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sábado, 1 de septiembre de 2018

...A MEDIA ASTA, LOS OJOS



Pues eso, que comienzo el nuevo mes, o mejor dicho, abandono agosto porque ya llevo tres días con mi ojo izquierdo a media asta, llorando todo el rato y dando una visión, y nunca mejor dicho, de mí de lo más contradictoria. 

No se sabe si estoy triste, o si voy o vengo. Como se dice ahora cuando especialmente hablamos de dinero o de trabajo "y podía ser peor". Porque si con estos ojos tan contradictorios estuviera en esa plaza de Vic en la que el Ayuntamiento reproduce consignas independentistas por megafonía seguro que me la cargaba, porque tanto los de un bando como los de otro se meterían conmigo pensando o que la situación me embargaba o me irritaba.

Quizás incluso, mis ojos ahora mismo pueden ser toda una metáfora de cómo está nuestro panorama. No se sabe si reír o llorar. Este vecino del mundo siempre ha sido muy optimista, y precisamente por ello, quizás ahora mismo, de hacer algo, conviene llorar un poco, entre otras cosas porque así eso que te llevas por delante en caso de disgusto inesperado, que ya llevas el rodaje hecho.

Si tuviera que poner fecha o causa a mi problema de ojo lloroso, o indeciso para sonreír, quizás fuera hace unos cinco días cuando saliendo de mi zona de confort veraniego, ya que tenía que arreglar los papeles de una compra, y con un sol que quería tatuarme la piel con su nombre, entré para tomarme una Fanta de naranja, en un bar totalmente desconocido para mí  y diciéndolo sutilmente,  de esa manera poder visitar al Señor Roca…

Estaba en éstas cuando de pronto veo una maquinita de esas que antiguamente, cuando este vecino era joven (porque posteriormente no las había vuelto a ver), te vendían preservativos y caramelos aprovechando sus dos ranuras. Sin embargo, casi mi cabeza me da vueltas al más puro estilo “exorcista”, al comprobar que ahora vendían los consabidos preservativos, aunque ya mucho más finos e incluso artísticos, y a su lado …unos tangas de diferentes colores. 

Como en el caso de los famosos perros de Pavlov, y también condicionado por la experiencia al creer que serían caramelos, este vecino ya solo al ver la maquinita comenzó a salivar, dando la impresión equivoca de ser un fetichista empedernido en busca de su ración diaria.

Quizás ese deseo de vivir eternamente que todos tenemos, no sea muy acertado a la vista de ese panorama anterior. Si esos cambios de costumbres me dejaron en fuera de juego por minutos , vivir eternamente te tiene que llevar a la contradicción más absoluta quizás en unas pocas décadas de diferencia.

Bien pensado, quizás no es buena idea que intente curarme del ojo lloroso, sino que en ciertos momentos siempre es bueno poder jugar a dos bandas. Y si no que se lo pregunten a cualquier partido político…

*FOTO: F.E. PÉREZ RUIZ-POVEDA

sábado, 27 de junio de 2015

26 DE JUNIO DEL 2.015, DÍA PARA NO OLVIDAR

Este vecino del mundo hoy está muy triste.

Con días como el de ayer (cuatro atentados en cuatro países diferentes de tres continentes, con más de sesenta muertos y muchísimos heridos) se suele decir que es un día para olvidar, pero eso es precisamente lo que no hay que hacer, olvidar, lo cual no significa que nos dejemos llevar por nuestros instintos, muy al contrario.

Pero tampoco hay que olvidar el comportamiento de los medios de comunicación. Este vecino del mundo, que a medida que pasan los años no se acostumbra con las imágenes violentas, sino muy al contrario, aunque sean de una película y sepa que son fingidas, vivió ayer, y sin ser advertido, una orgía televisiva en el que se mezclaban imágenes de ayer mismo, en especial fotos de la playa en Túnez, con imágenes de reclutados terroristas tanto en acción como en entrenamiento.


