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viernes, 21 de junio de 2019

LA TEORÍA DEL TIEMPO CHICLE


Con el tiempo te das cuenta que al final de una juerga, y en torno a la ¨última copa", se suelen decir verdades tan grandes y sólidas como templos. Ayer, sin ir más lejos, me acordé de Koldo, el de la cuadrilla, cuando con lengua de trapo (empapada en alcohol, naturalmente) me dijo aquello de que "El tiempo no deja de ser un chicle que se puede estirar y encoger a conveniencia, todo depende del interés que le pongas a cada instante".

Lo dicho, ayer me acordé de Koldo, y hasta de su prima, cuando en solo tres pisos, en el ascensor, Mari Puri (precisamente "la del tercero") me dijo, entre otras muchas cosas, que este año estaba pasando mucho tiempo ya para que al marido de La Pataki, Don Chris Hemsworth, no le hubieran nombrado todavía "Tambor de oro" por sus declaraciones a una revista internacional, pero en su versión española, en las que confesaba que tras Australia, de dónde él es originario, Donosti sería la ciudad en la que le gustaría vivir.

Entre el segundo y tercer piso conseguí colarle mi opinión, y le dije que sinceramente los oasis conviene quedárselos para uno mismo, porque de lo contrario dejan de serlo.

Creo que a Mari Puri le faltó un piso para arrebatarle ese premio que todavía no le han dado al Señor Hemsworth. Y es que todo es opinable y hasta argumentable, y más cuando en un momento dado se ha puesto el listón a cierta altura, especialmente de la repercusión mediática de sus declaraciones, y te viene un mocetón de más de uno noventa y te hace trizas las expectativas, lanzando el martillo de su opinión tan lejos que si no se agacha le pega en la nuca.

En momentos así, cuando tres pisos, y en virtud de la teoría "tiempo chicle" de Koldo, se te hace un viaje exageradamente largo, doy gracias por no vivir en el último piso del Empire State.

*FOTO: DE LA RED

miércoles, 11 de enero de 2017

LA CASA KOXKERA DE TÓCAME ROQUE


Como blogger, o bloguero, siempre he evitado el ser víctima de un arrebato, y escribir “opinio-sentimientos” de los que, al muy poco tiempo (el mismo día) pudiera arrepentirme. Por eso, y lo he dicho más de una vez en este blog, procuro dar a alguna noticia que me salpica a los ojos o al corazón, un margen de seguridad, o como frecuentemente se utiliza ahora,  ejercer un cordón sanitario”, de unas dos horas, en las que se me vaya enfriando la boca, y  “largar” menos de lo que haría “still hot”.

Y hoy, con el asunto del Tambor de oro 2017, y dárselo o no a Angels Barceló, no es que me he “calentao”, sino que he estado más abrasado que San Lorenzo en su parrilla.

Vayamos por puntos. Como este blog suele leerlo gente de muchos lugares, primero vamos a aclarar conceptos:
¿Qué es el “Tambor de oro”?
Es el máximo galardón con que la ciudad de San Sebastián / Donosti distingue cada 20 de enero, festividad de San Sebastián, en una ceremonia que tiene lugar durante la Tamborrada infantil en el Ayuntamiento, a una persona, física o jurídica, que ha promocionado la imagen de la ciudad. En los comienzos, el galardonado no podía ser nacido en Donosti, pero con el tiempo, en 1986, ésto fue modificado, y así al poco tiempo se le pudo dar, por ejemplo. a Iñaki Gabilando.

En otras palabras,  el tambor de oro va muy unido al buen nombre y promoción de la ciudad. Y lo que se ha creado desde hace dos días, cuando transcendió que el galardón de este año era para Angels Barceló, ha sido de todo, menos ejemplo de cordura.

En Donosti tenemos un gran problema desde siempre, y es que todos tenemos razón. Y somos más de no dar ideas, y cuando se acepta la de alguien, es cuando todos los demás corremos a dar nuestra opinión, eso sí, con carácter de no ser la más acertada, sino la única.

Si el Ayuntamiento, o Consistorio, debiera actuar bajo la imagen de una familia bien avenida, aunque luego limpien los trapos sucios en la intimidad de su hogar, ha actuado, una vez más, como la famosa casa de Tócame Roque, aunque en esta ocasión, en versión Koxkera.
 
No es de recibo otorgar algo y que se haya hecho eco toda la sociedad, y auque faltara una póliza, quitárselo. Luego diremos que los vascos somos personas de palabra… Y eso al margen de que seas de la opinión a favor de Angels Barceló o no, quien está claro que se ha encontrado con un buen pastel sin comérselo ni bebérselo. Y ya se sabe que en Donosti, ni comer ni beber no entra en la lógica.

Seamos serios, en Donosti tenemos el “marco incomparable” porque ya venía en el pack, de lo contrario, entre mirarse el propio ombligo, por parte de cada uno de los partidos que componen el firmamento consistorial y que solo se preocupan de oponerse, y de crear comisiones a favor, y sobre todo en contra, el conseguir cualquier objetivo para la ciudad es más difícil que embarcarse tras la búsqueda del unicornio azul.

Para conseguir el Estadio de Anoeta, si mal no recuerda este vecino, y habla de memoria, inaugurado en Agosto de 1993, se empezó a mover el tema desde que se concedía dinero para “arreglar” Atocha, para los mundiales de 1982, pero se quería ese dinero, para “hacer otras cosas más importantes”, y , claro está, sólo se daba para ese cometido, por lo que, al final se tardaron ocho años más en conseguir el nuevo campo, y bajo la promesa de que también se utilizaría, como pista deportiva, porque de lo contrario no hubieran obtenido los fondos necesarios.

