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lunes, 4 de diciembre de 2017

EL ASCUA Y SU CONTORNO



La mayoría de las veces no ocurren las cosas como las tienes planeadas, quizás por eso nos pasamos la mitad de la vida improvisando, intentando arrimar el ascua a nuestra sardina o a lo que queda de ella. Y las Navidades precisamente son, la mayoría de las veces, una muestra muy elocuente, un buen ejemplo, de lo que veías en ellas en tu infancia, y lo que ahora significan para ti. Lo que vendría ser el equivalente a tu sueldo pasado por Hacienda, que se queda en nada.

Quizás la vida es una tragicomedia y depende siempre hacia dónde pones el foco y enfatizas. Estos días también, son un ejemplo. Nieves en el País Vasco al menos, y conviene no agobiarse, no ver la parte negativa, sino el manto de belleza con el que muchos paisajes se han despertado.

Pronto comenzarán los informativos con esas noticias que ya están preparadas y que hacen que la mitad, sino más del “Telediario”, ya esté pre-programado. Las mejores marcas en deportes, los peores accidentes, los famosos que este año nos han dejado...

Sinceramente, este vecino del mundo con el empacho de todo que ya lleva dentro, y especialmente político, y que se imagina que es como el del común de los mortales, en este año terrible, quizás solo necesite una sonrisa cómplice de sus personas amadas, y una lenta caricia de comprensión.

Ya el ascua y las sardinas intentaremos arrimar en otro momento. Ahora son tiempos de estar con los tuyos, y especialmente sentir que lo son.
Deben de primar las personas, y no la acumulación de cosas.

Siempre me han encantado esas fotos invernales, llenas de niebla, en las que más que ver el paisaje, se intuye, hace falta incluso un acto de fe, pero sabes que está ahí. Lo mismo ocurre con los tuyos, con tu familia, con tus amigos. En las nieblas de los problemas, en el frío de la soledad, en cualquier momento aparecerán, y si no tú mismo debes de encargarte de llamar a su puerta.


Hay llamadas que en sí mismas son un acto de amor. Hagámoslo.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 3 de noviembre de 2016

...Y AL FONDO, UNAS GAFAS ENSANGRENTADAS



Si algo tiene de bueno haber creado un blog, o como en el caso de este vecino del mundo, incluso dos (http://trazosyhuellas.blogspot.com.es/), es que te obligas a tener la materia gris, como diría el bueno de Hércules Poirot, preparada para hablar de un tema cada día, dos días, o cuando las musas se apiaden de ti, y crean conveniente aparecer.  Porque ven que estás preparado pero el tema no llega, aunque estés, como  los cursis,  pedantes, o del postureo fácil dicen, en plena catarsis. Y debido a tu propósito del blog, de vez en cuando te sorprendes con pensamientos que no te los dices a la cara mientras te estás afeitando ante el espejo. Esas verdades del barbero.


Hoy me he acordado de esa frase que un día oí y que, quizás por la edad que entonces tendría, me pareció liviana o prácticamente anecdótica, y que hoy me ha enganchado y bajado las pulsaciones hasta un estado casi catatónico: La vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes. E indagando posible autoría, hoy los dioses de internet estaban todos conformes, y se la han dado a John Lennon. Ya solo por una frase tan redonda hubiera merecido la pena su existencia.


La vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes, y normalmente el destino, muchas veces en forma de crisis, te lo moldea hasta casi dejarlo irreconocible. ¡Vamos! Que si de rodar un proyecto cinematográfico se tratara, te han cambiado prácticamente todo el casting, y no te queda dinero ni para rodar con principiantes.  ¿Y del guión?  Sólo queda la idea original, que no da ni para un “cortometraje”. Pero ya se sabe, que nosotros, los españoles, si por algo destacamos (sí, por nuestros tacos e improperios, cantidad y calidad, también, pero hoy me refiero a otro tema) es por nuestra capacidad de improvisar.


El único pero es que “improvisamos”, no por decisión propia sino porque los que nos rodea nos obliga a ello, o bien pensado en el ADN de improvisar está esa expresión tan española, y que me perdonen por la ordinariez, de “que no te queda más cojones”.


“La vida es eso que pasa mientras tú haces otros planes”, y a este vecino del mundo le quedan cinco minutos de que alguien, siempre mucho más joven, le incluya en alguna lista de la tercera edad. Mientras que a ti todavía te parece que todavía llevas encima algún grano del arroz que te lanzaron el día de tu boda, y, en realidad, hasta aquellas fotos ya están amarillentas…



Y sólo caes en la cuenta de que el tiempo pasa para todos, cuando muy de vez en cuando vuelves a tus raíces, y las arrugas de tus amigos de entonces, te advierten de que si tú les ves así, ellos te pueden ver a ti peor. Y que de John Lennon, de aquel moderno melenudo, y rompedor, solo quedan, y no es pocos, sus canciones, y su bondad reflejadas en ellas. Y el recuerdo que muchos todavía tenemos de él, antes de que un desgraciado, del que nunca diremos su nombre para que no pase a la historia, tuviera otros planes, y los impusiera a la fuerza…


*FOTO: DE LA RED