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sábado, 16 de junio de 2018

ÁGATHA, Y SU TRAJE DE PALABRAS


Hay personas, de esas famosas y que no conoces, ni seguramente conocerás nunca, que sin saber por qué, de siempre te han caído muy bien. Y Ágatha Ruiz de la Prada es una de ellas. 

Leo hoy en El País, versión papel, y ví ayer por televisión en esos antiguos "ecos de sociedad" que por momentos tan bién representa "Corazón", de la primera de TVE, que esta semana ella y su recién estrenado novio, Luís Miguel Rodríguez (que no diré eso de "El Rey de la Chatarra", porque como hubiera dicho mi padre "no parece que le hace mucho chiste"), han aparecido juntos en una fiesta de Vanity Fair en Madrid. En la frase anterior iba a decir "nuevo novio", pero no sé por qué sentía que en eso iba implícito el que ya había jalonado su vida últimamente con variada compañía masculina, y nada más lejos de la realidad, en el caso de Doña Ágatha, que siempre ha sido muy suya.

A lo que iba. A la pregunta que obviamente le hicieron sobre su pareja, ella dijo "Me encanta cómo recicla". Para muchos será una tontería, pero para este vecino es una más de las genialidades de la diseñadora. 

Quizás también puede ser que uno ya esté cansado de oír siempre la misma respuesta en esos casos, y es la de "A mí me gusta mi novio porque me hace reír mucho". Y uno, que se cree bastante gracioso, tiene la sensación de que hay que ser, como mínimo, monologuista para, como al menos se decía antes, coger cacho. Aunque al rey de los monologuistas, que ni él sabía que lo era, ni que lo iba ser, Don Miguel Gilatampoco le imagino con una novia en cada camerino, en ropa interior y tronchándose de risa.

La verdad es que a Ágatha Ruiz de la Prada le he visto ultimamente lidiando con los reporteros del corazón, que a pesar de su larga vida en los medios, ella, por lo largo y consolidado de su matrimonio no estaba acostumbrada a ésto. Y les pone cara de "¿me lo preguntáis en serio?"

Muchos olvidan, periodistas y sucedáneos, que al hacer una pregunta, no sólo se retrata el que contesta. Y es que hay preguntas, que las mires por donde las mires, no hay, verdaderamente, por donde cogerlas. Por eso, estoy seguro que tras la respuesta del "reciclaje", la artista, sin muchos de los reporteros darse cuenta, les estaba haciendo un traje de los suyos, de los de todo corazón... Ágatha, una gran genio, como siempre.

*FOTO: DE LA RED


miércoles, 10 de enero de 2018

EL DEDO Y LA LUNA...


Me he despertado con una especie de desolación íntima, quizás al comprender que nuestro Norte particular durante mucho tiempo (más de dos meses), la Navidad, ya había desaparecido, y que los cocos del resto del año, Puigdemont, amenazando como siempre con volver, si se le trata como a un VIP en cuestión de leyes, y con un Roldán pasando por cuchillo a sus viejos fantasmas, mientras niega la realidad, no hacen fácil la vuelta a nuestro cole particular. 

Pero…¡Mira qué bien! Ya he visto, en el Diario Vasco digital a Martín Berasategui anunciando esta vez sus recetas tradicionales, otro día cualquier otra cosa, y ya estoy tranquilo. Ya tengo otra señal de que estoy en casa. Podría ser, Martín, nuestro Pan de Azúcar particular si fuéramos brasileiros, pero en realidad él siempre será nuestro signo inequívoco de que todo sigue, no sé si bien, pero igual. 

Porque va a hacer falta mucho garrote para seguir con lo nuestro, mientras nuestros representantes políticos siguen enzarzados en si ha nevado más o menos, y en si cuando eran oposición veían las cosas de una manera y ahora la ven de otra.

Personalmente tengo otra hipoteca que pagar estos días, y según mis cuentas, necesitaría unos siete riñones para poder quedarme tranquilo en cuestión de pufos, pero utilizaré un poco del garrote de nuestro Martintxo, y a seguir para adelante.

Me ha resultado curioso... Con todo lo que pasó hace dos días en la entrega de los Globos de Oro, reivindicaciones en negro por parte de las señoras, y caras de haber comprendido por parte de los señores. Y muchos de los que estaban allí, parecían solo preocupados, al menos eso desvelaban sus mensajes por las redes sociales, por el jovial comportamiento de un Tom Hanks convertido en camarero de sus amigos, mientras les surtía de unos cuantos martinis.

Al final, cada uno en su nivel. Nosotros discutimos de si había mucha o poca nieve cuando se cerraban las carreteras, y de quién pagará la factura (nosotros, como siempre), y los americanos, en la fiesta de las fiestas, en lugar de estar preocupados por lo que se hablaba de las reivindicaciones, muchos de ellos estaban absortos porque una estrella del universo cinematográfico movía su trasero, sin miedo a perder sus anillos, para intentar colaborar con un momento agradable de los suyos.

Al final, no sé si será verdad ese "cada loco con su tema",  o hay mucho loco y poco tema...

