Hace muchos años nos dijo Fernando Fernán Gómez que “las
bicicletas eran para el verano”. Últimamente, además, este vecino del mundo se
ha dado cuenta de que los blogs, muy en contra de lo que pensaba, no son para
los fines de semana.
Aunque ya lo he comentado alguna vez, a través del
software que el blogger/bloguero, tiene puede “comprobar” la cantidad de
personas que entran cada día, el nombre del post, y los países de donde provienen los visitantes. Y
últimamente los sábados y domingos, como se diría en Andalucía, entran el “Tato
y cuatro más”. Es como si estuviera prohibido pensar ( partiendo, que es mucho
partir, de que la mayoría de los blogs te hagan pensar) durante el fin de
semana, una especie de “cierre por descanso semanal”. Y no me refiero a pensar
en la madre que parió al bloguero o bloguera de turno, que seguro que también
los hay, si no sobre lo propuesto en
los diferentes temas.
Y que conste, que lo quiero dejar bien claro, para evitar
interpretaciones sorprendentes, que al decir que los fines de semana, al menos
a este vecino, le lee muy poca gente, no
estoy echando en cara nada, sino solo constatando una realidad, al menos
temporal, porque lo mismo que cada uno se hace con la capa un sayo, con su
tiempo puede hacer lo que quiera, que para eso es suyo. Por cierto, de las pocas
cosas que nos van quedando que son gratis, de verdad de la buena, porque ya no lo es ni el perejil.
Hablando “de verdad de la buena”, algo que no me parece
bien, es la cantidad de anuncios, especialmente en la radio, en los que una voz
imitando a la de un famoso te sugiere que compres algo.
Si hay una especie de lucha encarnizada para no comprar
productos copiados o pirateados, no es de justicia que se nos anuncie algo empleando
una voz con los “tics” de un famoso para que nos acordemos de él, aunque él no
vea un duro.
Ahora saldrá el listo de turno diciendo que si en un
programa de televisión alguien imita a alguien, y no le paga al “original”,
tampoco le tiene que pagar en ese caso.
Lo que ocurre es que en un anuncio al imitar a un famoso,
te estás aprovechando de su imagen, aunque no se le vea, y de la posible “verdad”
que esa persona imprime a todo lo que hace.
Este vecino no se refiere a la voz que en España le dobla
a Morgan Freeman, es decir a Pepe
Mediavilla, porque ese señor concretamente tiene esa voz, y si consigue poner
sus cuerdas vocales a más anuncios mejor para él, siempre que no se haga alusión al citado
actor americano, ya que en ese caso estaremos en las mismas.
En realidad, este
vecino se refiere a esas voces que “intentan” imitar a la voz de un Robert De
Niro y un de un Silvester Stallone (especialmente como Rambo), que dicho sea de
paso, cada vez, ellos mismos, son más imitadores de sí mismos.
Esta mañana, y es el motivo de este post, este vecino ha oído
la voz de alguien haciéndose pasar por Eduard Punset, muy de moda
por otra parte, para visitar una tienda
de la zona de Donosti. Y por un momento, solo por un momento, me he imaginado a
la misma voz anunciando un lugar de alterne, mientras decía eso de “lo que se
han de comer los gusanos, que lo disfruten los humanos”. Y como más de una vez
este vecino ha visualizado algo, que luego se ha cumplido, quiero evitar
desastres, porque ha sido verdaderamente desagradable.
Es una pena que con lo que se cuidaba la publicidad hace
años, sobre todo creando verdaderas canciones para cada producto, los famosos “jingles”,ahora
la mayoría de los anuncios radiofónicos sean tan chabacanos.
Y es que en estos días se juega mucho, sobre todo en la televisión,
con los dibujos por ordenador y los efectos especiales. Sin embargo, antes se
hacían maravillas con lo poco que se tenía, y especialmente, con aquellos “afectos
especiales”.
*FOTO: DE LA RED
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