Mediante una película nos enteramos de la existencia del denominado “Turista accidental”, siendo denominada de esta manera, toda persona que viajando por motivos de trabajo, aprovecha su tiempo libre para conocer la zona a la que le ha tocado desplazarse.
Estos tiempos que nos ha tocado vivir, bien sea por la dificultad en el trabajo, o por los cambios en los usos de las parejas, desde hace tiempo también ha aparecido el “Rodriguez accidental”, especie a la que tengo el gusto de pertenecer.
Con este nombre este vecino del mundo intenta denominar a toda aquella persona, varón o hembra, aunque preferiblemente el primero, ya que la segunda normalmente disfruta permanentemente de la grey infantil, que por distintos motivos, sea por las dificultades en encontrar trabajo, o por su actual posición sentimental, pasa mucha parte del año en soledad.
Estos días he estado practicando lo de ser Rodriguez, y en realidad es una paradoja de la vida porque piensas que vas a hacer tantas cosas estando solo, y al final..., más de lo mismo.
A medida que se va acercando la fecha, y ya se va a romper la soledad, es cuando empiezas a maquillar el panorama del piso. Porque seamos sinceros, a nosotros no nos importa el sitio donde se encuentra cada cosa en un momento dado, porque se busca y ya está.
Este vecino del mundo practica el libre albedrío, y no le importa que los objetos de su casa lo practiquen también.
Sin embargo, ellas tienen que tener cada cosa en su sitio, yo creo que tiene que ser por miedo a que nos tropecemos nosotros, por aquello de la única neurona y el hacer dos cosas a la vez; porque unas alubias estén en su sitio, o en el del chocolate, seguirán siendo unas alubias, digo yo.
A medida que la sufrida se acerca al hogar, la decoración de las cosas está cambiando a toda velocidad, y van apareciendo aquellos calzoncillos que no encontrabas desde que los habías comprado.
Es que a quien se le ocurre buscar los calzoncillos en el cajón de la ropa interior. Eso no tiene gracia.
De todas las maneras, a este vecino no le duelen prendas en reconocer que con una pareja al lado, la brújula de la vida siempre marca el norte, porque sino muchas veces nos íbamos a perder, o a echar a perder, que para el caso...
*FOTO: DE LA RED