El tema de hoy ya lo tenía planeado antes de que surgiera la polémica de que si Ronaldo, Cristiano Ronaldo, dedicara a Messi su importantísimo gol de ayer o no. Personalmente, este vecino del mundo ha visto la repetición de las imágenes varias veces y no ha salido de dudas, y sigue sin saber lo que dice, pero de todas maneras eso ya da lo mismo.
El gran problema de Cristiano Ronaldo es que, además de muy buen futbolista y millonario, y con una novia guapísima, que no hay que olvidarlo, quiere caer bien a la gente, pero todo no se puede, porque quizás parte de lo que le hace ser muy buen jugador de fútbol y un matador en el área, influye en que a su vez haya parte del público que le repudie.
Tener a Ronaldo en el equipo, en cierta manera es hacer trampas porque no juegas con once jugadores, sino con diez jugadores, más Cristiano y su ego.
Hay que aprender a vivir con la imperfección, aunque uno se crea perfecto, porque además hay que darse cuenta de que nunca podrás actuar de una manera en la que gustes a todo el mundo.
Todos los héroes, empezando por Aquiles y su talón, y en el mundo del comic Superman con la criptonita, han tenido su punto débil
Está claro que Cristiano Ronaldo no tiene problemas con el talón, y menos con los de los bancos, porque ya tiene asegurado su futuro y el de toda su familia para varias generaciones, pero sí con su ego, y con un nombre: Messi.
Messi y Ronaldo serían “Dos hombres y un destino” en versión balompedica, con la salvedad de que en la película los dos eran malos, porque no hay que olvidar que eran ladrones, y en cambio aquí son una especie de yin y yang visto por un taoista futbolero.
Messi personifica la humildad, la pequeñez hecha grandeza, mientras Cristiano Ronaldo da la sensación aunque no lo sea, que ha querido olvidar sus raíces y cambiarlas por brillantina y brillantez.
Ayer, parte del público, los checos naturalmente, le gritaban: Messi, Messi, sabiendo que eso le hace mella.
Cristiano Ronaldo debería pensar que si público de diferente nacionalidad actúa de la misma manera, quizás tenga razón en algo después de todo, y plantearse bajar unos metros a la tierra, y despeinarse en su manera de ser, compartir los goles con sus compañeros, y los triunfos también.
Nunca hay que olvidar, que para que haya un arquitecto tiene que haber muchos albañiles, y aunque cada uno gane acorde con su preparación, todos serán importantes para finalizar la obra.
*FOTO: DE LA RED
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