Siempre ha existido la expresión “estar en las nubes” que
en realidad viene a ser primo hermano, pero con menos experiencia, de “estar en
la luna”. En realidad, en ambas expresiones el protagonista estápor sus mundos, pero quizás el primero, el
de las nubes, con más posibilidades de retorno a una vida normal, si es que hay
una “vida normal”.
Sin embargo, estos días pasados con todo el revuelo de
fotos robadas a un centenar de celebrities (ahora está siendo llamado "El caso Celebgate") por un hacker, la mayoría de la gente
“se ha desayunado” con el hecho en sí de que esa información que creía tenía solo en su teléfono móvil, o en el ordenador, puede estar también flotando en el éter, en una especie de gran
archivo virtual (seguro que para los creyentes ahora es más fácil que Dios se
entere de todo, porque con meterse en él…) denominado "nube", y que por mucho que borres las
fotos de tu celular, como dicen en América Latina, las que están en la nube
escapan ya a su poder.
Poniéndonos filosóficos, se ha demostrado una vez más de
que seguro, seguro, no hay nada, ni la “seguridad”. Y que los hackers, en un ramalazo teológico, son como los ángeles, los hay buenos y malos. Y
el de este fin de semana ha sido malísimo.
Una persona, como es este vecino del mundo, nacido en un
pueblo pequeño y que ha tenido que espabilar desde púber, porque si no el
entorno se lo hubiera comido, es desconfiado, y por eso ni se haría un tatuaje
ni unas fotos, porque duran para siempre, de las que luego se pueda arrepentir. Le puedes mandar una
foto íntima a tu gran amor, pero la vida da muchas vueltas, y esa foto ya no
solo depende de ti, y los sentimientos pueden cambiar…
Por eso le es difícil de entender ese ansia que hay hoy
en día por hacer partícipe a los demás de todo o casi todo. Los que siguen a
este vecino, muy de vez en cuando, se han encontrado con alguna foto de él, en muy contadas ocasiones, la última hace pocos días
(http://patxipe.blogspot.com.es/2014/08/los-miserables-algo-mas-que-una-sorpresa.html), porque entre otras cosas sabe “que es para
siempre”, y ni tiene ni tendrá, eso cree al menos, nada que ocultar.
De todas maneras, si la Señorita Jennifer Lawrence,
coprotagonista de la excepcional película “El lado bueno de las cosas”, llegara a leer este mensaje, le
diría que este vecino, por una gran casualidad, ha llegado a ver esas fotos
robadas (la casualidad diaria en internet, por la que vas empalmando un enlace
con otro, y para cuando te das cuenta no sabrías volver allí), y lo único que
le han causado es una gran ternura hacia ella, porque en esas fotos se ve, no a
una gran estrella, sino a un ser humano solo y desvalido. La pose, y que se me
entienda bien, de un ama de casa en la soledad de su hogar, sin gestos
estudiados de un reportaje en una gran revista, y previa sesión de maquillaje y
peluquería. Solo le faltaba, junto al sofá en el que aparece en alguna de las
fotos, unas agujas y el punto a medio terminar, como prueba de lo que estaba
haciendo anteriormente.
Las mismas fotos no se ponen en contra de las afectadas,
sino del hacker que debería ser puesto a buen recaudo por las autoridades
pertinentes. Este vecino no sabe de leyes, pero seguro que se le puede
empapelar por más de un delito, y además este vecino añade otros dos de su
propia cosecha: por impresentable y por violador de sueños y sentimientos.
Quizás, tras lo ocurrido, más de uno, y una, se lo pensará
más de dos veces qué hacer con sus archivos personales, y eso en sí también es
malo, porque hace sentir culpables a personas que en realidad no han hecho nada malo, sino plasmar en cierta manera su felicidad, y con este caso, con lo ocurrido, se nos ha puesto más difícil el simple hecho de
vivir.
*FOTO: DE LA RED
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