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viernes, 6 de abril de 2018

LA SEMANA DEL TELÓN


Si una noticia detrás de otra se puede considerar como “cortina de humo” de la anterior, esta semana no sé si se puede considerar como la “semana del telón”, pero tanto a la Reina Leticia y sus dimes y diretes con su suegra, y a Cristina Cifuentes que no termina de poner orden en sus papeles “escolares”, les ha podido venir bien este nuevo giro de guion, como las series televisivas, en lo ocurrido con Puigdemont y la justicia en Alemania, para que les dejen un poco tranquilas.

Al parecer, y este vecino se entera mediante un diario digital  “La justicia alemana deja en libertad bajo fianza a Puigdemont mientras estudia la entrega a España y descarta el delito de rebelión”.

Y no sé por qué, llámenme malpensado, pero me he acordado de aquel día, aciago día, ya lo he contado hace mucho en estas mismas páginas, en el que por dos veces perdí, en la misma jornada, un autobús en el que estaba el primero en la cola. Y como iba con mi hija, de tres o cuatro años, y mi madre, que ya era una señora por entonces más cercana a los ochenta que a los setenta, y grupos de alemanes, no diré que maleducados porque ni nos miraron a la cara, decidieron  que no nos veían, debe ser porque todos nos sacaban de 20 centímetros para arriba y nos ignoraron.

Era en Tenerife, en San Bartolomé de Tirajana, más concretamente en Playa del Inglés. Allí aprendí que los alemanes, no sé si son muy suyos, o si te descuidas todo les pertenece, o una combinación de ambas cosas. También aprendí, y hablo de los años noventa, que aunque se las daban de ricos, en realidad ellos pagaban por tres semanas de vacaciones, lo que nosotros lo hacíamos por dos.

Alguien dirá,  que seguro que yo no estaba bien informado, o que ahora no está bien informada la justicia española, pero seguro que si en iguales circunstancias esos problemas los tuviera ahora el gobierno alemán, los gerifaltes germanos ya habrían conseguido doblegar la opinión de nuestro gobierno.

En momentos así, me acuerdo de esa gran obra nuestra que es Don Quijote, y le veo más vivo que nunca, esta vez campando por bosques alemanes, más refugiándose en la cerveza que buscando a Dulcinea

No hay manera de hacernos respetar, aunque conviene no olvidar todavía que no hay una decisión final tomada en esa nueva aventura de "Puigdemont ahora en Alemania", y que siempre puede caer un nuevo telón a modo de otra cortina de humo; pero miedo me dá, porque puede ser peor el remedio que la enfermedad.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 12 de mayo de 2017

EL JOYSTICK DE MI VIDA



Ayer fue el día. Uno de esos días que incluso dudas que lleguen porque estás convencido de que sólo forma parte del mundo de la utopía.

Fue mi cumpleaños, y presenté los papeles de la jubilación.

Como si hubiera ingresado en la categoría de héroes del cómic, me he autonombrado “jubilata de hojalata”, por aquello de que la materia ósea se va deteriorando con los años; en los héroes y antihéroes del cómic, va “mutando”, y uno ya no está para bailar claqué, sino solo para tararear la melodía, pero con muchas ganas.

Normalmente, este vecino del mundo es bastante frío en cuanto  a cumplir años; nunca ha tenido crisis de identidad, con la monetaria ha sido más que suficiente.  Sin embargo ayer, y sin hacer grandes alharacas, lo vivió muy intensamente. Con la certeza de que ese día ya no volverá, y de que me quiten lo bailao”.  

Este vecino, este jubilado de hojalata sólo por esta vez, se siente más como un hijo de Don Quijote, que como un mutante americano. Sin creer a los que le rodean, especialmente si son políticos; porque tiene la esperanza de que el mundo es mejor de lo que reflejan los periódicos, y mucho peor que el resumen anual que nos vende nuestro “Rey de Reyes” en plena “Nochebuena”.

Entro ya en un mundo de interrogaciones, de futuribles. Eso sí, estoy seguro de una cosa: que el que va a mandar soy yo en el joystick de mi vida, para que el viaje sea lo más largo posible y, lo más importante, en las mejores condiciones para mí y los que me rodean.

Uno no quiere llegar a ser un problema, pero sí vivir lo máximo posible en la mejor de las condiciones. Y eso se trabaja cada día mentalmente, por supuesto que junto con un alto porcentaje de suerte.

¡Seamos realistas!   Me veo más mirando de reojo a una de dieciocho que cuidando a un nieto. ¿No es políticamente correcto? Ya lo sé, pero también me duermo, no lo puedo negar, con los documentales de la Dos.  

Y es que en España siempre hemos sido más de lo que queremos ser, que de lo que somos. Somos esplendidos en las distancias cortas, pero en las largas, siempre paga el último, y procuras, solo procuras, no serlo tú.


