Hace unos días colocamos aire acondicionado en el apartamento de Torrevieja, y todo ha ido como en el Edén entre Adán y Eva. Un mundo maravilloso, que ha durado dos o tres días, hasta que el demonio apareció con la manzana. Esta manzana ha tenido forma primero de sirimiri y luego de chubascos provenientes del aparatito en cuestión.
Tras la correspondiente visita de los técnicos se ha descubierto que una pieza de la bandeja que se balancea para dirigir el aire en su salida, está rota. El problema viene de que los técnicos están seguros de que ellos colocaron todo en orden, y nosotros, por nuestro lado, sabemos a ciencia cierta de que no hemos tocado nada.
Es una sensación rara y tensa la que sientes cuando te sabes bajo sospecha, porque entre otras cosas todo lo que puedas decir a tu favor suena a excusa.
Este vecino del mundo puede ahora comprender mejor a todos aquellos que por una u otra causa están en el ojo del huracán mediático, quizás perseguidos por algún rumor, o incluso difamación, que alguien en algún momento soltó, y que tú tienes ahora la sensación de que ellos se creen incapaces de terminar con él.
Espero que mañana al ir a comprar el pan no compruebe que la vendedora me mira con cara expectante, y mientras me alejo, oiga que le dice a su compañera: -Éste debe ser el violador del aire acondicionado.
Ya se sabe que los españoles somos muy dados a ir adornando, y consecuentemente deformando, la información que hemos ido recibiendo con el fin de tener nuestro minuto de gloria incluso entre nuestros amigos.
Muchas veces el saberse inocente no es suficiente, y necesitas un reconocimiento que normalmente la sociedad no te va a dar.
No sabemos cómo va a acabar el tema, pero si la marca del aparato carga con el gasto, pensará que lo hace en plan ONG “Frío sin fronteras” pues ellos estarán seguros que sus controles de calidad no han fallado, y en nuestra familia, por nuestra parte sabemos que no hemos tocado nada porque como no somos “manitas”, sabemos que siempre nos debemos de mantener alejados de todo aquello que pueda presentar más pronto o más tarde algún problema.
La clave como siempre está en la credibilidad, y la gente de a pie siempre tiene suficiente credibilidad para comprar algo; para todo lo demás está por demostrar.
*FOTO: DE LA RED