¿Los
señores políticos europeos se habrán dado cuenta de que son
nuestros embajadores y escaparate en el extranjero?
Mucho
se habla de la marca España, Italia, o la que sea, pero lo que
verdaderamente sienta cátedra últimamente son esos señores, muchos
de ellos vestidos de azul, o de negro, que representan a los diversos
países en las reuniones que tienen un día sí y el otro también.
Este
vecino es de la opinión de que se ahorrarían muchos gastos, si en
lugar de trasladarse cada vez que hay una reunión, ellos y su
séquito, o más bien su “saquito” de gastos, estarían reunidos
siempre, y muy de vez en cuando volvieran a sus raíces. Y es que en
realidad aunque están en cada uno de sus países, han dado muestras
de sobra de que no se enteran de las verdaderas preocupaciones de la
gente. Ni al Señor Aznar, muchos años siendo ya ex-presidente, no
le parece raro, ya vuelto a la “normalidad” de una vida, que en
la boda de su hija, hubiera un regalo de más de treinta mil euros
para luces. Así cualquiera se
luce desde
luego.
Por
cierto, ha habido alguno de mis lectores que me ha preguntado por qué siempre soy tan correcto a la hora de mencionar a la gente de la que
hablo, y siempre digo “señor” o “señora” antes de decir su
nombre. En realidad no es, en mi caso, ni símbolo de distinción, ni
respeto al susodicho o susodicha. Es más que nada un reflejo de la
niñez. Cuando somos pequeños, a la hermana de nuestra madre, por
ejemplo, le llamamos Tía Ana, pero si nos damos cuenta, llega un
momento en que “tía” no es la categoría o calificativo de Ana,
sino que forma parte de su nombre, en lugar de ser por ejemplo, Ana
María, es Tía Ana, forma parte de su nombre, ya es un nombre
compuesto, pues lo mismo me ocurre hablando de la gente en general.
No es respeto, que lo tengo también, sino que forma parte del nombre
de cada uno. Lo mismo que yo soy “vecinodelmundo”.
Volviendo
al tema que nos ocupa, flaco favor están haciendo todos los
políticos, diplomáticos, y similares, porque la visión que tenemos
de nuestros vecinos europeos, sinceramente, es cada vez peor.
Estas
vacaciones veraniegas, aquel que se lo pueda costear, o aquel que
estando en el paro, vuelva a su pueblo de origen para chupar
unos días del bote familiar,
como coincidamos en algún bar o cafetería con el guiri de turno, y
le veamos, por ejemplo, pinta de alemán, fácilmente le daremos unos
recados para su Tía Merkel, y es que se lo tienen merecido, la
Merkel, el Marianito Rajoy, que ya parece más Marianito el Corto,
porque no se entera, de que todo lo que está haciendo no sirve de
nada para salvar la crisis.
Este
vecino del mundo lleva mucho tiempo convencido, de que comenzarán a
cambiar las cosas en el foro europeo, el día que nuestro “presi”
de turno, literalmente muestre sus atributos a sus señorías, y les
diga que no es que los tenga grandes, sino que los tiene hinchados de
la política que le están obligando a hacer, y que a partir de ahora
solo va a mirar por su país, copiando la política de la Merkel, y
otros, que naturalmente solo miran por el suyo.
*FOTO: DE LA RED
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