Ayer comenzó el resto de mi vida, y para variar, llámenlo egoísmo o “últimas voluntades”, prefiero recibir a dar. Más que nada, para variar.

*FOTO: DE LA RED

viernes, 23 de enero de 2015

SOÑANDO CON OVEJAS ELÉCTRICAS (NO ES EL FUTURO, ES LA REALIDAD)


Uno, este vecino del mundo, está tan atento a todo, que en cualquier momento le va a pasar como a Don Quijote con las novelas de caballería, que va a mezclar varios temas, y no va a saber dónde está la realidad y la ficción, o mezclar varias realidades a modo de collage para crear una ficción.
Estaba viendo ayer, a última hora, la salida de la cárcel de Luis Bárcenas, con esas ganas renovadas de vivir, más chulo que ocho millones de ochos, como si se hubiera metido un Cola-Cao en vena, y además sin arrepentirse de nada, por lo menos disipando futuros malentendidos, que por un momento pensé que como fuera más rápido, si se descuidaba, aparecía en la casa de las casas, en este caso la de Gran Hermano VIP. Y la idea, como se dice ahora, me moló.
Un Bárcenas, en Gran Hermano VIP, estaría como pez en el agua. Intentando manejar las finanzas de la casa, y si se descuidan de todo Telecinco. Creo, sinceramente, que enseguida tendría algún problema bastante gordo con La Esteban, más que nada por demostrar  quién es más de derechas. Porque la de San Blas tiene que ser la que más en todo, más que nada porque siempre le sale del mismísimo…Y sino, llora, y todos sus compañeros de programas, todo el engranaje de la cadena le ayuda, no por ella, sino porque así ayudan a sus finanzas, y a esa máquina de hacer dinero que tienen.
Bárcenas ha sido la sombra de un PP en sombras, y la Esteban es la parte negra de una televisión de colorines, que a fuerza de repetir cuatro mandamientos no crean fans, sino “creyentes”. Quizás la diferencia, la gran diferencia entre los dos, es que el mundo de La Esteban se puede apagar con un click del mando a distancia, y en cambio, es posible que Bárcenas siga mandando a distancia, la distancia que crea el silencio y el saber muchas cosas de muchos, a los que con un simple click puede apagar.
Y mientras, en la casa Bárcenas viviría además como todo un señor, porque siguiendo la filosofía de La Esteban, no cogería una fregona y limpiaría, porque hay tías que lo pueden hacer.
Entre la sombra de Bárcenas y el poder de La Esteban, la prepotencia de uno y los tacos de la otra, el futuro es más negro que los mundos creados en “Blade Runner” y “Automata” juntos. Al final, este vecino del mundo solo va a desear, como los androides, poder soñar con ovejas eléctricas, porque éstas solo balan, y no hacen tanto daño como las palabras de diferentes mundos que están en  éste.


*FOTO: DE LA RED

viernes, 16 de enero de 2015

MARISA PATAKY Y LA MODERNIDAD

Mi vecina, Marisa, que tiene graves problemas con procesar todas las noticias de los medios de comunicación,  y nos está volviendo locos. Es una versión de Don Quijote, pero con rulos. Es decir, tanto cotilleo y maneras de famoseo casposo le han vuelto hiperactiva, y por el contrario, al resto de la comunidad nos están llevando por el camino de la amargura.
Lo último, es que quiere escribir sus memorias, que si la Esteban lo hizo, que ella no es menos, que sus líos amorosos los tiene que conocer todo el mundo, y me imagino que así ella también, porque como se decía antiguamente, que sepamos nosotros, Marisa no ha conocido varónEstá en trámites con Aldo, un senegalés que hace todo tipo de chapuzas en la comunidad, para que le sirva de “negro” escribiendo el libro. ¡La pobre! Oye campanas, y no sabe dónde. Ella lo de negro lo ha oído, y lo adapta a su manera.
Lo tiene muy claro, quiere publicar su libro mediante, porque está muy enterada, el “crou funding” ese de marras, y quiere que todos colaboremos. El que coopere con veinte euros ya tiene el libro asegurado, y si lo haces con treinta, te lo dedica individualmente.
También ha adaptado a su manera el photocall, o como dice ella el “fotocol”. Llevamos varios días con una especie de biombo, en la entrada del portal, con publicidad de las tiendas de la zona, y como no ha contratado ningún fotógrafo profesional por falta de “crou funding”, ella misma cada vez que baja para algún recado, o viene de regreso, se saca unos cuantos “selfies” con el teléfono móvil que le regalaron sus amigas. Ayer cuando bajaba a media mañana vi que se estaba haciendo un “pataky” y tenía el cuello tan retorcido que no le dije ni media palabra para evitar que al intentar mirarme se pudiera desnucar. Entonces me dí cuenta el por qué, desde hace un tiempo,  los vecinos se refieren a ella como Marisa Pataky.
Además, como no podía ser de otra manera, se ha empeñado en que mujeres como ella no son nada, si no intentan realizarse, y por eso, ahora, se quiere dedicar a diseñar joyas, que si otras lo hacen ella también. Y en uno de los cruces por la escalera, me ha mostrado unos dibujos que llevaba en una carpeta. Eran diseños, o cuasi diseños, para una colección de broches. Todos  tenían en común el lema “La tercera edad mola”, y esa leyenda en mayor o menor medida aparecía en todos los bosquejos. 
En uno de los dibujos más graciosos, estaba la silueta de una pareja besándose, él con bastón y ella con andador. Éste último modelo quiere que ya esté a la venta para el día de San Valentín, dice que seguro que causará furor en los hogares de jubilados de toda España.
Ya para terminar diré que en lo último en que se ha embarcado es que quiere lanzar una plataforma de “Podemos”, porque a ella le encanta el “coletas”, y nos está poniendo el color morado no solo en la instalación del “fotocol”, sino  en toda la escalera. Dice que eso del veintiuno por ciento del IVA cultural es inviable, y junto al biombo de entrada, en el portal, ha colocado una diana con la cara del ministro Wert, y al que haga tres dianas seguidas, pagando, naturalmente, le regala, cuando se edite, uno de sus libros.
No sé si tenemos una comunidad de vecinos, o un parque temático…

