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viernes, 16 de enero de 2015

MARISA PATAKY Y LA MODERNIDAD

Mi vecina, Marisa, que tiene graves problemas con procesar todas las noticias de los medios de comunicación,  y nos está volviendo locos. Es una versión de Don Quijote, pero con rulos. Es decir, tanto cotilleo y maneras de famoseo casposo le han vuelto hiperactiva, y por el contrario, al resto de la comunidad nos están llevando por el camino de la amargura.
Lo último, es que quiere escribir sus memorias, que si la Esteban lo hizo, que ella no es menos, que sus líos amorosos los tiene que conocer todo el mundo, y me imagino que así ella también, porque como se decía antiguamente, que sepamos nosotros, Marisa no ha conocido varónEstá en trámites con Aldo, un senegalés que hace todo tipo de chapuzas en la comunidad, para que le sirva de “negro” escribiendo el libro. ¡La pobre! Oye campanas, y no sabe dónde. Ella lo de negro lo ha oído, y lo adapta a su manera.
Lo tiene muy claro, quiere publicar su libro mediante, porque está muy enterada, el “crou funding” ese de marras, y quiere que todos colaboremos. El que coopere con veinte euros ya tiene el libro asegurado, y si lo haces con treinta, te lo dedica individualmente.
También ha adaptado a su manera el photocall, o como dice ella el “fotocol”. Llevamos varios días con una especie de biombo, en la entrada del portal, con publicidad de las tiendas de la zona, y como no ha contratado ningún fotógrafo profesional por falta de “crou funding”, ella misma cada vez que baja para algún recado, o viene de regreso, se saca unos cuantos “selfies” con el teléfono móvil que le regalaron sus amigas. Ayer cuando bajaba a media mañana vi que se estaba haciendo un “pataky” y tenía el cuello tan retorcido que no le dije ni media palabra para evitar que al intentar mirarme se pudiera desnucar. Entonces me dí cuenta el por qué, desde hace un tiempo,  los vecinos se refieren a ella como Marisa Pataky.
Además, como no podía ser de otra manera, se ha empeñado en que mujeres como ella no son nada, si no intentan realizarse, y por eso, ahora, se quiere dedicar a diseñar joyas, que si otras lo hacen ella también. Y en uno de los cruces por la escalera, me ha mostrado unos dibujos que llevaba en una carpeta. Eran diseños, o cuasi diseños, para una colección de broches. Todos  tenían en común el lema “La tercera edad mola”, y esa leyenda en mayor o menor medida aparecía en todos los bosquejos. 
En uno de los dibujos más graciosos, estaba la silueta de una pareja besándose, él con bastón y ella con andador. Éste último modelo quiere que ya esté a la venta para el día de San Valentín, dice que seguro que causará furor en los hogares de jubilados de toda España.
Ya para terminar diré que en lo último en que se ha embarcado es que quiere lanzar una plataforma de “Podemos”, porque a ella le encanta el “coletas”, y nos está poniendo el color morado no solo en la instalación del “fotocol”, sino  en toda la escalera. Dice que eso del veintiuno por ciento del IVA cultural es inviable, y junto al biombo de entrada, en el portal, ha colocado una diana con la cara del ministro Wert, y al que haga tres dianas seguidas, pagando, naturalmente, le regala, cuando se edite, uno de sus libros.
No sé si tenemos una comunidad de vecinos, o un parque temático…

*FOTO: DE LA RED

lunes, 2 de diciembre de 2013

LLAMANDO AL NOTARIO

Y ya estamos en Diciembre. Y ni debo de comer turrón porque no debo de desgraciar más la báscula, ni he oído todavía un villancico. 
Aquí en Donosti, al contrario de nuestros vecinos bilbaínos, todavía no hemos encendido las luces por aquello de que la tradición manda encenderlas un poco más entradito el mes, aunque visto lo visto en los últimos años, prácticamente te tienes que convertir en Sherlock Holmes para detectar las luces navideñas.
Y es que nos regimos por tradiciones. Ahora hay que hacer esto y mañana lo otro. ¿Qué pasa si me lio la manta a la cabeza y salgo con una zambomba cantando a la calle?
Pues como mínimo me dirían que no soy euskaldun de pura cepa, ya que la zambomba no es vasca. En cambio, si tocara el txistu…, pues eso ya es otra cosa, haría patria.
El otro día estaba pensando en casa, que por cierto llamé al notario para que certificara que en algún momento de mi vida, he llegado hasta a pensar, y decidí que el oficio de escritor cada día está peor considerado. Antes, prácticamente ser escritor equivalía a pasar hambre, ahora es pasar vergüenza. Y es que en teoría ya cualquiera escribe un libro: David Bisbal, Belén Esteban…
Me los imagino en casa un día, sin ningún photocall que llevarse a sus espaldas, y nunca mejor dicho, y de pronto como a aquel que le da por ir a buscar setas, deciden: -Voy a escribir un libro.- Y para no tener que andar preguntando por ideas, deciden hacerlo sobre su vida.
Lo primero que se le ocurre a este vecino del mundo es que antes de que escribieran su libro, les tendrían que explicar cómo es un libro, cómo se coge con las manos, se abre, e incluso se lee, y dónde se vende.
Bueno, y ahora en serio, en realidad están creando puestos de trabajo, y me imagino que en negro, sino no se me ocurre el por qué se les llama “negros” a los que hacen ese trabajo, que en teoría, además, no existe, porque los famosos dicen que han sido ellos los escritores. Entonces el verdadero escritor del libro cuándo cobra, bajo qué concepto lo hace, y quién le paga. Aunque eso son preguntas que me imagino ni Iker Jimenez me podrá contestar. Y es que por una vez que pienso…Buenos mal que he llamado al notario, porque de lo contrario, nadie me iba a creer.

*FOTO: DE LA RED