Leo por ahí que Antonio Banderas tiene motivos suficientes para estar más cabreado que una
mona, aunque él, se supone que con los años de experiencia en el "show
business" (que eso si valen por masters, y no los de algunos...), ha
sabido salir con ese gracejo andaluz que domina a la perfección.
La historia, e incluso diría que la histeria, se puede
comprender rápidamente solo con leer el tweet del Señor Banderas.
"@Mujerhoy publica una noticia titulada “el roneo de Alejandro Fernández con la novia de Antonio Banderas.” La noticia es falsa. La persona que habla con Alejandro en la foto es mi cuñada Barbara.
Así no vamos a ganar el Pulitzer "
Llámenme "malpensado", pero si creemos en la
"sin-intención" de la revista, quizás debemos de pensar entonces que
la persona que se ha hecho eco de la situación cuando menos equivoca, ignoraba
que Nicole Kimpel tiene una hermana gemela, y que se llama Barbara. Y eso en el mundillo del famoseo, no es, y
siendo benévolos, cuando menos estar a la última.
De todas maneras, y ya atendiendo solamente al titular de
la supuesta noticia, que es mencionado en el tweet por el propio Antonio
Banderas, no poner el nombre de ella, Nicole Kimpel, sino directamente
catalogarla como "novia de Antonio Banderas", y con mucho tufillo a
"propiedad", tiene más de machismo y de calentar la previsible
reacción del actor malagueño que de izar la bandera blanca.
Este vecino del mundo, de pequeño, y cuando veía la única
televisión que había entonces, siempre pensaba que los periodistas, entonces
encarnados para aquel chiquillo por los presentadores de los programas, eran
auténtica palabra de ley. Y como se decía entonces, lo dicho por el presentador
"iba a misa".
Ahora al menos, y ya alejados de misas y religiones, cada
uno (periodista, colaborador, bloguero, o lo que fuere, que de todo hay en los medios del
Señor) cuenta la feria como le va, para luego seguir intentando recibir
noticias, exclusivas y lo que fuere del amiguete famoso. Y si uno, o una, no es
todavía conocido, pues le pueden entrar ganas de "disparar" a todos
los frentes, por si en algún momento puede "cazar" algo.
Y luego, y dicho a vuelapluma, porque se oye la mayoría
de los días en los programas televisivos, cualquier famosa es una super-madre,
y que se me entienda lo que este vecino quiere decir, porque teniendo varios hijos, les da
una educación perfecta. Porque nunca se habla ni del padre, ni de la familia,
ni del servicio. Y mientras ella, según parece sin despeinarse, y sin esfuerzo
alguno, porque no se dice nada más, diseña, canta, o actúa, o todo a la vez, y
lleva dos o tres blogs, y atiende cualquier evento cualquier día de la semana.
Con lo cual, una mujer anónima, si resume su día a día,
como mínimo se puede frustrar, eso si no le entran ganas de cortarse... las uñas,
porque su vida no ha dado para nada.
Un ejemplo clarísimo, estos días en el programa de TVE
"Lazos de sangre" hablando de los Iglesias - Preysler y tras el
reportaje, cuando participaban los colaboradores en el coloquio de "Amigas
y conocidas". La mayoría hablaban de ellos como que son perfectos (algún
defecto tendrán, se supone, como todos). E incluso de Julio Iglesias, se dijo
varias veces que España le debe un gran homenaje. Como si él, todo lo que ha
hecho ha sido por la patria.
Aunque para más inri, y minutos después hablando de
Javier Santos, el supuesto hijo del Señor Iglesias, y que lleva moviendo el
tema más de dos décadas, se dice, y el que lo hace luce una media sonrisa en su
cara, que el cantante desde hace muchos años no tiene ninguna propiedad en
España a su nombre, y que si hay algo, lo está a nombre de Miranda... Con lo
cual está más que sugiriendo que si el chico lo hace por dinero, y que si se
demuestra que es hijo por supuesto que estaría en su derecho, no tiene nada que
hacer.
Sólo hay que oír, por aquello de "por la boca muere
el pez", y soltar más carrete para
que los peces de la vergüenza vayan saliendo solos.
Hoy al leer el tweet del Señor Banderas, y ayer al sufrir
mientras zapeaba el programa de "Amigas
y conocidas" en su versión de "Lazos de sangre", me he
acordado de esa famosa frase "No dejes que la realidad te estropee una
buena noticia".
Todos sabemos, es la triste realidad, que cada día se
sigue practicando lo dicho en esa máxima. Y nosotros, el lector, el consumidor
final de la noticia, tenemos parte de culpa, por seguir tragando el cebo que
nos dan, mientras por otra parte, está claro, que nos siguen tratando como besugos.
*FOTO: DE LA RED
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