*FOTO: DE LA RED

lunes, 24 de noviembre de 2014

FRANCISCO NICOLÁS, ¿DON QUIJOTE O TORERO?

¿Qué queréis que os diga? Este vecino del mundo se ha pasado el fin de semana preguntándose qué ha hecho con su vida, y ha llegado a la conclusión de que en sus casi seis décadas, ha estado de turista, mirando sin ver, o al menos sin enterarse, de la misa la media, y la culpa de todas estas disquisiciones casi-filosóficas es por la intervención este sábado en un programa televisivo de Francisco Nicolás Gómez Iglesias, Ex Pequeño Nicolás.
Y es que tras su intervención, considero que más del noventa por ciento de los espectadores (obtuvo una audiencia próxima al 25 por ciento), ha cambiado la visión de esta persona, porque para este vecino, esa entrevista le ha transmutado de personaje a persona.  
Con apenas veinte años, si es verdad lo que cuenta, podría escribir más aventuras que el personaje de Ian Fleming, pero sinceramente, su relato se sustentaba, tenía sentido, por mucho que los periodistas intentaron liarle, o se liaron ellos solos, que es la duda que tengo.
Lo triste del caso, y da para pensar y disertar extensamente, es que si en las cocinas del estado tiene que intervenir un “chef” de veinte años para hacer el guiso, mal andamos.
Francisco Nicolás, en este momento, camina no se sabe muy bien si por la senda de un espía tremendamente peculiar, o por una nueva versión de Don Quijote, esta vez con las novelas de espionaje político por trasfondo. Si padece algún trastorno, está hondamente metido en ello, y si es verdad lo que cuenta, esta España es más de pandereta que nunca, porque hombres de pelo en pecho y millones en la cuenta, necesitan de un púber que les ayude.
Varios estamentos ya han dicho que no le conocen de nada, pero es que si es verdad lo que cuenta, no pueden decir otra cosa. Sin embargo, tras la extensa entrevista, y poniendo a varias instituciones en la picota, además sin cobrar un duro, que dicho sea de paso, se podía haber forrado, porque la expectación era máxima, han quedado dos cosas claras:
La primera es que a la ceremonia de proclamación de Felipe VI fue invitado él directamente, y no iba de acompañante, que lo acreditó con un documento de la Casa Real, y la segunda que lo que se planteaba desde el principio como una persona  que se colaba en lugares donde ocurrían  cosas importantes para sacarse la foto, no es verdad. No se colaba, era invitado y en muchos de los casos tomaba parte activa.
Su declaración este sábado ante las cámaras tiene sentido como un intento de salvarse él mismo por las cosas que le puedan ocurrir a partir de ahora, y además le ha servido para tomar la alternativa como torero, ya que practicó todo tipo de suertes y quiebros en la lidia a la que le querían someter, no se sabe muy bien si como toro o torero, y volvió loco al personal del programa, del que estuvo en un tris de convertirse en moderador.
Con todo ésto, y extrapolándolo, España se ha convertido más que nunca en un teatro, el País S.A. al que Forges siempre se ha referido, donde las cosas que ocurren se presentan en formato show, con “un más difícil todavía” como lema. Por eso, y bien pensado, están abundando dos especies en nuestra fauna actual: los tertulianos y los monologuistas.
Los dos  se caracterizan por contar cosas sobre lo que nos rodea, aunque me quedo, por supuesto, con los segundos, chillan menos y además ayudan a ver el panorama actual bajo el prisma del humor, y eso, en nuestros días, no es poco.

*FOTO: DE LA RED