Una
de las ventajas, quizás la única, y muy en contra del interés del
gobierno, que te brinda estar en paro es que tienes mucho tiempo para
pensar, quizás, demasiado.
Este
vecino siempre ha pensado en lo voluble que es la ciencia, pues hoy
te dice que el aceite de oliva es excelente, y mañana te puede
decir que no tanto, que el bueno es el de girasol. Lo mismo ocurre
con el pescado blanco, y luego te dicen que el mejor es el pescado
azul.
Desde
mi atalaya y en los lunes, martes... al sol, este vecino del mundo ha
querido ver que mediante los dictados de la ciencia siempre se
intenta vender los excedentes que se tienen en esos momentos, o como
ocurre ahora, en tiempos de penuria, se descuelga la F.A.O. con la
información de que debemos de comer insectos como fuente “exquisita”
de proteínas, grasas y micronutrientes.
Los
que ya son de una generación que tenían como héroe a Don Miguel de
la Quadra-Salcedo, ya saben por sus aventuras en la selva, de las
bondades de todo tipo de insectos.
No
hay nada nuevo bajo el sol, y prueba de ello son los dichos que
existen, y que te relatan, en realidad, antiguas experiencias, para
que las nuevas generaciones aprendan de ellas. Y hay un famoso dicho
que nos recuerda que el que no se conforma es porque no quiere.
Esta
mañana, y en uno de los periódicos de más tirada de Guipúzcoa, se
vende a bombo y platillo, en primera página, como lo más de lo más,
que el Hospital Donostia ofrece la posibilidad, en caso de que el
parto haya ido bien, y tanto la madre como la criatura se encuentren
en excelentes condiciones, la posibilidad de un alta precoz,
como ellos lo venden, y mediante el cual a las veinticuatro horas
después del parto, existe la posibilidad de que los dos se vayan a
casa.
Lo
venden como lo más de lo más, cuando en realidad es un signo más
de los recortes, y hacen lo posible para aminorar todo tipo de
gastos. Lo que no te dicen, y ahora viene lo negativo, es que tras
ese alta y si uno de los dos, madre o hijo/a, se encuentra mal, solo
esa persona volverá a entrar en el hospital, separandolos
prematuramente.
Antes
si te querías ir a casa antes de tiempo, el hospital es lo primero
que te decía, para intentar disuadirte de semejante idea. Ahora lo
venden como novedad.
Pronto
venderán como novedad que no es obligatorio ir a urgencias cuando
uno se encuentra muy mal, que también se puede quedar en casa, y
así, además, es más fácil luego identificar el cadáver.
Blanco
y en botella...también puede ser cal.
*FOTO: DE LA RED
Lo de la separación prematura después del "alta precoz", es algo que, con ese nombre, se ve muy de venir y, que bien podría llamarse altas interruptus, al estilo de la inusitada denominación. En el mismo orden de cosas, las actuales bajas médicas se tratarían con el pomposo nombre de disfunción actil.
ResponderEliminarEn realidad, maestro de la pluma (sin segundas), yo entraba para decirte que si al decir la Ciencia es voluble queremos decir que "cambia de opinión", eso no es malo, en el fondo es una virtud. Lo que pasa que a mi entender cuando a algo se le tacha de voluble más bien suena a "veleidad en el ánimo", y eso ya no es tan bueno ni es la Ciencia, si no producto de algunas corporaciones, sociedades, y personas que pueden tener intereses creados en algunas actividades científicas más allá del propio conocimiento, que no te digo que no los tengan.
El riesgo, si me permites es confundir Ciencia con corporación. La Ciencia es un método, un conocimiento y una actitud, con el que gracias a su origen hace ahora unos 500 años, en su etapa moderna, nos ha hecho la vida más fácil (y más larga).
Un abrazo.
(Que bonito "El olor de la presencia", con una gran enseñanza al final).
Juan Manuel.
Para: Jose Manuel
ResponderEliminarLo bueno que tiene "internete" es que está abierto las 24 horas del día, y cuando estoy con las defensas bajas... de pronto, aparece un mensaje, como el tuyo.
Efectivamente,cuando me refiero a lo "voluble" que puede ser la Ciencia, en realidad estoy apuntando a las Corporaciones, que la utilizan para "barrer para casa" y dirigirnos a todos por el camino que ellos quieren.
Gracias también por el alago final. Los blogueros (me sigue sonando a "globeros", y algo de "globo" mental seguro que tenemos) somos, salvando las distancias naturalmente, como las estrellas de cine, que ruedan algunas películas meramente para pagar sus facturas, y otras en las que verdaderamente están interesados y que incluso las interpretarían prácticamente gratis. "El olor de la presencia", pertenece a estos últimos.
Un abrazo.