Ayer se ha estrenado en nuestras pantallas, en las del ordenador naturalmente, digamos que un nuevo periódico, El Huffington Post, pero escrito directamente para internet, sin soporte en papel.
Con una corta campaña de publicidad, pero necesaria y eficiente, se ha presentado como en cierta forma un experimento. En realidad no es un periódico, sino una web, pero como se dice en mi pueblo “aunque la mona se vista de seda...”
No hay nada nuevo bajo el sol, salvo que los poderes fácticos, se van colocando, no importa en qué medio, para seguir repartiéndose el pastel, en este caso en internet.
Lo que ocurre es que internet es lo que ellos presentan... y más.
Internet es poder, pero también un púlpito desde donde expresar las ideas de cada uno.
En la red hay mucho francotirador y quizás eso intranquiliza a los dichosos poderes fácticos, por lo que están cambiando todo para que todo quede igual, y seguir repartiéndose el pastel, aunque no importa de qué pastelería venga, ni cuál sea su receta.
Ya muchos periódicos se han dado cuenta del futuro, y tienen su versión digital, llena de blogs, y para ellos, para los empresarios del periódico es jauja, pues una grandísima parte está compuesta por gente que trabaja en su blog por amor al arte.
Muchos “blogueros” utilizan las plataformas de los periódicos digitales para darse a conocer, y los empresarios tienen noticias para sus periódicos no solo sin costarles un duro, sino que encima ganan dinero con la gran cantidad de publicidad contratada.
Palabras nuevas como “followers” no deben despistarnos, porque son “los seguidores” de toda la vida, pero vestidos con una pátina anglófila para disfrazar de modernidad.
Se diga lo que se diga, un bloguero nuevo normalmente aportará puntos de vista nuevos, y en cambio “plumas” de toda la vida aportarán sus ideas de siempre, pero disfrazados con la dichosa pátina anglófila.
Avanzar no es disfrazar ideas de siempre con etiquetas en inglés, ni abrir la puerta de internet para encontrar las mismas caras que nos quieren catequizar aquí en la tierra.
Volviendo a la idea del comienzo, ayer se estreno en nuestras pantallas una película, pero resulta que la teníamos vista. El problema es que a partir de ahora nos querrán contar miles de películas los guionistas de siempre.
*FOTO: DE LA RED