Llevo
varios días que no vivo en mí. Tengo miedo de abrir las puertas de
casa, e incluso de salir a la calle por miedo a encontrarme o con
Alaska y el grano que le ha salido, su marido Mario
Vaquerizo, o a los inefables “Auryn”. Programa que pongas en
televisión, especialmente en la “cadena alegre” ,
programa en el que aparece Mario o los jóvenes cantantes disfrazados
de estrellas mediáticas.
Ayer,
concretamente, me quedé encerrado en el ascensor, en Torrevieja, y
el pánico que pasé no era por estar dentro de la cabina, sino por
el miedo de tocar al timbre del rescate y que me vengan a salvar el
Señor Vaquerizo, o los Auryn, nacidos de una agobiante campaña de
marketing.
Este
vecino del mundo no tiene nada contra Olvido Gara, más conocida como
Alaska, sino muy al contrario, ya que ella es de las luchadoras de
toda la vida, y que ha sufrido muchas
vacas flacas
incluso en buenas épocas, ya que por aquello de los gustos del
mercado, durante mucho tiempo se olvidaron de ella. Sin embargo, la
opinión de este vecino, que nunca tendrá y lo sabe, el don de la
verdad
verdadera, es
peor, porque considera que nos está vendiendo la moto de un friqui
indocumentado y cándido.
Esa fachada, sin embargo, es incompatible
con otros cargos que ha tenido y tiene como representante o agente de
prensa de Dover, Merche, Elsa Pataki y Leonor Watling. Nadie en su
“sano juicio” pondría su carrera en manos de una persona
aparentemente atolondrada. Sin embargo, es tan inteligente que ha
convencido a todos los fans de su grupo, Nancys Rubias, de que es
“normal” actuar haciendo playback en todas sus actuaciones, eso
sin olvidar el hecho de que ha tenido el arte de convertir su vida, y
la de su mujer, en un reality televisado.
Este
vecino del mundo siempre ha pensado que hay que ir con la verdad por
delante por eso no le gusta nada lo que representa Mario Vaquerizo,
ni el montaje que se ha realizado en torno a ese grupo de cinco
jóvenes cantantes llamado “Auryn”, que por otra parte cantan
bastante bien, donde solo se intenta mostrar el candor de un grupo
soñador, mientras que como en un show de magia se intenta ocultar el
truco, y éste es la toda poderasa productora Warner, que hacen que
aparezcan en televisión a todas horas, y que esa aparente candidez
ya mencionada, en realidad esté milimetrada, y que, lo triste del
asunto, es que no
seamos nosotros quienes elijamos escuchar su música,
sino que unos señores, en este caso con acento americano, han
decidido qué música tenemos que escuchar y cuándo.
En
realidad, en la mayoría de los casos a este vecino del mundo le
gusta pensar que es él quien toma la iniciativa de sus gustos,
aunque la mayoría de las veces, desgraciadamente, no sea así,
principalmente por la publicidad, pero es que ahora, ya es una peste,
esperemos que solo veraniega.
Hoy, me voy a ver un museo, y estoy tranquilo, porque seguro que no
estarán allí, bueno, eso creo.
*FOTO: DE LA RED
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