoso Toro de la Vega (aunque tiene "truco", porque no se le matará, pero seguirá sufriendo), ¡qué casualidad!, no se realizó ni el año pasado ni el anterior, con tanta contestación o más que éste, pero… amigos, este año hay que pasar por las urnas. Y siempre es más fácil cumplir con algo que, además, no cuesta dinero. Y en teoría, luego se verá, si hay gente que deja de ir al partido de fútbol, pero lo de las esteladas es un claro brindis, tanto al sol como a mucha de la gente que, presuntamente, será más afín al Partido Popular.


Lo de visitar los mercados, en época electoral, sin corbata, y con aire de ir todos los días, aunque se estuviera más perdido que un pulpo en un garaje, ya era demasiado típico, y a mí, lector impenitente, en su niñez, de las aventuras de Tintín, me recordaba mucho a los Hermanos Hernández y Fernández, o Dupont o Dupond en el original. Estos caballeros para pasar desapercibidos, y que nadie sospechara que eran policías, a cada país que les llevaba alguna de sus misiones, ellos se disfrazaban con el traje típico, dando, por supuesto el consiguiente cante.



En el caso de las esteladas, la representación del gobierno, ha sido como se hubiera esperado, el Señor Presidente, Don Mariano Rajoy, no se pronuncia, o lo que viene siendo habitual, se pone de perfil; el Señor Hernando apoya la medida, y en realidad siempre suele ser el encargado de poner voz al pensamiento gubernamental, como si fuera una especie de traductor de signos en el idioma de los sordos en cualquier mitin. Y en este caso, el Señor Albiol, que sería al que le toca bailar con la más fea en esta “fiesta” que se han montado, está contra la medida.


Y este vecino del mundo se pregunta, ¿si toda esta época preelectoral es un contínuo día de los inocentes, cuándo será el Día de Reyes?.


La respuesta es obvia. Para los políticos siempre, para el ciudadano de a pie nunca, aunque le hagan creer lo contrario. ¡Ah! Y además, corre con los gastos. O lo que viene siendo, colocarle en su espalda, el muñequito de inocente.


*DIBUJO: HERGÉ