Llega un momento en que a una persona por muy positiva que sea, le pega un bajón como consecuencia de todo lo que ve, y de todo lo que intuye, y eso me pasó ayer.
Los que me seguís, que cada vez sois más, gracias a Dios, habréis notado que ayer no me puse en contacto con vosotros.
La verdad es que intentar lo intenté, y como se suele decir, las musas llegaron y me encontraron al pie del cañón, pero cada vez que me aportaban alguna idea, mataba a la idea y a la musa.
Y es que hay días en que uno no está para nada.
Lo que ocurre es que aunque se intenta ver la luz detrás del túnel, llega un momento en que estás viviendo dentro de él, viendo poco y mal, y encima... te suben la luz. ¡Bueno!...la luz, el gas, y todo lo que se tercie.
Digamos que el gobierno, el nuestro, está practicando sexo con nosotros las veinticuatro horas al día, porque está haciendo todo lo que nos jode, y además en una relación, digamos, que sadomasoquista.
Por lo menos, si en la vida diaria hubiera alguien como Iker Casillas, que dijera al arbitro, que por favor termine el partido ya porque hay que tener respeto al adversario, que en este caso seríamos nosotros...Pero me temo que no, que nos van a seguir metiendo todos los goles que quieran, y encima tendremos que pagar por el mantenimiento y “disfrute” del campo.
Podéis comprobar que sigo igual que ayer, y es que por mucho que lo intente, uno es positivo, y mucho, pero no iluso.
Todo se está intentando arreglar con impuestos y con recortes, pero el gobierno se debería de dar cuenta de que no todos los españoles ganan como ellos, y que cada vez hay más españoles que ya no ganan, porque no solo recortan ellos, sino los empresarios también, y esos recortes tienen nombre y apellidos.
Ayer volvió a salir las cifras del paro, y todo el mundo habla del desempleo juvenil.
Sin embargo, de todas esas personas, que al menos mientras trabajaban lo eran, que victimas de esos recortes empresariales, presentaciones de eres...se han quedado en la calle con más de cincuenta años, ¿quién habla de ellos? No es que tengan la autoestima baja, sino que hace tiempo que la autoestima les dejó porque se moría de hambre.
Siguiendo las sabias palabras de la filosofa Aida, la de la serie de televisión, uno ya no tiene el chichi pa farolillos...y mucho menos para verbenas, porque entre otras cosas se gasta mucha luz.
*FOTO: DE LA RED