Y la Odisea de la Estación de Autobuses  duró …más de treinta años, y que desde el primer momento de la inauguración ya era, en opinión de este vecino del mundo, pequeña
 (http://patxipe.blogspot.com.es/2016/02/estacion-espacial-donosti.html).                                                                                                     

Uno, este vecino del mundo, que ya no baja de los sesenta, hace mucho tiempo que llegó a la conclusión de que el peor enemigo del donostiarra es otro donostiarra, o incluso él mismo.

Aunque ahora todos los del consistorio se hagan los suecos, seamos serios, lo de “Capital Europea de la Cultura 2016” ha pasado sin pena ni gloria, porque el partido político que consiguió ese objetivo ya no estaba en el poder, y a los demás les importaba, lo que han demostrado, nada.

Ni aprendemos del pasado, ni queremos aprender. Eso sí, tenemos una ciudad muy bonita para ese turismo de calidad tan deseado, pero que, seamos serios, ellos vienen, si vienen, para unos días, y los que se enfrentan con esos precios, también de lujo, somos nosotros, los curritos de a pie.
 
¿Que no se puede hacer otra cosa? Sí, hay lugares, Canarias como ejemplo, que en las tiendas tienen dos precios, aunque no sean oficiales, uno para los habitantes, y otro para los turistas.
¿Que es feo? Peor ha sido lo que se ha hecho con Angels Barceló, y todavía sacaremos pecho. Y que conste que aunque la Señora Barceló me parezca una profesional como un pino, y a la que escucho muchas noches, no tenía el menor interés en que fuera, o no, Tambor de oro. Pero ese feo, no se hace. Y para más inri, al final, el galardón de este año queda desierto. Una especie de "entre todos lo mataron y él solo se murió", "el balón es mío y si no juego lo rompo", o mantener actitudes de cara a la galería.
 
Hoy más que nunca es para recordar el especial de esta pasada Nochevieja de Don José Mota, y su sketch en el que los políticos españoles supervivientes de un accidente aéreo, prefieren permanecer en la isla a ponerse de acuerdo en quién se va y quién se queda en una barca que tenían preparada para salvarse. Es una buena metáfora de nuestro presente, e incluso en el caso de nuestra querida Donosti, se pudiera considerar un auténtico plagio, porque nos retrata a las mil maravillas...

Al final, no sé si ha servido de algo lo del cordón sanitario. Pero, por lo menos, a este vecino del mundo no le saldrá una úlcera por la mala leche acumulada hoy.
*FOTO: DE LA RED.

lunes, 1 de febrero de 2016

BRUCE SPRINGSTEEN, AMOR POR NUESTRO JEFE




En Donosti prácticamente acaba de empezar lo de la “Capitalidad europea de la cultura 2016”,  y ya nos estamos echando los trastos a la cabeza  para ver quién tiene la culpa de esa, por decirlo de alguna manera, confusa ceremonia de apertura. Ya se sabe que el éxito siempre tiene cien padres y la derrota es huérfana, como dijo Napoleón Bonaparte, y aquí todavía se está deshaciendo, el que tuviera el libro de familia de tal ceremonia, para que nada le apunte a él.


Teniendo en cuenta que “la cosa”, la capitalidad, va a durar un año, pronto le parece a este vecino del mundo lo de  repartir mamporros a diestro y siniestro. Y por otro lado, prácticamente está pasando desapercibido la buena nueva de que este próximo mayo (el contrato al parecer ya está hecho) a falta de cerrar el día exacto, habrá otra nueva actuación del “Boss”.


Quizás, se deberían plantear los organizadores,  que detalles de capitalidad cultural son también éstos. Que un americano tan donostiarra como Bruce Springsteen vuelva a tocar aquí, no es fruto de la casualidad. Nos quiere y le queremos. Con las veces que ha venido, unas a tocar, y otras porque actuaba en algún lugar más o menos cercano, y prefería estar alojado aquí, nos ha presentado a toda su familia, incluyendo su madre. Y nosotros todavía preguntándonos eso de si son galgos o podencos.


Remedando hasta cierto punto las palabras de otro norteamericano, John Fitzgerald Kennedy, no nos debemos de preguntar qué puede hacer Bruce Springsteen por nosotros;  sino debemos preguntarnos qué podemos hacer nosotros por Bruce.


Aunque se diga que no le gustan al boss cierto tipo de reconocimientos, darle el Tambor de Oro sería, más que merecido, justo. ¿Que no pueda venir él a recogerlo el día de San Sebastián qué problema supone  para una Donosti de aldea global? 


Se manda una delegación donde él esté en ese momento, y conexión vía satélite se le hace saber todo lo que le queremos. Y para callar a esos que critican todo y por todo, se les puede decir eso de que sería la mejor publicidad a nivel mundial para nuestra ciudad.


Y es que, en el fondo, no sabemos vender nuestras cosas. En eso, y ya lo he dicho en más de una ocasión en este blog, nuestros vecinos, los bilbaínos, nos dan cien vueltas.


Si para darle el tambor de oro, hay que vestir el discurso de bilbainada, pues se viste y punto. Algo así como: Bruce Springsteen se merece el tambor de oro por ser capaz de preparar una gira a nivel mundial, con tal de tener una excusa para visitar nuestra querida Donosti una vez más.


Seguro que entre bromas y veras, tanto nuestro querido Bruce como nosotros, sabremos, en nuestro foro interno, que es la pura e irrefutable verdad.


*FOTO: DE LA RED