lunes, 21 de mayo de 2012

CONFIESO QUE TENGO UN PROBLEMA

Desde hace un tiempo veo que tengo un problema, un gran problema diría yo. Uno de mis hijos es un “manitas”.

Me imagino que la mayoría de vosotros os preguntaréis cuál es el problema. Y espero que me podáis entender.

De un hijo se espera todo, y no se espera nada. Viene a este mundo con la esperanza nuestra de que todo le vaya bien y que consiga mejores cotas que nosotros, pero, y ésto es lo importante, de que todo vaya muy despacito. Además, tal como está ahora la vida en sí, más que despacito, la vida ahora no se mueve.

Mi hijo, éste en concreto, ya es mayorcito, no os vayáis a pensar que está en la edad del pavo. Éste mató al pavo hace mucho tiempo, y a disgustos, porque nunca ha hecho lo que se esperaba de él. Ni le gustaba el fútbol, ni salir de marcha. Una deshonra para la familia.

Se suele decir que un pavo está mosqueado en Navidades...ya me entendéis, sin embargo el pavo de mi hijo debía estar mosqueado siempre porque no hacía lo que se suponía tenía que hacer un chaval de su edad.

De todas las maneras, estoy muy agradecido de que naciera en la época que lo hizo, porque él es un manitas de los ordenadores. Si llega a nacer cincuenta años antes, su vida no hubiera tenido sentido.

Me lo imagino sentado en la misma silla y al lado de la misma mesa, esperando a algo para que su vida tuviera sentido, pero sin saber el qué. Como el sitio destinado en casa para la televisión, pero sin televisión porque todavía ésta no se ha inventado.

El único problema es que naciera después de Bill Gates, porque, de lo contrario, el nacimiento de todo el mundillo informático hubiera tenido lugar en el País Vasco.

Cuando se sienta delante de un ordenador, el sentido del tiempo cambia en él, se ralentiza, e incluso ya no tiene importancia.

En este momento está en paro, pero no parado, porque tiene un montón de “amigos” que luchan por sus servicios.

Además todo informático de alma, que no de carrera, en realidad es como un artista, tiene su punto bohemio y él no gira en torno al mundo, sino que el mundo se hace y se deshace cómo y cuándo él quiere.

Entrar en su habitación es llegar a otra dimensión. La cama y los muebles estar... están, pero el problema es dónde, porque tiene todo tipo de piezas, y de tamaños, desperdigados por la habitación.

No entiende que pueden llegar visitas a casa, que las hay, porque él es una especie de conseguidor, pues logra que algo inerte tenga vida propia. Y nosotros, la Nuri, mi sufrida, y este vecino del mundo, nos preguntamos lo que los demás pensarán de la educación que le hemos dado, a tenor de cómo tiene su habitación. No le importa ni que vengan visitas femeninas. Me imagino que pensará eso de que “quien me quiere, me querrá como soy”. El problema es ese, cómo es.

Y además, como es como de la familia para todo el mundo...., al de la familia no se le paga, y a mi hijo menos. Si le dan algo, le dan un detalle, y la vida está hecha de detalles, pero de muchísimos.

Ya me veo cualquier día de estos en la reunión de padres anónimos de hijos manitas anónimos, diciendo eso de que:
-Confieso que tengo un problema: Tengo un hijo manitas....

*DIBUJO: DE LA RED

2 comentarios:

  1. Ya veo que así "no sale de pobre". ¡Con la que está cayendo...! No somos nadie ...

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    1. ANABEL
      Como suele decir un amigo mío: No somos nada, y menos en pelotas... Y la economía actual nos ha dejado con las vergüenzas al aire.

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