Y este vecino del mundo ha recordado a Confucio y su "Cuando el sabio señala a la luna, el necio mira al dedo.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 4 de enero de 2016

A LA SOMBRA DEL MARQUÉS DE LEGUINECHE



Más de una vez me acuerdo de gente como Rafael Azcona y  Luis García Berlanga, y me pregunto que si vivieran ahora qué opinarían de todo lo que está ocurriendo. Tal vez pensaran, sería terrible, que todo lo que habían escrito o rodado había quedado obsoleto en unos pocos años, precisamente, por la ineficacia, improvisación, desidia, envidia y, especialmente, por una palabra que ellos sabían utilizar muy bien, “la descojonación”.


Su cine siempre fue muy arriesgado, con miradas pícaras y llenas de mala leche de la sociedad que les rodeaba, especialmente cuando crearon el mundo del Marqués de Leguineche, en aquella "Escopeta Nacional", y las dos continuaciones; y su extraña, cuando menos, colección de pelo, en un Leguineche ya desaforado... pero lo de ahora, la realidad de ahora es para ellos como pasar a  La guerra de las galaxias de la insensatez. Con un todavía presidente en funciones, que parecía estar, en sus discursos mitineros,  a un segundo de la dislexia.


Por eso, al verle hoy en esas imágenes bailando desenfrenadamente  “Mi gran noche”, en lo que se supone es la celebración de su “Nochevieja”, lo que sobraba precisamente era la música de fondo, porque el “tesoro” hubiera sido poder captar lo que hubiera dicho en persona, su letra particular, pues precisamente sus letras es lo que nos ha traído hasta aquí, ya que desgraciadamente la música siempre la han puesto otros, especialmente desde Alemania, con una Angela Merkel como excelente concertista, siempre barriendo para casa, la suya naturalmente.


Aunque votar a favor del Señor Rajoy, Don Mariano, en parte es tener buen humor, con frases tan ocurrentes, o al borde de la locura como "Es el vecino el que elige al alcalde y es el alcalde el que quiere que sean los vecinos el alcalde", o esa otra que, como mínimo, quería ser una especie de reafirmación patria "Los españoles muy españoles y muchos españoles”.


Si hasta ahora ya no nos importaba, al menos eso parece, ni enterarnos de su programa electoral, porque nadie cumple nada, de ahí se ha pasado a no escuchar nada, solo así se pueden admitir frases solo dignas de un  monologuista analfabeto y extasiado, por tomar, claro, éxtasis.


Y por si los Señores García Berlanga y  Azcona no tuvieran suficiente con el alma de un Rajoy en racha, lo de los catalanes jugando al separatismo en un día de la marmota que ya va para varios meses, bien mereciera una de las frases de ese cura facha encarnado  por un grande como fue Agustín González que hubiera dicho “lo que yo atare en la Tierra, no lo separa ni Dios” mientras busca al altísimo con la mirada.


En días como el de hoy, en que este vecino del mundo es presa de un gripazo, de impresión de esas de 3D, da ganas de tomarse pastillas de todos los colorines para olvidarse de dónde viene y a dónde va, y solo se le ocurre decir aquello que en su momento los jueces dijeron en la sentencia del yerno de los “Urquijo”, Rafael Escobedo, y que en su momento se hizo tan célebre, al reconocer que él había sido culpable…solo o en compañía de otros, o lo que viene siendo otro vicio nacional: tirar balones fuera. 

*FOTO: DE LA RED.




