Nunca
ha entendido este vecino del mundo el por qué la compañía de
ciertos animales, de los perros concrétamente, facilita la relación
de las personas.
Personalmente
soy, aunque muchas personas no se lo crean al conocerme, un gran
tímido, y siempre me ha costado, no relacionarme con la gente, pero
sí ese primer contacto. Recuerdo aquellos días de la juventud, en
la que forzado por los amigos, ya que si no me quedaba más solo que
la una, ir a una discoteca de aquellas en las que media hora sonaba
música al suelto, como la llamábamos nosotros, y otra media,
música al “agarrao”. Para el primer tipo de música
porque todos practicábamos la modalidad “haga usted lo que
pueda”, no había ningún problema, porque con mover un poco el
cuerpo y la cabeza al ritmo, y poner cara de estar transportado por la melodia, ya valía. Sin embargo, el problema venía al pedir baile y
que te dijeran que sí. Tenía preparadas dos frases: ¿Cómo
te llamas?, y el famoso ¿Estudias o trabajas? A
partir de ese momento, la pista se agrandaba y yo, al encogerme, me
quedaba prácticamente colgando de la joven en cuestión. La música,
para mi paralizada mente, bajaba de volumen y me parecía oirla
distorsionada y con eco. Un verdadero sufrimiento.
Ahora,
en cambio, un perro, cuanto más delicado y juguetón, facilita mucho
el trato, y este vecino no se está refiriendo a la cuestión
de “ligoteo”, porque hace años que dejó de estar en el mercado.
Se supone que a un poseedor de perro, le adornan características
como: amante de los animales, cariñoso, delicado, e incluso,
pudiéramos añadir, “desinteresado”.
Vaya
por delante que este vecino siempre se refiere a perros pequeños, no
a esos animales que por su tamaño y apariencia, parece que son ellos
los que sacan a pasear a sus amos.
Habrá
muchos de mis lectores que apoyarán la tesis de que eso es una
utilización fraudulenta de un ser. Y este vecino está totalmente de
acuerdo en esa teoría, pero quién aprovechando que el Pisuerga pasa
por Valladolid, no ha utilizado todo tipo de artimañas.
En
esta vida moderna, que no por serlo tiene que ser ni mejor ni peor
que las anteriores, proliferan las denominadas “fundaciones”.
Quien más o quien menos de los famosos (futbolistas, tenistas,
cantantes de ópera...) tienen su fundación, y este tipo de
organizaciones siempre son beneficiosas y altruistas, pero al
fundador siempre le producen una serie de desgrabaciones que también
le benefician, a parte de que su imagen sale fortalecida.
A
este vecino del mundo, las finanzas hace tiempo que le dejaron de
preocupar, y no es que esté forrado, sino que al no tener una
importante cantidad de dinero, no tienes por qué preocuparte en
realidad, y sin embargo siempre viene bien, aunque uno no conozca ni
el Pisuerga, ni Valladolid, que sea bien considerado, si solo es
cuestión de tener una mascota, ya que, y lo confieso sin ningún
tipo de sonrojo, la hubiera tenido de todas las maneras, ya que nunca
le he tenido que preguntar si estudia o trabaja.
*FOTO: F.E. PEREZ RUIZ-POVEDA
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