Parece que hoy el príncipe de todos los
españoles no debe de estar para muchos
chistes. Tras siete horas de espera en el aeropuerto de Torrejón, se ha vuelto a
su casa, por problemas en el avión que le iba a llevar, y con él, todo el séquito, empresarios incluidos, a un viaje que tenía como fin abrir mercados en Brasil. Lo más triste de
todo esto es que se trataba de uno de los dos aviones oficiales que se supone
tienen nuestros representantes políticos.
Esperemos que no fueran a vender aviones, porque
el ejemplo entonces sería lamentable.
Al final la huelga más drástica ha sido de dentro
del mismo sistema, es curioso.
España está cerrada por reformas desde hace
tiempo. ¡Y nada de sonrisas irónicas! Que de la célebre frase atribuida al
poeta cubano José Martín, “Tener un hijo, plantar un árbol y escribir
un libro”, como símbolo de nuestra trascendencia más allá de nuestra
vida, parece que los españoles, al
final, solo nos vamos a quedar con plantar marihuana, y no para asuntos
placenteros, sino para hacer trapicheo.
Y es que quien más quien menos no es que tenga
problemas a fin de mes, sino que se deberían de inventar meses de quince días,
y parece que del poco dinero que queda, los españoles se están gastando algo en
preservativos, porque ya han sonado todas las alarmas, y en las últimas
proyecciones demográficas se ha llegado a la conclusión de que, de seguir todo
igual, para el 2017 va a haber más defunciones que nacimientos en este país.
Quizás eso de que la naturaleza es sabia va a ser
verdad, y vamos a desaparecer todos los españoles para que se acabe el problema
que tenemos montado. Y una noticia para el todavía gobierno, eso significará que todos sus cambios, recortes y brotes verdes no han servido para nada.
Y antes de terminar por hoy… Para todos aquellos
que piensan que la única solución para “molestar” a un gobierno, ayuntamiento,
o sociedad en general, es montar una huelga, decirles que están muy
equivocados.
Lo mejor es, como ayer en Donosti, organizas un
evento deportivo, una maratón en este caso, y durante toda la mañana reina el caos
por el centro de la ciudad, y te tienes que poner un chándal por narices,
porque los autobuses se convirtieron en un bien en extinción.
Al final va a ser verdad eso de que más vale
maña que fuerza.
*FOTO: DE LA RED
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