Estimado Luc Besson,
En primer lugar le pido perdón por mi atrevimiento al escribirle la presente, pero tras ver su película "Lucy" se me ha creado una profunda necesidad de ponerme en contacto con usted.
Antes de nada, me he de declarar como un ferviente
admirador de su cine desde aquel “Gran azul”, con su amigo Jean Reno, hasta esa
humorada de cine negro que es “Malavita”
Cuando uno sabe que va a ver una de sus películas ya va
preparado con ropas cómodas, y nunca de estreno, porque con las mil y un
aventuras que sabes que los protagonistas van a pasar, incluso el mismo
espectador corre el peligro de salir magullado, y que quizás de su velocidad
dependa su salvación.
Pero lo de hoy me ha generado muchas dudas.
En primer
lugar me gustaría que revisara muy bien su mesa de trabajo, porque, así de
primeras, me da la sensación de que se le ha podido mezclar su guion, con ciertos
aspectos del “2001: Una odisea del espacio”, de Kubrick, y de “Matrix” de los Hermanos
Wachowski. Lo que viene siendo, por decirlo de alguna manera amistosa, un
homenaje al espíritu de ambas obras. Eso, o que últimamente ha cambiado, y perdóneme la expresión, de
medicación, de cualquier tipo, y ahora está en manos de algún galeno que previamente pudo atender a esos
cineastas.
Da la impresión de que hoy nos ha querido demostrar que
tiene tal dominio del cine que sabe hacer películas buenas, y películas malas. Y que a última hora ha
querido sorprendernos, ¡A fe que lo ha conseguido!, y ha convertido una
historia que funcionaba bastante bien, con "algo" que hace que el espectador en
lugar de mirar la pantalla, gire su cabeza para hacerlo hacia la persona que
está a su lado, y comprobar que están viendo lo mismo, que no son
alucinaciones.
No importa que todo el argumento se base en esa “leyenda
urbana” que dice "que del cerebro humano solo usamos el diez por ciento". Se ha
demostrado que no es cierto, y que se utiliza prácticamente el cien por cien. Pero eso no es una razón para que no funcione su película. Porque en “La Guerra de las galaxias” también se parte de que en el espacio
podemos oír todo tipo de explosiones y destrucciones, cosa que es imposible, y
sin embargo la historia funciona como un todo.
A medida que se iba desarrollando la trama, su trama, ya
que el guion es suyo, me parecía hasta original esa filosofía que intentaba
buscar el principio y el final de la vida mediante golpes, drogas y mafia, pero
la última parte de la película no es que supere al espectador, sino que le
supera hasta a usted, y eso no es de recibo.
Es la típica película que más de uno al ser preguntado si
le ha gustado, dirá que sí, porque en el fondo tiene la sensación de que en el
transcurso de la película (y no es que sea larga, porque no llega a los noventa
minutos) se ha perdido, o no ha llegado a entender el mensaje.
Pero eso no es real.
Si su película hubiera sido una casa, diríamos que el
arquitecto ha mezclado planos de diferentes obras y estilos, y lo único que ha
conseguido es "un batiburrillo de cosas” que no llegan a formar un hogar, y que
además resulta “incomodo” no solo a la vista, sino también para el descanso
Da la impresión de que usted, Señor Besson, estaba tan
ocupado con tantas cosas que lleva a un mismo tiempo, en cuestiones de
producción, e inspiración para otros, que no ha sido consciente de lo que nos
presentaba a sus incondicionales.
A medida que se desarrollaba el argumento, incluso
parecía que era su testamento cinematográfico en lo que a su filosofía se
refiere. Con eso no le estoy llamando “mayor”, ni viejo, porque no lo es. Cada
uno puede presentar su testamento cuando le dé la gana, y parecía que hubiera llegado el momento.
Pero en realidad, tristemente, todo ha sido un espejismo.
Incluso me ha parecido ver una película que estaba muy
bien, con una convincente, y muy en su papel, Scarlett Johansson, y un Morgan
Freeman que más que actuar, da una conferencia mezcla de ciencia y filosofía. Pero, al parecer, todo ha sido un espejismo, y lo único real es que el cine es
muy caro, y hoy su broma, humorada, o “gatillazo” mental, nos ha costado un
dineral del que seguro que usted sí es consciente, pues ha llegado a crear
prácticamente un imperio cinematográfico.
Recuerde, y ya para terminar, que a la postre somos sus espectadores los que hemos contribuido a su presente, supuestamente esplendoroso, y hoy nos sentimos hondamente decepcionados.
Recuerde, y ya para terminar, que a la postre somos sus espectadores los que hemos contribuido a su presente, supuestamente esplendoroso, y hoy nos sentimos hondamente decepcionados.
Sinceramente (como es más que evidente tras todo lo anterior) suyo.
*FOTO: DE LA RED
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