Antes al menos, se solía advertir con la frase “las imágenes que vamos a emitir a continuación pueden herir su sensibilidad”, pero lo de ayer fue como un gran buffet de violencia en el que solo lo podías tomar, porque para cuando lo querías dejar ya había pasado todo concentrado.


El concepto histórico de “guerra” hace tiempo que cambió y ahora se utiliza por decirlo de alguna manera, y para que se le entienda  a este vecino del mundo, una especie de guerra de guerrillas, aunque las guerrillas estén compuestos por dos o tres individuos, que lo que en realidad buscan es eco en los medios de comunicación para que se amplíe el poder de sus hechos, y lo de ayer, vaya que sí se amplió…


Personalmente creo que las imágenes de gente ya inerte sobre la playa, en Túnez concretamente, creo que sobraban, y no solo por los espectadores, sino por esa misma persona y sus familiares. Y no me vale que luego se diga, como ocurrió en el 11M, que YA NO SE VAN A EMITIR MÁS, porque ya se ha hecho.


Ahora vendrá el típico listillo, mezclando churras con merinas y me dirá que voy en contra de la libertad de expresión, cuando es más que evidente que este vecino la está “usando” desde el primer momento, pero sobre todo las imágenes, esas que siempre se han dicho que valen más que mil palabras, convendría restringirlas, tanto por la intimidad de las mismas víctimas como por sus familias, porque en cierta manera se está haciendo el “caldo gordo” al autor de los atentados.


Este vecino del mundo ha estado de vacaciones en Túnez dos veces, con unos recuerdos impagables para con su gente, personas encantadoras y que no solo te ayudan por un punto crematístico, sino que son buenas personas, en el mejor sentido de la palabra “bueno”. Por eso, los hechos acaecidos ayer le duelen doblemente, porque se supone que todos pertenecemos al mismo género humano, se lleve armas o corbata.


*FOTO: DE LA RED

jueves, 18 de julio de 2013

ENGARZANDO AIRE

Está saliendo un sol prometedor, como cuando una joven rubia te guiña un ojo en un gesto picarón, y sin embargo, este vecino se acaba de quedar triste, muy triste.
Acabo de leer una noticia de esas que se escaparán a la mayoría de los lectores porque, quizás, no sea para abrir informativos, pero si da qué pensar.
Siete obras maestras,  una de Picasso, dos de Monet, una de Matisse, una de Gauguin, una de Meyer de Haan y una de Lucian Freud.  sustraídas del Museo Kunsthal en Rotterdam en 2012, puede que hayan sido destruidas por la madre de uno de los posibles ladrones, de origen rumano. Esta señora ha confesado a la policía, que en la creencia de que si la autoridad competente no recuperaba los cuadros, nunca podrían inculpar a su hijo, los quemó en la chimenea de su cuarto de baño.
Las personas que me conocen, como muchos de mis lectores, saben de mis gustos pictóricos, y la auténtica aberración que supone, desde mi punto de vista, destruir unas obras maestras, en un auténtico gesto de egoísmo para con el resto de los mortales.
Hay artistas cuyo fin en toda su vida es la búsqueda de la belleza, algo que es tan sugerente pero etéreo en su concepto,y que nunca conseguirán ni siquiera acercarse, y algunas veces, las menos, aún consiguiéndolo, no son reconocidos en vida.
Ha trascendido la foto de uno de los cuadros, “Waterloo Bridge”, de Monet, que en realidad es de una serie de cuadros que hizo en Londres, y es tal su exquisitez, y delicadeza, que es poesía pura, e incluso orfebrería, engarzando aire en el aire.
En cuanto este vecino se ha enterado de esta triste noticia, le ha venido al recuerdo, que es como una ventanilla de reclamaciones, imágenes de la película de François Truffaut, Fahrenheit 451, y de un mundo donde se destruyen los libros, y en el que se daba el caso de crearse una comunidad, en el que cada uno de sus miembros, se aprendía un libro de memoria, para que no se perdiera, para que no lo perdiéramos.
Lo dicho, hoy es un día triste, muy triste, al comprobar una vez más, lo muertos de sentimientos que están muchos, aunque no paren de moverse en todo el día.

