Con la suspensión de pagos por parte de Kodak, se pone fin no solo a un tipo de tecnología para capturar imágenes, sino a toda una filosofía de vida. Sacar una foto era una especie de promesa que se hacía realidad una vez que el laboratorio en cuestión tomaba parte activa y convertía la promesa en realidad.
En estos días todo se quiere para ahora, no se confía en promesas sino en realidades a todo color, y se ejerce de un dios de andar por casa, retocando imágenes en momentos en los que no estamos de acuerdo con la realidad que presenta la instantánea.
Hay fotos donde personas conocidas por todos, aparecen tan nuevas que lo único que les falta en la frente es el precio como producto nuevo que son.
Entre los dos tipos de retoques que se practican ahora, el de los programas de fotografía, y el retoque vía cirujano, la vida se está convirtiendo en una auténtica película de suspense en el que te pasas media vida intentando localizar esa cara que te suena pero a la que no pones nombre, porque las facciones han cambiado en una especie de carnaval para la eternidad.
Más de una vez ahora, te quedas dudando si esa mujer que tienes frente a ti, es que está enfadada o se ha puesto un cargamento de botox. La expresión estar de morros en la actualidad no tiene por qué ser exacta, y se puede dar la paradoja que la persona que te ha puesto de morros, encima haya cobrado por ello.
Volviendo al tema de la fotografía, hay momentos en que encontrar un mundo en blanco y negro, ejerce cierta presión en tu corazón y en tus sentimientos, y te da ganas de sumergirte en esa misma escena apenas recién ocurrida, y que no la viviste con la poesía con la que lo haces ahora.
La fotografía actual, quizás como característica de la época, también ha aprendido a mentir, y no siempre dice la verdad. Ahora se pueden ver paisajes con dos lunas, o a tí mismo hablando con tu hermano gemelo que nunca tuviste. Kodak, y otras marcas que murieron antes, lucharon por respetar la realidad y elevarla a arte conseguido por unos pocos.
Ahora hasta la fotografía se ha democratizado, pero muchas veces se confunde tocar la verdad, con retocarla, y es lo mismo que ocurre con la política, donde hay políticos con claroscuros, y a otros a los que se les saca los colores.
* FOTO: DE LA RED