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sábado, 1 de junio de 2019

SEÑORA VILLACÍS, BESCANSA UN POCO



Primer día de junio y es como si hubiéramos dado la vuelta al tiempo a modo de calcetín y no se habla, no hablamos de otra cosa, que no sea la temperatura que tenemos. En Donosti, entre 32 y 33 grados. Y puede que me quede corto.

No hay mal que por bien no venga, y mientras nos torramos bien torrados no hablamos de otros asuntos. Porque este vecino del mundo sabe, sin ningún género de dudas, de que con el tema que va a tratar hoy va directo a un jardín, no sabe si frondoso, pero sí tan complicado de salir como el más lioso de los laberintos. Pero ya se sabe que cuando te hablan las tripas, solo puedes tirar para adelante y apechugar con las consecuencias.

Y es que uno ya está hasta el gorro de mensajes, especialmente en la época de votaciones que hemos pasado, de esas mujeres que llegan a todo sin despeinarse, sin comentar en ningún momento de la ayuda que puedan tener pagada, de lazos de sangre, o de ambas. Representantes del centro derecha moderado, según ellos, que en dos días han parido, y compañeras de presunta coalición dicen que “ese tipo de mujeres me gustan a mí”, dejando en la lontananza del tiempo, por ejemplo, a una Carolina Bescansa que para hacer evidente el esfuerzo de muchas mujeres, la mayoría, en "conciliar", famoso verbo, difícil de conjugar con la realidad del día a día, apareció en su escaño de diputada, entonces, con su bebé. No sentando nada bien a esa derecha representante de la patronal.

Llevamos una época, it-girls incluidas en que están en todas partes y además no se quejan de trabajar dentro y fuera de casa, niños incluidos, y parece que lo hacen no solo sin despeinarse, sino que encima les da tiempo de hacerse más de un photocall (por el que cobran, por cierto), con lo cual la María, o el José de turno, que se tengan que quedar en casa, llevan además de la escasez con la que viven, una especie de lupa que les aumenta la sospecha de no hacer todo lo máximo que puedan para “moverse” más.

Lo peor de la última campaña electoral fue precisamente lo que no se dijo, pero se mostró en un primerísimo primer plano. Esa Begoña Villacís que en un pispas había parido y en dos o tres días ya aparecía con el cochecito de su bebé, desfilando junto a gentes de su partido en un gesto de aparente normalidad, pero cuidado y medido al máximo.

Eso me recordó a lo que ocurría en la empresa en la que trabajé durante muchos años. Los jefes, aparentemente, nunca cogían vacaciones, cosa que al currito de turno intentaban hacerle chantaje emocional, y crearle una especie de cargo de conciencia. Ellos, sin embargo, siempre estaban en ferias y reuniones en muchas partes del mundo. Y cuando volvían, lo hacían semanas después, luciendo presunto moreno de cuatro o cinco estrellas y un humor libre de cualquier tipo de estrés…

No es lo mismo tener que batirse el cobre todos los días, que ser el propietario de las instalaciones donde lo haces, además del cobre mismo. 

Lo peor de todo no es, como dirían en mi pueblo, “que te la quieran dar con queso”, sino que estén convencidos de que eres tonto y vas a tragar con todo. 

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 13 de enero de 2016

¡UN BUEN COMIENZO!



Quizás hoy sea el día en el que más claro ha tenido este vecino del mundo el cómo comenzar el post de hoy…

Como decíamos ayer, tan solo ayer, el mejor guionista en España es el destino. 


Hoy seguro que muchos periodistas ya tendrían la crónica medio preparada, anticipándose al día, hablando del nombramiento de Patxi López como Presidente del Congreso, e incluso los más osados ya habrían preparado una oda a lo bien que le sienta el color rojo de los sillones a la piel del  portugalujo, que es el primero, además, en ser nombrado Presidente sin pertenecer al partido más votado.


Sin embargo, si cada día puede tener su palabra que puede resumir la jornada, hoy claramente, las dos palabras candidatas son una gran sorpresa. 
Por un lado podemos tener la palabra “conciliación” ante la aparición de la diputada Carolina Bescansa con su bebé, Diego, de seis meses, en su escaño, al que incluso, nada más comenzar la sesión, ha dado de mamar. (¿Cuánta metáforas se habrán hecho sobre mamar del Estado? Lo del pequeño Diego al menos ha sido en el mismo hemiciclo, lo cual es un buen comienzo para él) 
Y por el otro, quizás, una palabra muy mentada ha sido la de “postureo”. En este caso, al menos, ninguna de las dos debe de excluir a la otra sino que la complementa.


¿Que puede haber postureo en la decisión tomada por la diputada de Podemos? Sin duda. Pero imaginaros que por razones de trabajo, tenéis que  ir a la localidad americana, norteamericana concretamente, de Niágara. Pues ya que estás allí, currando, aunque sea por un día, pues te acercas a ver las cataratas. Y esto es lo que ha hecho una inteligente, sin duda, Carolina Bescansa, “ya que me van a ver, voy con mi bebé y que se visualice no a mi niño, que también, y que recordaré a los fotógrafos el pixelar la cara del menor, sino mostrar, al mismo tiempo, un gran problema como es el conciliar el trabajo, el/la que lo tenga, con su vida familiar”. Ni que decir tiene, que en varios momentos se le ha recordado gentilmente a la Señora Bescansa, que tiene a su disposición un servicio de guardería en las mismas instalaciones del Congreso. 


En nada ayudaron en su momento, no lo olvidemos, la actitud muy respetable, por supuesto, tanto de Soraya Sáenz de Santamaría como de Susana Díaz, que en muy pocas semanas, es otra opción, decidieron dejar a sus bebés en casa.


Ya se sabe, sin embargo, que cuando un problema no se hace visible, para la mayoría no existe. Y ahora ha quedado claro que haberlo haylo. Y es que con el aire renovado que han dado las últimas elecciones, al bajar, sin duda, la media de edad de los elegidos en el Congreso como consecuencia de los nuevos partidos, ahora parece no que los diputados sean más humanos, sino que “sus problemas” se pueden asemejar más a los nuestros. 


Al final va a resultar que los presentados por el hasta ahora Presidente del Gobierno, como la extrema izquierda que venía, va a resultar que son de carne y hueso, e incluso más,  y no como cierta diputada del anterior gobierno, que uno de los problemas que tenía la pobre, era que no sabía ni el número de coches que tenía en su garaje, ni la gama de ellos.


Si el día de hoy fuera una tostada, Podemos se la ha comido.



¡Un buen comienzo para un Congreso renovado!

*FOTO: DE LA RED