*CUADRO: "WATERLOO BRIDGE", DE MONET



viernes, 10 de mayo de 2013

ALFREDO EL GRANDE

A media tarde la luz de mi corazón cinéfilo se ha fundido a negro. Se ha filtrado la triste noticia de la pérdida de alguien que era más que un actor, pues Alfredo Landa, para la mayoría de los españoles, ha formado parte de nuestra familia. Dependiendo de la edad del espectador, ha podido ser yerno, hijo, tío, novio, padre e incluso abuelo.
Como sus personajes, nunca quiso dar clases magistrales, aunque sus interpretaciones siempre lo fueron. Estaba hecho de una materia que solo podía ser moldeada por los sentimientos.
De las obras de teatro de aficionados en Donosti, que en realidad fue la base de todo su posterior trabajo, pasó a finales de los cincuenta a intentar abrirse camino como actor en Madrid, primero en teatro, y ayudándose del mundo del doblaje para ganar sus primeras pesetas y en algunas intervenciones televisivas, poco a poco en el mundo del cine.
En su primera incursión cinematográfica, “Atraco a las tres”, ya dio la talla de lo que se podía esperar de él.
Nos hizo creer que las suecas se volvían locas por sus huesos, y había que ser gran actor para ello, y que era el español medio de mediados de los sesenta/setenta. Es la denominada etapa del landismo. Y  de personajes nada serios en historias nada serias, pasó a hacer papeles importantes durante la llamada transición. Películas como “El puente”, de Juan Antonio Bardem y sobre todo las de José Luis Garci, “El crack” y su continuación “El crack 2”, en el papel de Germán Areta, en el que utilizaba su segundo apellido como nombre del personaje, nos hicieron creer en un nuevo Bogart, esta vez, y como siempre en Landa, “a la española”. Quien antes nos hizo reír, y casi sentir vergüenza ajena por las situaciones de sus personajes, se convirtió en adalid de la protesta que de una u otra manera todos íbamos sintiendo a finales de los setenta/principios de los ochenta.
Ha sido, y siempre será para nosotros, un actor que nadie creía que actuaba de lo bien que lo hacía.
Puntales en su carrera han sido películas como El bosque animado, La vaquilla, y Los santos inocentes, trabajo por el que recibió el premio al mejor actor en Cannes, ex aequo con Paco Rabal, en 1984. Sin embargo, uno de sus triunfos fue conseguir que con su apellido se definiera a un tipo de cine del que él fue su máximo exponente, 
Para este vecino, un gran papel suyo, en una interpretación valiente, y en una película que no es de las más conocidas, es “Sinatra”, una cinta de cine alternativo, dirigida por Francesc Betriu.
También aprovechó el filón de la televisión, y aunque le tentaron en numerosas ocasiones, cuidó al máximo sus intervenciones, y para este vecino del mundo su mejor trabajo fue en la serie “Tristeza de amor” en 1986, en la que encarnaba a un periodista encargado de un programa de radio en su franja nocturna.
Este vecino ha decidido titular este pequeño recuerdo como “Alfredo El Grande”, las mismas palabras que él permitió para el libro con su biografía, señal de que a él le agradaba.
Se nos ha ido en la peor época para el cine español. Y desde el fondo de mi corazón, quiero creer que no nos ha abandonado, sino que simplemente, como todo buen actor que se precie, ha hecho mutis por el foro.
Descanse en paz nuestro Alfredo Landa, con quien conseguimos creer que nosotros también podíamos ser héroes, aunque fuera por un solo día.
A media tarde, la luz de mi corazón cinéfilo se ha fundido a negro, y esta vez es para siempre.

*FOTO: DE LA RED