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lunes, 4 de diciembre de 2017

EL ASCUA Y SU CONTORNO



La mayoría de las veces no ocurren las cosas como las tienes planeadas, quizás por eso nos pasamos la mitad de la vida improvisando, intentando arrimar el ascua a nuestra sardina o a lo que queda de ella. Y las Navidades precisamente son, la mayoría de las veces, una muestra muy elocuente, un buen ejemplo, de lo que veías en ellas en tu infancia, y lo que ahora significan para ti. Lo que vendría ser el equivalente a tu sueldo pasado por Hacienda, que se queda en nada.

Quizás la vida es una tragicomedia y depende siempre hacia dónde pones el foco y enfatizas. Estos días también, son un ejemplo. Nieves en el País Vasco al menos, y conviene no agobiarse, no ver la parte negativa, sino el manto de belleza con el que muchos paisajes se han despertado.

Pronto comenzarán los informativos con esas noticias que ya están preparadas y que hacen que la mitad, sino más del “Telediario”, ya esté pre-programado. Las mejores marcas en deportes, los peores accidentes, los famosos que este año nos han dejado...

Sinceramente, este vecino del mundo con el empacho de todo que ya lleva dentro, y especialmente político, y que se imagina que es como el del común de los mortales, en este año terrible, quizás solo necesite una sonrisa cómplice de sus personas amadas, y una lenta caricia de comprensión.

Ya el ascua y las sardinas intentaremos arrimar en otro momento. Ahora son tiempos de estar con los tuyos, y especialmente sentir que lo son.
Deben de primar las personas, y no la acumulación de cosas.

Siempre me han encantado esas fotos invernales, llenas de niebla, en las que más que ver el paisaje, se intuye, hace falta incluso un acto de fe, pero sabes que está ahí. Lo mismo ocurre con los tuyos, con tu familia, con tus amigos. En las nieblas de los problemas, en el frío de la soledad, en cualquier momento aparecerán, y si no tú mismo debes de encargarte de llamar a su puerta.


Hay llamadas que en sí mismas son un acto de amor. Hagámoslo.

*FOTO: DE LA RED

jueves, 10 de octubre de 2013

FASTIDIANDO LA FOTO

Ayer tras enterarse este vecino de las palabras de Montoro en el Senado diciendo: Los sueldos no están bajando en España, moderan su crecimiento, vinieron a su mente las imágenes de hace unos años, cuando este vecino acompañado de su madre, muy pequeñita dicho sea de paso, paseaban por un pueblo costero del este de la península, cuando un turista extranjero, es decir un guiri de los de toda la vida, intentando adelantar a su madre durante medio minuto, por una calle estrecha en medio de un mercadillo, al conseguirlo y con un tono de irritación le espetó: “señora pequeña ”,  mientras llenaba cada sílaba de odio concentrado.
Este vecino, muy metido en su labor de hijo, de los de toda la vida, le dijo: “amatxo, tu tranquila, no es que seas pequeña, es que los extranjeros son muy largos”.
Hace ya tiempo, este vecino estaba convencido de que el todavía gobierno del Señor Rajoy, vivía en un mundo paralelo, y sin embargo últimamente estoy convencido de que ellos piensan, en realidad, que su gobierno es “para lelos”, o al menos así nos tratan, porque lo de ayer, lo de “moderar su crecimiento” tiene más guasa todavía que las palabras de Lady Cospedal explicando un “despido en diferido”.
Lo único que nos queda es esperar a las próximas elecciones, y que el número de los votantes favorables al todavía partido en el gobierno suba en proporción a los sueldos de este país, es decir que sufran una estrepitosa caída.
Los ministros de este gobierno actúan como malos magos, intentando llevar nuestra atención por otros derroteros para así poder sacar el conejo de la chistera, sin que se note el truco. El problema es que no hay ni conejo, ni chistera, porque el último que estuvo en el “taller del mago” se llevó lo que quedaba, y solo hay un grupo de caraduras que intentan convertir este país en su cortijo, porque ellos se han criado como señoritos, y el cortijo es el decorado que va a redondear la foto. Esa foto que intentan sacarse cada día, pero que siempre hay alguien del pueblo, en un segundo plano, que les pone los dedos de “cuernos”, para recordar que, aunque en un segundo plano, este pueblo sigue contando, además de seguir pagando.


*FOTO: DE LA RED