viernes, 1 de noviembre de 2013

EL PUENTE DE LAS ÁNIMAS

Ayer, 31 de Octubre, este vecino, y totalmente despistado, iba paseando después de que ya había anochecido, cuando unas cuatro figuras inclasificables, se le acercaron. En un primer momento pensé que iba a ser víctima de un robo,  pero al final resultaron ser niños de unos doce años que me decían “truco o trato”.  Yo me salí por la tangente, y aunque no les dije “vuestra madre”, realmente lo pensé.
Lo de Halloween de los últimos años me supera. Y es que no lo entiendo.
Este vecino puede entender la tradición de las ánimas en pena, que especialmente se da en la zona de Galicia, herencia celta parece ser,  y que de por sí ya da bastante, por decirlo de alguna manera, “congoje”, e incluso rompiendo una lanza para los “estados juntitos” del otro lado del océano, puedo entender “el día de acción de gracias” que se celebra el último jueves de noviembre, y que para ellos prácticamente es el comienzo de la Navidad, pero ir por la calle diciendo algo tan cursi como truco o trato…, no lo entiendo. Es como ir diciendo: -Estoy aburrido, y dame un par de collejas, para que me entretenga.
Por cierto, los que se merecen un par de collejas, son los diputados y la bochornosa escena que montaron ayer, al abandonar el hemiciclo,  cuando tras realizar la última votación de la tarde, y sin esperar al resultado de la misma, al “trato”, realizaron su “truco” y desaparecieron corriendo por los pasillos. 
Para niños atolondrados, ellos, y no los que rodearon al vecino.
Y luego, se pasan todo el año repitiendo hasta la sociedad que hay que concienciarse para trabajar más horas, y menos puentes, y cuando llega el momento de la verdad, y teniendo en cuenta que son de los pocos españoles que tienen un trabajo en condiciones,  a ellos les faltó piernas para salir corriendo.
Verdaderamente el espectáculo de Halloween ha calado hondo  y hasta los diputados se disfrazan de animas en pena en busca de ese túnel  que les guíe hacia la libertad, aunque sea por dos días. De todas maneras, de truco nada porque nos dimos cuenta, y esperemos que el trato que se celebra cada cuatro años dé al menos un poco de aire fresco a sus poltronas.

*DIBUJO: DE LA RED

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