miércoles, 15 de octubre de 2014

LA GUARDERÍA EUROPEA

Leo en los periódicos de hoy que en España se contabilizaron 1.665 horas de trabajo en 2013, frente a las 1.388 de Alemania y las 1.489 de Francia según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (O.C.D.E.)
A la cabeza me viene la frase “Cría fama y échate a dormir”. La fama de vagos que tenemos a nivel mundial, de que siempre estamos de “SIESTA” o de “FIESTA” y ahora resulta que eso no va a ser tan verdad como la pintan, o que si es verdad hay otros que también se pueden retratar….Y no miro a nadie, ni a los vecinos que se protegen de nosotros detrás de los Pirineos, ni a los que han ido invadiendo Mallorca y otras partes del litoral español  silenciosamente a golpe de euro.
Y es que en realidad Europa es como el patio de una guardería, que mientras unos llaman, como decíamos los de mi generación, a la Seño para decirle que el de al lado se ha cagado, él también tiene la mierda en casa e intenta ocultarla.
Toda Europa “muerta de miedo” por el ébola en España, y muy, muy de soslayo nos enteremos que a los alemanes también se les ha muerto una persona en su país infectada por el mismo virus. Sí, ese no se había infectado en su mismo país, sino en Liberia, pero desgraciadamente en España y Estados Unidos todo comenzó así….
Con eso no quiero decir de que este vecino no sea partidario de traer a nuestros enfermos a España, sino que no hay que mirar las vergüenzas ajenas mientras uno se rasga las vestiduras desde la acera de al lado, porque “arrieros somos y en el camino nos encontraremos”-
Lo que ocurre es que la vida está llena de clichés y mientras los vascos nos pasamos todo el día levantando piedras, los catalanes lo hacen contando dinero, y todos en Londres van con bombín y paraguas. Y mientras parece que en la guardería europea el único que parece que pone orden es el amigo alemán, y aunque nos han contado que trabaja por todos, ahora resulta, según la OCDE, que no es para tanto.
A todo ésto se une a que este domingo este vecino estaba escuchando el programa radiofónica de la queridísima Pepa Fernandez en Radio Nacional de España “Hoy no es una día cualquiera”, y conectaron con un “escuchante” español, canario para más señas,  que está trabajando en Berlín, y dijo que allí también hay trabajos de jornada completa con sueldos de cuatrocientos euros, y que también explotan a la gente, a los extranjeros, en condiciones muy por debajo de lo que sería digamos que “decoroso”.
Y yo me acordé en ese momento, aunque ya lo he comentado aquí en otra ocasión, de aquella vez que estando en Playa del Inglés, en Gran Canaria, en una cola de autobús, con mi madre y con mi hija, pequeña, y estando los primeros en la cola, nos quedamos sin entrar porque hordas de alemanes, eran todos alemanes, altos y rubios,  "no  nos veían". Nos quedamos fuera de la "guagua", concretamente para ir a Palmitos Park, tanto a la ida como a la vuelta.
Por eso que es mejor no sentirse frustrado, con lo que piensen desde el resto de Europa de nosotros, ni darle tanta importancia, porque todo el mundo antepone sus prioridades a las de los demás. Y si nosotros no nos queremos…, mal andamos. 
Y mientras, Mas y sus amigos, con ganas de enfrentarse a Europa, pero ellos solos, así de valientes, como Gary Cooper en “Solo ante el peligro”. Que vayan, que se los comen en dos días. Hay que tener mucho cuidado con lo que se desea porque se puede cumplir.

*FOTO: DE LA RED

lunes, 30 de septiembre de 2013

LA FIESTA DEL GIN TONIC Y LA MADRE DEL CORDERO

Lunes, día de recuerdos del fin de semana, y pocas expectativas, aunque me imagino que eso es cuestión de chasis también. Este vecino está convencido de que si le preguntas a Martin Berasategui será agotador la lista de “tareas” que tenga que hacer hoy, y más agotador la manera en que lo diga con ese “garrote” que lo usa sí o sí.
Sin embargo, ni este vecino es el Señor Berasategui, y eso que gana     el mundo culinario, ni le hace falta al vecino meterse en esos berenjenales.
Parece que no iba a existir el mundo tras el Festival de cine donostiarra, y sin embargo ya ha terminado con sus más que polémicos premios de este año, y es que no es lo mismo el gusto de unos, se supone entendidos cinéfilos, que además están a mesa y mantel durante más de una semana, a los gustos de esos locos que todavía se gastan el dinero en las salas de cine, sea o no sea época de glamour.
Este sábado pasado este vecino estaba escuchando una emisora de radio, esa a la que Shakespeare se refería con el “…SER o no SER”, un programa para los amantes del cine en el que se desgranaba, como no podía ser de otra manera, la semana en el festival donostiarra, y sin embargo, estoy seguro de que todos los “radioescuchas” como se decía antiguamente, con lo único que se quedaron, por desgracia, fue con una anécdota, por decirlo de alguna manera, en la que un local donostiarra había organizado un evento, esos días de fiesta del celuloide, que los locutores lo describieron como la fiesta del gin tonic, y ahora viene la madre del cordero, en la que se cobraba 18 euros por copa.
En primer lugar, este vecino no ve a las cada vez más escasas estrellas extranjeras con dinero en efectivo para pagar, ni que se atrevan a cobrarles, ya que son las que se supone darán relumbrón a la fiesta. En segundo lugar, cada vez son más “livianos” también, los medios de comunicación que osan mandar a periodistas acreditados para pasarse más de una semana con todos los gastos pagados, ni éstos se atreverán a pasar esa cuenta, como confesaban los sufridores de la citada emisora, a su empresa, con lo que a más de uno le va a quedar un regusto amargo de esta edición del festival.
De todas maneras, y como siempre, lo más probable es que el que pagara la citada tropelía fuera el pardillo que se aventuró a pulsar el latido del festival, y mientras que pagaba la cuenta, se juraba no volver más ni al festival, ni a llenar las salas del cine.
Y es que los que todavía intentan hacer cine, siempre dicen, que los    que suben los precios de esa industria no son ellos, ni tampoco,         visto lo visto, los que, en otro sentido además, dan mala imagen,       pero los que pagan el plato, y en este caso la copa, son los mismos que han aportado los impuestos para que cada año  el citado festival sea posible.
Tantos minutos durante el año intentando convencer a la gente de que un festival de cine es para todo tipo de gente, para que luego algunas personas de otras industrias lo desdigan con hechos, que no son precisamente amores.

*FOTO: DE LA RED